En los últimos días y en plena época electoral, se ha difundido en redes sociales la controversia sobre la nota publicada por la revista Proceso en la que se exhibe la lujosa casa del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, una propiedad en la exclusiva zona de las Lomas de Chapultepec.
Miércoles 15 de abril de 2015
El 11 de abril los reporteros Jesusa Cervantes y Santiago Igartúa publicaron en el semanario Proceso un reportaje especial en el que hacen referencia a una lujosa casa en las Lomas de Chapultepec. La primera nota publicada por la revista afirma que es la esposa del funcionario Laura Ibernia Vargas, también funcionaria pública del DIF e íntima amiga de la primera dama Angélica Rivera, la que en mayo de 2014 inició el proceso para la compra de dicha propiedad.
Los dimes y diretes…
El secretario de Gobernación Osorio Chong respondió a dichas acusaciones atribuyendo al semanario una actitud hostil hacia él desde hace tiempo, sin embargo, no aclaró con documento alguno o comentario alguno la compra de la casa de Las Lomas por parte de su esposa, o sus cuentas personales para desmentir por completo la acusación.
Osorio Chong aseguró que él no es dueño de ninguna propiedad en el Distrito Federal y que solo posee una propiedad acreditada en su natal Hidalgo, según una nota publicada en La Jornada. Y precisó que la casa de Las Lomas la renta desde julio de 2014, poco antes de que se difundiera el escándalo de La Casa Blanca.
La revista Proceso, publica en su edición del 13 de abril la respuesta ante la negativa de Osorio Chong sobre la propiedad de la casa, y asegura que en sus declaraciones patrimoniales el secretario de Gobernación afirma la posesión de 4 terrenos y un departamento de ¡¿12 metros cuadrados?! Inexplicablemente el secretario pasó de ser extremadamente rico a extremadamente pobre. Parecería una mala broma de los medios de comunicación en tiempos de elección.
La verdad se asoma…
Pero sabemos que no es así. En los últimos meses las mexicanas y los mexicanos nos hemos enterado de múltiples casos de extravagancias millonarias que los políticos pagan a costa de nuestros impuestos. Mientras la mayoría trabajamos más de ocho horas al día para medio comer, medio vestir y medio vivir, la clase política sin duda vive en mansiones a nuestras costillas.
¿Qué pasaría si todos los funcionarios públicos ganaran lo que gana una maestra o un empleado cualquiera?, ¿les alcanzaría para vivir en estas casas y mantener su estilo de vida?, ¿por qué si ellos no trabajan jornadas diarias de ocho o más horas y llevan al pueblo a la miseria, tienen sueldos con más de cuatro ceros al mes?
La Casa Blanca de Peña Nieto, la casa de Luis Videgaray, los escándalos de relojes, bolsas, autos y viajes por millones de los diputados, senadores y dirigentes sindicales y los múltiples gastos desmedidos que la clase política mantiene en nuestro país, exhibe las diferencias entre los intereses de quienes gobiernan y el pueblo mexicano.