Discurso de Lucía Nistal, candidata al Parlamento Europeo por la CRT, en el acto en Barcelona el pasado 1 de junio.
Lunes 3 de junio de 2024
Buenos días a todos y todas, es un orgullo poder estar hoy aquí con mis compañeras de la lista de la CRT a las europeas y es un orgullo que me haya dado paso Alberta, compañera de Révolution Permanente, siempre al frente de la lucha en solidaridad con Palestina, que recibe amenazas de la extrema derecha cada día por poner el cuerpo.
Como habéis visto es muy importante para nosotras la memoria, y yo quería hoy traer a El Prat la memoria desde ese otro Madrid, el que se levanta contra las políticas neoliberales de Ayuso, el que defiende los servicios públicos, el Madrid que salió a cuestionar la monarquía y se manifestaba contra la represión al pueblo catalán y por el derecho a decidir.
Soy parte de una generación que primero luchó en las universidades contra el plan bolonia con el que avanzó ese modelo de universidad empresa y que expulsa a la clase trabajadora de las aulas que hoy sufrimos, la generación que luego llenó la puerta del Sol durante el 15M indignada con este régimen y con este sistema, las que gritábamos PSOE y PP la misma mierda es. Las que luego vimos como todo ese cuestionamiento y toda esa energía se desvió hacia las instituciones, cuando Podemos nos decía que no se trataba de seguir luchando, sino de votarles. Votarles para acabar gobernando con el PSOE monárquico, contrario al derecho a decidir, amigo de las empresas del IBEX y fiel servidor de la OTAN, el PSOE que hoy hay que volver a decirlo después de tanto tiempo llamándolo progresista, ¡es la misma mierda que el PP!
Los que iban a terminar con la reforma laboral y con la ley mordaza nada más llegar, y luego la respuesta permanente era “no podemos”. Y ahora quieren inventar un relato como si no hubieran estado en el gobierno. Como hemos dicho en toda la campaña, nosotras no tenemos amnesia, tenemos memoria.
Y sacamos lecciones de todo aquello, por eso hoy construimos una alternativa que se niega a aceptar que gestionar el capitalismo y si acaso conseguir alguna migaja, la mayor parte de las veces ni eso, es lo único posible. No nos vamos a resignar a aceptar que solo se puede gobernar para los grandes capitalistas, que las leyes represivas no se pueden derogar y que la ley de extranjería y las matanzas en la frontera son inevitables. Y eso lo queremos llevar a las elecciones europeas.
La unión europea es una cueva racista. Mueren 11 personas al día en el mar intentando llegar y la respuesta de esta Europa de las fronteras es aprobar el Pacto de la vergüenza para seguir externalizando las fronteras para que haya más muertes mientras miran hacia otro lado. Su respuesta es aprobarle a Buxadé, el falangista de VOX, una reforma para aumentar el control y acelerar la expulsión de personas migrantes.
Mientras, avanzan en pactos para seguir expoliando sus recursos, para que ganen las grandes multinacionales y pierdan los pueblos trabajadores, que se ven expulsados de sus tierras. Así, si llegan a Europa les pueden explotar en regímenes de semi esclavitud.
Abajo todas las leyes racistas y las fronteras, abajo todos los pactos extractivistas y la deuda ¡y fuera las garras de las multinacionales europeas que les roban los recursos!
Y luego se sorprenden de que crezca la extrema derecha, mientras no hacen más que aprobar leyes racistas, mantienen acuerdos y compra y venta de armas con el gobierno genocida de Israel y gobiernan para los ricos.
Esa casta que aprueba leyes racistas desde el europarlamento porque no hay para todos y gobiernan para las multinacionales y los más de 12mil lobbies que hay inscritos en la UE, se llevan un sueldo mensual base de 10mil €.
Son los mismos que desde sus sillones aprueban destinar miles de millones de dinero público a reprimir la migración, alimentar las guerras y a financiar empresas. Que hace unos meses, durante la presidencia española del consejo volvieron a aprobar aplicar las reglas fiscales que se habían suspendido durante el covid. ¿Y esto que quiere decir para nosotras? Un ajuste anual de 15 mil millones de euros para bajar la deuda, a sumarle a todos los millones que están sacando para sus guerras y su militarización de las fronteras. Solo esos 15 mil millones ya es más del doble de lo que se gasta el gobierno en Servicios Sociales, más del doble del presupuesto de sanidad, el triple del de educación.
