Con hipocresía y demagogia dio un largo discurso sobre educación, habló sobre una "revolución educativa", mintió sobre los prepuestos universitarios y dijo que se necesitan "docentes formados".
Miércoles 1ro de marzo de 2017 11:45
En los alrededores del Congreso se manifiestan en estos momentos los docentes universitarios de la CONADU Histórica, los docentes de CTERA y los científicos del CONICET; todos contra las medidas de ajuste del gobierno nacional contra la educación pública y el intento de privatización de la investigación científica.
A ellos y a los miles y miles de docentes que se preparan para parar el 6 y 7 de marzo en todo el país, Macri les dijo con sobrada demagogia: “necesitamos docentes formados, motivados y reconocidos en sus tareas, tienen un papel clave y tienen que tener un salario digno”.
La “revolución educativa” del gobierno de Macri es una gran mentira.
Dicen querer reconocer el salario docente para que tengan un salario digno, pero se niegan a cumplir la ley de paritaria nacional educativa y ofrecen un aumento con un techo salarial del 18% en cuotas, que no alcanza a equiparar la inflación de este año ni tampoco cubre el porcentaje salarial perdido el año pasado.
Dicen querer docentes formados, pero cierran el programa nacional de Formación Docente “Nuestra Escuela”, que es gratuito para todo el país, dejando en la calle a más de 400 trabajadores, muchos de ellos capacitadores y organizadores de contenidos de formación.
Dicen haber aumentado los presupuestos educativos para las universidades, pero el presupuesto anual 2017 tanto a nivel nacional, como en las provincias, es más bajo que el del año anterior.
Dicen querer “cuidar a los docentes”, pero no paran de lanzar provocaciones contra los maestros como lo hizo ayer la gobernadora Vidal, quien dijo que iba a llamar a los “voluntarios” de carneros para atacar el paro docente, abriendo la posibilidad de que en las escuelas públicas los niños asistan a clase a cuidado de cualquier persona desconocida.
No falto la referencia a Baradel, representante de SUTEBA, sobre quien Macri dijo: “no creo que necesite que nadie lo cuide”, lanzando una grave amenaza.