El grupo Inditex emplea a 38.000 trabajadoras y trabajadoras en el Estado español dentro de sus siete marcas, entre las que se encuentran tiendas como Zara. Tras cuatro meses de movilización enfrentando la negativa de la empresa las y los trabajadores consiguieron un importante aumento salarial de entre un 15 y un 25% y una gran parte de las reivindicaciones que exigían.
Sábado 11 de febrero de 2023 11:42
La inflación y el aumento de precios de productos básicos, alimentos y alquileres ha venido motorizando huelgas y luchas por aumento salarial en varios países de Europa. El Estado español no es un excepción, y las y los trabajadores del grupo Inditex lo acaban de demostrar con un gran triunfo tras meses de lucha que le arrancó a la empresa un importante aumento salarial entre otras demandas.
Este último jueves tuvo lugar el acuerdo entre los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y la UGT con el conglomerado empresarial Inditex, que agrupa a reconocidas marcas como Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho y Zara Home.
En el acuerdo se concretó un importante aumento salarial para las 38.000 trabajadoras de las tiendas. Queda aún dilucidar la letra chica del acuerdo, pero según lo firmado tendrán un salario base que arrancará en los 18.000 euros anuales, lo que implica una subida de entre un 15 y un 25 por ciento dependiendo del territorio, así como una equiparación de ayudas sociales del conjunto de la plantilla.
La lucha sirve! Enhorabuena a las valientes de Inditex y @cgtzaraylefties que han torcido el brazo a Amancio Ortega y a las burocracias sindicales de CCOO y UGT que querían negociar por migajas, con las trabajadoras en pie de guerra desde la huelga y las calles! pic.twitter.com/M0nR0rOFtC
— Lucía Nistal (@Lucia_Nistal) February 11, 2023
Este acuerdo se da en el marco da las crecientes movilizaciones y huelgas que viene desarrollando las y los trabajadores de Inditex organizadas por los sindicatos CGT, ELA (del país vasco) y CIG (de Galicia) en distintos puntos del Estado como Coruña, Gipuzkoa, Araba y Madrid, y especialmente tras el contundente triunfo de las dependientas de Coruña a raíz de las movilizaciones convocadas por la CIG que consiguieron un aumento de casi 400 euros el pasado mes de diciembre tras varias jornadas de huelga la CGT, junto a otras organizaciones del sindicalismo combativo, venían convocando concentraciones exigiendo una subida salarial equiparable a sus compañeras de Galicia. En este marco se convocó una exitosa jornada de huelga el día 7 de enero que en ciudades como Madrid tuvo un seguimiento importante.
Ante este escenario Inditex decidió apoyarse en las direcciones de CCOO y UGT y abrir una mesa de negociaciones -en las que no participa CGT, a pesar de ser mayoritario en las tiendas de Madrid y con presencia en ciudades como Barcelona, València, Sevilla, Logroño y Valladolid- con el objetivo de anular como interlocutor válido a los sindicatos que estaban organizando las protestas y negociar una subida salarial ridícula que la plantilla se negaba a aceptar.
Frente a estas maniobras de la empresa y la burocracia sindical, la CGT convocó una nueva jornada de huelga en todo el Estado este 11 de febrero. Como indicaban los propios convocantes todo anunciaba una jornada de lucha más intensa que la del 7 y un nuevo golpe en la imagen corporativa del empresario multimillonario Amancio Ortega.
Ante el temor que ha provocado que la movilización se siga fortaleciendo y se desarrolle un proceso de autoorganización por fuera del control de los grandes sindicatos, la empresa anunció el nuevo acuerdo menos de 48 horas antes de la huelga. Con este movimiento, Inditex trataba que la huelga perdiese fuerza y represtigiar a sus peones sindicales que son las direcciones burocráticas de CCOO y UGT.
