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Red Internacional
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Sindicatos. Macri ajusta a toda velocidad, las CGT votan seguir en la tregua

En solo una semana, el nuevo gobierno descargó una batería de medidas de ajuste contra los trabajadores. Ayer se reunieron en la CGT Azopardo secretarios generales de 140 gremios. Enunciaron reclamos pero ninguna medida para lograrlos. Mientras tanto, se profundizan la pérdida del poder adquisitivo del salario y los despidos.

Fernando Scolnik

Fernando Scolnik @FernandoScolnik

Sábado 19 de diciembre de 2015

En sus primeros días de gobierno, Mauricio Macri resolvió por decreto toda una serie de medidas que implican una gran transferencia de recursos desde el bolsillo del pueblo trabajador hacia los grandes empresarios: eliminación y baja de retenciones para las patronales del campo e industriales, devaluación, tarifazos a partir de enero. A la vez, continúan los despidos y la escalada inflacionaria, que no harán más que profundizarse con estas medidas.

En este marco, hubo ayer un importante plenario de secretarios generales en la CGT Azopardo. Los dirigentes de 140 organizaciones gremiales, que juntas tienen un enorme poder social, resolvieron no poner esa fuerza al servicio de enfrentar el ajuste, sino solamente emitir una declaración, sin resolver medidas de fuerza para obtener las demandas.

Las afirmaciones surgidas del encuentro, y la anunciada búsqueda de la “unidad de la CGT”, buscan ubicar a estos gremios frente al nuevo gobierno, ejerciendo presión con el fin de negociar espacios dentro del régimen. De hecho, la burocracia sindical obtuvo ya un importante avance en la defensa de sus intereses de casta privilegiada: el elegido del nuevo gobierno para la Superintendencia de Servicios de Salud, que maneja un presupuesto anual de 7000 millones de pesos y que tiene a su cargo la distribución de fondos millonarios entre las obras sociales gremiales, es Luis Scervino, director médico de la Obra Social de Obras y Servicios Sanitarios. Es un técnico de confianza del jefe de ese sindicato, José Luis Lingeri.

En este marco deben entenderse las declaraciones que el moyanismo, el barrionuevismo, el sector de los "gordos" y los “independientes” hicieron en el plenario, manifestando "preocupación" por el impacto que produjo en el salario de los trabajadores la eliminación del cepo cambiario, con la correspondiente suba del dólar que dispuso el gobierno de Mauricio Macri. En ese sentido, resolvieron reclamar al gobierno nacional un bono de fin de año en “compensación” por el “deterioro del salario”. “Espero que no hayan sacado el cepo al dólar para ponérselo a las paritarias”, disparó Moyano, aunque nadie en el plenario especificó el monto del bono reclamado ni tampoco cómo conquistar esa demanda que el gobierno nacional se niega a otorgar. Tampoco hicieron referencia a las luchas en curso, ni emitieron comunicados de apoyo a las mismas. Es que el descontento obrero con el ajuste, que se profundizará en las próximas semanas, es para las cúpulas sindicales sólo un factor de presión para negociar sus propios intereses. Por su parte, Macri buscará no tener que enfrentarse a estos dirigentes, en un contexto en el que los necesita para contener las mayores tensiones sociales que disparará el ajuste. La propia dinámica de la crisis puede alterar los planes de todos ellos.

El plenario de secretarios generales aprobó un documento en el que también defendieron el modelo sindical vigente, se pronunciaron a favor de paritarias libres, en favor de asegurar el financiamiento de las obras sociales y por la convocatoria del Consejo Nacional del Empleo.

Del plenario "camino a la unidad" participaron el titular de la CGT-Azopardo Hugo Moyano, su par de la Azul y Blanca Luis Barrionuevo, Carlos West Ocampo, Héctor Daer, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, José Luís Lingeri, Rodolfo Daer, Sergio Palazo, Omar Maturano, Mario Caligari, Omar Plaini, Julio Piumato, Ricardo Cirieli, Amadeo Genta, Ricardo Epelbaun, y Abel Frutos, entre otros.

En cambio, no participaron de las deliberaciones el titular de la CGT kirchnerista el metalúrgico Antonio Caló, el taxista Omar Viviani, Ricardo Pignanelli (SMATA), Jorge Sassia (Unión Ferroviaria), Sergio Romero y Norberto Di Próspero, todos ellos referentes del Movimiento de Acción Sindical (M.A.S.A). Tras años de ser cómplices de ajustes y ataques, repentinamente estos dirigentes hacen declaraciones señalando los costos para los trabajadores del plan económico. Aunque, al igual que los que se reunieron en Azopardo, tampoco convocaron a ninguna medida de fuerza.

En el pronunciamiento de la reunión en Azopardo señalaron que "venimos a exigir todo lo que nos corresponde por derecho, pero también vamos a acompañar lo que haga el gobierno. Los dirigentes sindicales asumimos nuestra responsabilidad al tiempo que demandamos de quien tiene la obligación política de conducir los destinos del país y a aquellos sectores representativos de la sociedad a forjar una actitud constructiva y patriótica capaz de llevar a la Nación al camino del crecimiento con plena justicia social". Llamativas declaraciones tan sólo un día después de una fuerte devaluación que implica un brutal ataque al salario.

El plenario se desarrolló en medio de un "duro debate interno" entre los dirigentes, tras la derrota del peronismo en las elecciones del 22 de noviembre pasado, y anunció para la segunda quincena de enero en Mar del Plata la realización de un nuevo plenario de donde saldría la fecha de un congreso normalizador.

A contramano de la burocracia sindical, ayer la izquierda salió a las calles por los reclamos obreros, en un nuevo aniversario de la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001. A la vez, para el próximo martes organizaciones sindicales, sociales y políticas convocan a una movilización cuyo eje central es la exigencia de un bono de fin de año, pero que además denuncia el ajuste en curso. Es necesario hacer asambleas en los lugares de trabajo, exigirle a los sindicatos el fin de la tregua, y desarrollar en los gremios las agrupaciones antiburocráticas y combativas.


Fernando Scolnik

Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.

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