×
×
Red Internacional
lid bot

Te vamos a extrañar. Luis Scola le dijo adiós al básquet profesional

El gran capitán del seleccionado argentino comunicó su retiro definitivo como jugador. El último representante de la Generación Dorada será manager del club italiano Pallacanestro Varese, donde jugó la última temporada.

Valeria Jasper

Valeria Jasper @ValeriaMachluk

Lunes 20 de septiembre de 2021 21:26

Ya no lo veremos en las canchas ni disfrutaremos de sus volcadas. A los 41 años Luis Scola, el gran capitán de la celeste y blanca del básquet puso punto final a una maravillosa carrera que paseó por varios continentes.

La pelota naranja lo acompañó desde siempre. La familia Scola lleva básquet en el ADN. Mario, su papá, fue jugador de Obras, Ferro, Boca, Vélez y Hacoaj, logrando el subcampeonato sudamericano en 1975. “Por culpa de mi tío, todos los Scola jugamos al básquet y Luis llegó adonde está ahora”, reflexionaba papá Scola en una entrevista en julio pasado.

Ferro Carril Oeste fue su primer y único club en Argentina antes de dar el salto a Europa, donde se desarrolló como jugador en la liga de España. Fue campeón de liga en 2002, tres veces ganador de la Copa del Rey (2003, 2004 y 2006) y otras tres de la Supercopa (2005, 2006 y 2007), todo con el TAU Cerámica. Fue considerado el Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga en 2005 y 2007.

En 2007 llega a la Meca del básquet: la NBA. Los primeros cinco años jugó para los Houston Rockets. Al finalizar su primera campaña integró el quinteto de los mejores "rookies" (jugadores novatos). Pasó por Phoenix Suns, Indiana Pacers, Toronto Raptors y Brooklyn Nets. Luego de diez años en Estados Unidos, inició su experiencia en China, jugando en Shanxi Zhongyo (2017-18) y Shanghai Sharks (2018-19). Volvió a Europa para jugar en Italia: Olimpia Milano (2019-20) y luego en el Varese, siendo este su último equipo profesional.

Su último partido como profesional fue con el Seleccionado argentino el 3 de agosto en la derrota frente a Australia, por los cuartos de final de los Juegos Olímpicos. Luifa salía de la cancha y empezaba el camino final de su carrera. Como pocas veces se vio sus compañeros, el equipo rival y un estadio con un puñado de personas a causa del covid, lo aplaudieron durante varios minutos de forma ininterrumpida. No solo se iba Luifa, se iba uno de los mejores jugadores de la historia del básquet.

"Él fue el mejor y más increíble jugador que ha nacido en nuestro territorio. Nos llevó a lugares insospechados. Lo único que se me ocurre es decirle gracias”, comentó la Oveja Hernández, el último entrenador de la Selección argentina. “Nos enseñó a todos lo que es la ética de trabajo, lo que es honrar el trabajo. Nos enseñó que ganar es importante, pero no es trascendente, que lo trascendente es otra historia. Nos enseñó que sí se puede. A honrar lo que hacemos, pero no por el básquet en sí, sino que toda persona de bien debe honrar lo que hace, y no poner excusas. Lo vamos a extrañar un montón, pero dejó lo más importante que es eso, y trataremos de seguir nuestro camino con ese mensaje y esa lección que nos dio", añadió.

Scola es el máximo anotador en la historia del seleccionado, con 2.857 puntos en 173 partidos con el equipo nacional en 22 torneos diferentes. Se va por la puerta grande con cinco Juegos Olímpicos (2004, 2008, 2012, 2016 y 2021) y cinco Mundiales disputados (2002, 2006, 2010, 2014 y 2019), único jugador en lograrlo. Dos medallas olímpicas (oro en 2004 y bronce en 2008) y dos subcampeonatos mundiales (2002 y 2019, con dos camadas distintas). Llevó con orgullo la albiceleste, jugando sin interrupciones durante 22 años.

Se va de la cancha el último jugador de aquella “Generación Dorada” que se colgó la medalla en los Olímpicos de Atenas 2004, sin duda, la mayor gesta en la historia del baloncesto de ese país.

"Siempre consideramos que pertenecer a un equipo es un compromiso. Así lo veíamos cuando jugábamos, y le inculcamos eso a Luis. Si terminado el año no quería ir más, perfecto, pero no podía hacer las cosas a medias”, resumía su papá. La personalidad y las convicciones del capitán de la Selección no son ninguna casualidad.

Fueron y son 2,06 metros de garra, compromiso, honestidad y compañerismo. Gracias por el juego Luifa, te vamos a extrañar.