Desde la AFC y las AFP emanaron las cifras oficiales que ubican al comercio como uno de los rubros con mayor cantidad de suspensiones. Las cifras superan las 93 mil suspensiones, es decir 93 mil trabajadores o trabajadoras que hoy en día reciben pago desde el dinero ahorrado en sus seguros de cesantía, sin duda, un escándalo.
Domingo 10 de mayo de 2020
La crisis sanitaria ha obligado a modificar toda forma de relacionarse en todo el mundo. La principal medida que todos los gobiernos del mundo han desarrollado para detener el avance de la pandemia tiene relación con el confinamiento parcial o total de la población que evite que la viralización contagie a muchas personas al mismo tiempo.
En Chile, ante la “tragedia” que significa que los negocios de los empresarios dejaran de percibir las enormes fortunas por el cierre de locales comerciales y la imposibilidad de desarrollar jornadas laborales como las anteriores a la crisis, el gobierno se aprontó a desarrollar leyes para proteger esas ganancias, recargando sobre los hombros de miles de trabajadores los costos que eso implica.
La ley de “protección del empleo” ha integrado al sistema laboral chileno un concepto que hasta ahora no era posible, las suspensiones, que permiten a los empleadores “suspender” la relación laboral para evadir los pagos de salario asegurando una pequeña parte (las cotizaciones) y sacando de los ahorros individuales del trabajador el resto del sueldo (el mayor porcentaje).
Esta escandalosa situación ha tenido una muy buena aceptación por los grandes empresarios, los cuales se han plegado activamente a esta ley. El comercio es el mejor ejemplo, lidera la tasa de suspensiones con mas de 93 mil contratos congelados, dejando a miles de familias en la incertidumbre total.
Pero es contradictorio porque los grandes conglomerados del comercio son los que durante años han generado millones y millones en ganancias. Ejemplo de esto es el irrisorio caso de CENCOSUD, que mientras suspendía trabajadores se repartía utilidades entre todos los inversionistas del conglomerado.
Hoy, los empresarios, se pliegan a todas las leyes posibles para no perder ni un peso. Por un lado, las suspensiones, por otro lado, las pseudo cuarentenas que tiene a un amplio porcentaje de la población trabajando, como en Antofagasta donde la minería no ha parado, ni los puertos, ni los aeropuertos, ni los supermercados, ni las farmacias, ni las bencineras y así un largo suma y sigue de empresas que continúan operando durante las cuarentenas y que presionan para que los trabajadores asistan a cumplir sus jornadas.
Todo esto y más ha dejado claro que la legislación de leyes del gobierno de Piñera solo es para asegurar que los empresarios no pierdan nada, descargando sobre nosotros lo mas crudo de la crisis con desempleo y pobreza.
Sin embargo, hay posibilidades, podemos efectivamente oponernos a este destino al que los gobiernos y los empresarios nos quieren hacer caer, ejemplo de esto son las campañas por el derecho al trabajo, contra las suspensiones y los despidos que trabajadores como los de la industria SGS y Bureau Veritas en Antofagasta, por dar un ejemplo, han iniciado.
De replicarse esta exigencia los trabajadores podríamos pelear con más fuerzas por conservar nuestros trabajos y obligar al gobierno a retroceder en estos ataques, haciendo pagar, solo con una tajadita, esta crisis a los grandes millonarios del país que durante años se han hecho ricos con nuestro trabajo.