Y de ahí precisamente va a salir ese dinero, esta historia ya nos la sabemos. Como siempre, de los servicios públicos, de los presupuestos sociales. Como siempre nos lo van a hacer pagar a las familias trabajadoras y las mayorías sociales con recortes y eso que les gusta llamar austeridad. Pero austeridad para los de siempre, para racismo, guerras y para su salario, les sobra generosidad. Y luego se sorprenden de que crezca la extrema derecha.
Por eso hay que plantear medidas de fondo, ni un euro más para sus guerras, su racismo y sus multinacionales extractivistas. Al contrario, hay que subirle los impuestos a las grandes fortunas y grandes empresas que se enriquecen a base de explotarnos, que paga menos impuesto una empresa del IBEX35 que un trabajador de la industria. Y con ese dinero financiar una educación y una sanidad pública para todas sin destinar ni un solo euro para la privada. Aunque no le guste a la ministra de Sumar, Mónica García, la que dice que respeta la sanidad privada. ¡Pues nosotras no vamos a respetar que hagan negocio con nuestra salud y nuestra vida!
Y hay que acabar también con el negocio de servicios básicos como la luz y la energía, que secan pantanos si hace falta para subir los precios y luego tienen a la cañada sin Luz. Los mimos que en 2022, en el peor año de subidas de la luz cada día, que subió casi un 90%, Naturgy, Endesa, Repsol hicieron más beneficios que en toda su historia. Ellos forrándose mientras nosotras mirábamos a qué hora poner la lavadora y no podíamos poner el ventilador en verano.
Por eso no pueden seguir siendo empresas en manos de especuladores, igual que la sanidad privada las empresas energéticas y otras industrias clave tenemos que nacionalizarlas y ponerlas bajo gestión de sus trabajadores y comités de usuarios, para que estén al servicio de las necesidades de las mayorías y del planeta, no del lucro de unos pocos. De la misma manera, ya está bien de que hagan negocio con la vivienda. Dicen en el PSOE que es un bien de mercado. No, ¡es una condición de subsistencia básica! Y no vale como leyes de vivienda fake, mientras siguen los desahucios y mientras el modelo de turismo masivo nos expulsa de nuestros barrios y nos precariza ¡Hay que quitarle a los fondos buitre, a los grandes propietarios y la banca todas las viviendas vacías!
Así, así se frena a la derecha, peleando por dar respuesta a las necesidades de las mayorías sociales, no haciendo políticas de derecha y diciendo que son progresistas.
Porque la derecha crece en Europa y las encuestas la ponen como primera fuerza en varios países para las europeas. Lleva años creciendo en las instituciones, con su “guerra cultural” censurando y atacando los derechos conquistados por la lucha de las mujeres, el colectivo LGTBI… Pero no lo olvidemos, también avanzan con políticas neoliberales. Porque la extrema derecha va de antisistema, pero son privilegiados que quiere gobernar para los ricos, son unos pijos que quieren gobernar para los suyos.
Son hijos de este capitalismo y esta unión europea para ricos. Por eso la presidenta de la comisión Ursula von der Leyen quiere pactar con el grupo de Meloni, VOX y compañía. Por eso Sánchez, el que dice que es el freno a la derecha, alaba las políticas migratorias de Meloni, que está construyendo campos de concentración en Albania. Porque son parte del mismo juego.
Por eso hace falta una alternativa anticapitalista y socialista que diga bien claro que la extrema derecha que va de antisistema es una garantía para reforzar este sistema. Y que les plante cara con la fuerza de las mujeres, la juventud, las disidencias sexuales, las personas migrantes y racializadas y toda esa clase trabajadora más feminizada y más diversa que nunca.
Una fuerza que, uniendo por abajo lo que se empeñan en dividir por arriba, denunciemos todas las políticas de derecha que les alimentan que vienen de todos los gobiernos de la UE, también del progresista. Y que recordemos que a la extrema derecha se la frena organizadas, en las calles y con la lucha de clases.
Por eso, os animamos a dar un paso al frente y sumaros a esta campaña, a que este 9 de junio votéis a la CRT y a que después sigamos organizándonos y peleando, por una salida anticapitalista y socialista. Porque por eso peleamos, por un futuro libre de toda explotación y opresión, donde decidamos desde abajo, de forma democrática, por un mundo que en vez de basado en el expolio, las guerras y la explotación de las mayorías se construya sobre la solidaridad entre los pueblos. Peleamos, compañeras y compañeros, ¡por una vida que merezca la pena ser vivida!
Que visca la lluita de la clase obrera i: ¡que visca Palestina lliure!