Luego de la detención de quien fuera llamado "el sindicalista preferido de Cristina", el dirigente de la UOM, cuestionado por la base de su gremio, está complicado en la Justicia.
Miércoles 14 de septiembre de 2016 07:53
Ayer quedó detenido Omar “Caballo” Suárez el sindicalista marítimo, imputado por asociación ilícita, acusado de extorsionar empresarios y entorpecer el transito marítimo. Pero no es el único sindicalista implicado en causas de corrupción. Antonio Caló se encuentra en estos días más complicado en su causa por lavado de dinero, ya que el fiscal Ruiz Moralez dispuso la inhibición de sus bienes y el juez Yadarola ordenó una pericia contable a los libros de seguro contratados por la UOM, para que expertos determinen si hubo irregularidades. El juez fijó como límite un plazo de 180 días, que se cumplen este mes, justo cuando busca la renovación de su mandato.
El jefe de la UOM, junto a varios miembros de la cúpula metalúrgica se encuentran imputados por lavado de dinero, en una causa que investiga el desvío de fondos recaudados por seguros de vida y sepelios, que iban al bolsillo de los dirigentes gremiales. La causa también involucra entre otros a Francisco “Barba” Gutiérrez y Hugo Curto, históricos dirigentes sindicales kirchneristas.
Los gremialistas están acusados de quedarse con dinero de los afiliados, durante veinte años. Según el ex abogado de la UOM Pantaleón Córdoba, lo mismos recibían 20.000 dólares por mes. Estos además de un salario de 100.000 pesos al mes. Basados en la corrupción se llenaron de dinero, convirtiéndose en millonarios mientras que un operario de la rama cobra un poco más de 10.000 pesos por mes.
Estos dirigentes se encuentran cuestionados por las bases de sus gremios, por su pasividad para enfrentar el ajuste macrista que deteriora la vida de los trabajadores día a día. Pero también son rechazados porque se evidente que se hacen millonarios mediante estrechos lazos con las patronales.