El acuerdo alcanzado, que implica aumentos muy por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en algunas categorías y territorios, aún a la espera de ver su aplicación efectiva, se trata sin duda de una victoria de las y los trabajadores que llevan meses luchando contra este gigante. “Lo que la empresa ha firmado en esa mesa de retribuciones ha sido un logro histórico, pero porque las compañeras han dado un paso al frente en las calles”, y por ello, “lo ocurrido en INDITEX puede ser un ejemplo para otras luchas”, indicaban en una rueda de prensa este viernes por la tarde Soledad Aragunde, Aroa de la Torre y Aníbal Maestro de CGT.
En efecto, “25.000 trabajadoras y trabajadores se verán afectados por unas mejoras laborales que alcanzan las reivindicaciones que habían planteado al inicio de la lucha y que suponen un aumento salarial de entre un 20 y un 25%. Además de un paquete de garantías laborales y beneficios sociales en función de situaciones particulares, y la equiparación de los domingos con los días festivos”, asegura un comunicado de CGT.
Este triunfo puede tener fuertes repercusiones en el sector del textil, que se encuentra en varias provincias en medio de un proceso de negociación del convenio, y puede servir de ejemplo para que trabajadoras y trabajadores de otras empresas salgan a reivindicar subidas salariales parecidas a las de sus compañerxs. También se enmarca dentro de la lucha que hay nivel general porque hay una subida de salarios que aplaque la inflación galopante que se vive.
Pero no es una victoria sin contradicciones, aun siendo un buen acuerdo, no especifica cómo exactamente se llevaran a cabo estas medidas. Pero, además, la patronal de Inditex ha negociado el acuerdo con las direcciones de CCOO y UGT anulando a la CGT, CIG y otros sindicatos combativos.
Con esto la empresa trata de naturalizar que las negociaciones y acuerdos sean gestionados por arriba con dirigentes sindicales vendidos, que normalmente están de licencia sindical y no trabajan hace años ni pisan una tienda, que en algunos casos ni siquiera han sido votados directamente por los trabajadores y que nunca han consultado al conjunto de las y los trabajadores ni han sido controlados por las asambleas, ni tan siquiera bajo referéndum. Desde el sindicalismo combativo, y en concreto desde organizaciones que han venido liderando la protesta como la CGT, ELA o la CIG, es necesario denunciar abiertamente este antidemocrático régimen sindical de las Mesas de Negociación, en el que las plantillas no tienen control alguno sobre las direcciones. Un sistema que permite que el día de mañana estas direcciones no solo desorganicen fácilmente la lucha sino echan abajo conquistas ganadas.
Como ha expresado en rueda de prensa Soledad Aragunde, presidenta del comité Zara Lefties de Madrid, el éxito se explica por la lucha de la CGT en los puestos de trabajo: “Fue muy duro desde el principio. La gente se ha sumado a CGT porque vieron que estábamos luchando. Ha sido un pulso entre la empresa y la CGT porque lo que pedían CCOO y UGT en la mesa de negociación era indignante”.
Por ello es fundamental realizar una fuerte campaña para que se conozca quienes fueron realmente los artífices de esta victoria, combatiendo la fuerte campaña mediática que trata de vender esto como un éxito de las negociaciones de los grandes sindicatos burocratizados. Se trata de una pelea no menos importante que la desarrollada en estos meses en la calle, ya que la patronal y la burocracia sindical han regado de dinero a sus medios afines para robarle la victoria a las y los trabajadores combativos de Inditex.
La lucha de las y los trabajadores de Inditex muestra cómo se puede doblarle el brazo a las grandes patronales y conquistar importantes triunfos. Las y los trabajadores tenemos que apoyarnos en este ejemplo para hacer en nuestras empresas lo mismo que en Inditex.
La CGT y el resto de sindicatos que han estado al frente del combate, tienen una gran oportunidad para transformar este triunfo en una gran campaña de lucha y organización en todo el estado. Para organizar a las y los trabajadores para seguir el ejemplo de Inditex y denunciar el papel de la burocracia sindical que se niega salir a la lucha para que la clase obrera no pague el aumento del coste de la vida, mientras trata de imponer un techo salarial, junto a la patronal y el Gobierno “progresista”.