Claudio Dellecarbonara Miembro del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP (Subte)
Jueves 25 de agosto de 2016 00:00
Hace algunas semanas, con mi compañero el legislador Patricio del Corro, logramos frenar con un amparo el tarifazo en el subte. En el Sindicato, habíamos propuesto medidas si el aumento se hacía efectivo.
Así como sabemos que para anular definitivamente ese aumento tendremos que seguir movilizados, los aumentos en los servicios básicos obligan a una respuesta de todo el movimiento obrero.
El tarifazo es brutal para millones de familias, que viven en condiciones precarias y no acceden a muchos de esos servicios.
Las centrales sindicales, ni siquiera en su congreso de reunificación han anunciado medidas para frenar este ataque. En el colmo, el dirigente de la UTA Roberto Fernández participó del anuncio del aumento del boleto de colectivo. Pero vamos a seguir exigiéndoles un paro y una movilización. Si este 16 de septiembre, día que se realizan las audiencias públicas, se paralizara el país y las centrales convocaran una movilización desde los lugares de trabajo hacia el lugar de las audiencias, el tarifazo caería como un castillo de naipes. ¿Qué esperan?
Por eso, la izquierda y el sindicalismo combativo en las próximas semanas tenemos un desafío clave. Tenemos que impulsar en cada fábrica, empresa o escuela todas las iniciativas que ayuden a que miles de compañeros se sumen al movimiento contra el tarifazo. Impulsando asambleas, declaraciones, y preparando la participación en las movilizaciones a las audiencias públicas.
No solo en la Ciudad de Buenos Aires, donde ya está confirmada una audiencia aunque no es vinculante. También en las provincias. Los parlamentarios del PTS-FIT ya han presentado amparos para que la población del interior también pueda opinar y repudiar este aumento brutal. En cada rincón del país los trabajadores podemos jugar un rol clave para frenar el tarifazo.
Desde las agrupaciones clasistas que impulsa el PTS levantaremos en las próximas semanas este reclamo que no sólo afecta a los trabajadores, sino a gran parte de la población. Y como siempre planteamos en el subte, dejaremos clara cuál es la salida de fondo: la nacionalización de los servicios públicos para que sean administrados por los trabajadores y usuarios, lejos de las manos de los capitalistas y los funcionarios corruptos.
