El dirigente nacional de Morena, López Obrador, ratificó lo anunciado por Martí Batres como acuerdo del Consejo Nacional de Morena, de donar el 50% del salario de todos sus funcionarios públicos y del presupuesto que les dará el INE para otorgar becas a los rechazados de la educación superior.
Lucía Rodríguez México D.F.
Miércoles 17 de junio de 2015
Imagen tomada del facebook de AMLO
Las declaraciones efectuadas por los líderes de Morena y replicadas por algunos de los diputados y jefes delegacionales electos, son parte de la llamada “política de austeridad” que levanta el Movimiento de Regeneración Nacional, como primer punto de su política nacional para resolver la “situación de crisis” que atraviesa el país. De acuerdo a la diputada electa en Baja California Sur, por parte del Morena, la austeridad sería “la principal diferencia de otros partidos”.
La medida anunciada por dicho partido implica que el presupuesto ahorrado, por la reducción del salario, así como la donación de lo que otorga por el INE, sean parte del programa para que en los territorios donde el Morena tenga cargos, se garantice el 100% de ingreso de los jóvenes a la educación superior.
La juventud y la educación en México
Actualmente siete de cada diez jóvenes, a nivel nacional, no tienen acceso a la educación superior. Esto está asociado claramente a la falta de oportunidades para millones de jóvenes, que son la franja demográfica más amplia de la población en México y que, en su mayoría, son arrastrados al desempleo y el empleo precario. Y en muchos casos, ante la falta de oportunidades y la descomposición social existente, son cooptados para tareas en el crimen organizado.
La situación de la juventud es alarmante pues es la principal víctima de la violencia que ha crecido aceleradamente a partir de la llamada guerra contra el narco, situándose las muertes violentas como la primera causa de decesos entre los jóvenes. Además viven una importante ofensiva por parte del gobierno que, en asociación con grupos delincuenciales, se dirige principalmente contra los sectores que protestan, teniendo como claro ejemplo la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. La juventud es la principal víctima de la criminalización.
La demanda de acceso irrestricto a la educación superior es, en realidad, una reivindicación de los principales movimientos estudiantiles en el México reciente. Fue el caso de la huelga de la UNAM de 1999/2000, en la cual el Consejo General de Huelga enfrentó la oposición, no sólo del PRI y del PAN, sino también de la llamada “izquierda” del PRD, en el cual estaban muchos de los dirigentes actuales del MORENA.
¿Basta con austeridad?
En términos de salario, los diputados federales electos el pasado 7 de junio ganarán 74 salarios mínimos, situándose dentro de los siete puestos de Gobierno con salarios más altos. El salario mínimo promedio en el país es de 69.26 pesos y millones de familias viven con él. A nivel nacional los jóvenes de entre 15 y 29 años son el mayor porcentaje de los trabajadores que apenas sobreviven con dos salarios mínimos o menos. La brecha entre lo que gana la “clase política” y las grandes mayorías es verdaderamente astronómica. Sin duda, ante eso, la propuesta de AMLO despierta la simpatía de muchos.
Frente a esta situación, como hemos dicho aquí, es fundamental levantar una política que la cuestione de raíz, no es suficiente con recortar parte de sus privilegios, como propone López Obrador. En ese sentido, por ejemplo, en La Izquierda Diario hemos propuesto que todo funcionario cobre lo mismo que una maestra; una iniciativa que se postulamos también quienes impulsamos este medio en otros países de América Latina, y que va asociada a la lucha contra los regímenes y sus “clases políticas”.
La medida propuesta por AMLO y la austeridad de los funcionarios pertenecientes al Morena, aunque se ampliara a otros sectores del gobierno, no podría resolver las problemáticas de precarización laboral, desempleo y falta de acceso a la educación pública, ni garantizar los recursos necesarios para resolver las necesidades de la juventud, empezando por el derecho a la educación.
Eso requiere en primer lugar, el aumento del presupuesto para la educación y la cultura, en base al no pago de la deuda externa e impuestos progresivos a las grandes fortunas. Al mismo tiempo, bregar por que el presupuesto no sea destinado a profundizar la militarización del país que con el pretexto de la “guerra contra el narco” ha costado millones de pesos que en realidad son invertidos para reprimir la lucha social. De igual modo, el gasto en educación, ciencia, tecnología y cultura, solo puede ser satisfecho si luchamos por la renacionalización de PEMEX bajo control de sus trabajadores, que son los que pueden hacer que la renta petrolera esté al servicio de garantizar las grandes necesidades sociales como la educación.
De ahí es donde se pueden conseguir recursos que por ejemplo, permitan garantizar becas para el material de estudio y la manuntención de las y los estudiantes, así como transporte y comedores gratuitos, que son imprescindibles para hacer real el pleno acceso a la educación superior, esto a la vez que se vuelven plenamente gratuitas todas las universidades y se deja de subsidiar la educación privada como pregonan los empresarios de Mexicanos primero.
Es fundamental además, que las universidades se democraticen con base a la participación de académicos, estudiantes y trabajadores que decidan en que se gasta el presupuesto, los contenidos de los planes de estudio y todos los pasos a dar, pues sólo de esta forma puede la educación superior ponerse al servicio de los intereses de los explotados y oprimidos del país, y no al servicio de las ganancias de las grandes empresas.
Esto implica una perspectiva que López Obrador no es favorable de impulsar porque no quiere atentar contra los negocios capitalista en educación ni los designios de la OCDE. Garantizar el pleno acceso a la educación superior requiere enfrentar y romper los pactos de subordinación al imperialismo y enfrentar los intereses de la clase dominante, para obtener los recursos necesarios. Es la juventud, retomando las mejores experiencias de lucha -desde la huelga del 99 hasta el movimiento por Ayotzinapa- y confiando sólo en la movilización, la que puede, junto a los trabajadores y el pueblo, imponer el pleno e irrestricto acceso de los hijos de los obreros y los campesinos de México a la educación superior.
Llamamos a todos los jóvenes que compartan las ideas de este artículo a que se organicen en la Juventud del Movimiento de los Trabajadores Socialistas que estuvo activa en el CGH de la UNAM, el #YoSoy132 y en la lucha por la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa