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Red Internacional
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PANORAMA POLITICO. Macri en la cornisa: el FMI, los empresarios y el peronismo discuten el plan “rescate”

Con Cambiemos al borde del abismo, el FMI autorizó nuevas medidas para intentar contener al dólar, el Gobierno llama al peronismo a discutir un acuerdo de “gobernabilidad” para llegar a octubre y los empresarios apoyan el “plan”. Las cúpulas sindicales se dividen entre la tregua absoluta y las medidas de contención. Una propuesta: sumate a los comités del PTS-Frente de Izquierda por una gran campaña para derrotar al régimen del FMI.

Fernando Scolnik

Fernando Scolnik @FernandoScolnik

Viernes 3 de mayo de 2019 23:58

Detrás del palabrerío electoral, se esconde una verdad. Lo que en épocas de estabilidad es poco tiempo, en momentos de crisis puede parecer una eternidad.

El calendario indica que faltan 7 semanas para la presentación de candidatos nacionales, cuando se sabrá si Macri, Cristina y Lavagna serán candidatos; tres meses para las PASO; cinco para las elecciones de octubre; seis para un hipotético balotaje y siete para el 10 de diciembre, cuando debería asumir el próximo Gobierno.

En un país en el que a veces un solo día de corrida cambiaria parece a punto de llevarse puesto a un Gobierno, ese cronograma se asemeja al infinito.

El hecho es que en las últimas semanas, la volatilidad del dólar y el aumento del riesgo país han puesto otra vez de manifiesto los fracasos reiterados de Macri y el FMI. Este escenario no solo acrecentó las dudas sobre la estabilidad del proceso que empezará después de las elecciones, sino que también sembró grandes nubarrones respecto del incierto camino hasta el 10 de diciembre.

El fantasma de la pérdida del control de la crisis ha vuelto para las clases dominantes, acentuándose además con cada derrota electoral de Cambiemos en las elecciones provinciales adelantadas.

“Hay que cuidar a Cristina”, cuentan que dijo el Papa Francisco sobre el final del mandato de la ex presidenta.

“Hay que cuidar a Macri”, dicen hoy Cambiemos y el FMI, en una mezcla de estrategia de supervivencia y táctica electoral, disparando discusiones en todos los actores políticos del régimen. Veamos.

El Gobierno y el FMI: un nuevo bandazo de un plan sin rumbo

La autorización que dio recientemente el FMI al Banco Central para vender dólares dentro de la (¿ex?) Zona de No Intervención es una confesión más de un plan que ha fracasado desde el comienzo.

Desde que Macri le entregó la conducción de la economía a Christine Lagarde no solo aumentaron el endeudamiento, la fuga de capitales y la pobreza, hipotecando además el futuro ante una segura crisis de deuda, sino que además los mismos protagonistas están fracasando en dar garantías para uno de sus objetivos principales, que es la reelección de Macri.

El revés absoluto que sufrieron en su intento de bajar la inflación complicó a tal punto los planes electorales de Cambiemos, que se adelantaron para el presente las tensiones cambiarias que se esperaban para dentro de unos meses. La “falta de confianza” de los mercados está a la orden del día.

En ese marco, con un largo camino por delante hasta el 10 de diciembre, el FMI “corrigió” una vez más su cada vez más emparchado “plan” y autorizó al macrismo a despilfarrar otra tanda de miles de millones de dólares (que irán a la fuga de capitales) para intentar otra vez contener al dólar y dar una sensación de estabilidad durante la campaña electoral, buscando patear una crisis explosiva para después de los comicios.

Contradictoriamente, ese uso de divisas norteamericanas resta recursos para el año que viene, aumentando los riesgos de default y garantizando un alto “riesgo país”.

Sin embargo, también en lo inmediato, y como viene pasando, otra vez el plan “puede fallar”. Al calor de la crisis y la incertidumbre, una mayor dolarización de las carteras y su correspondiente corrida cambiaria, seguramente estén nuevamente a la orden del día en los próximos meses.

Sinceridad brutal: diez puntos de un plan de guerra contra el pueblo trabajador

Este jueves se filtraron a la prensa diez puntos de un borrador de acuerdo que el Gobierno nacional estaría negociando con sectores del peronismo.

El propio presidente Macri se encargó el viernes de dar cuenta del marco de debilidad que justifica esas conversaciones, aprovechando también para incluir la iniciativa dentro de su táctica electoral de polarización con el kirchnerismo: “En medio de tantas dudas que tiene el mundo de si vamos a volver atrás o vamos a continuar por este camino, yo he invitado a todos a que firmemos de vuelta acuerdos sobre las cosas básicas que vamos a respetar”.

En una coyuntura latinoamericana caracterizada por el nuevo intento golpista en Venezuela, Macri incluyó en su discurso, nuevamente, el “fantasma” de que la alternativa a Cambiemos sería la “vuelta del populismo”.

Los consensos que se estarían negociando, por supuesto, son a gusto del FMI y el capital financiero internacional. Esos diez puntos contienen la intención de un verdadero plan de guerra contra el pueblo trabajador, con promesas de ajuste fiscal, pago de la deuda a los especuladores, apertura comercial, reforma laboral y reforma previsional, entre los ítems más destacados.

Como era previsible, semejante programa fue celebrado rápidamente por el G6, que nuclea a la Asociación de Bancos Argentinos, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio, la Cámara Argentina de la Construcción, la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial Argentina. En Wall Street subieron también, a modo de festejo, las acciones argentinas.

Sin embargo, aunque el borrador alcanzó el visto bueno (con reparos) de referentes como Miguel Ángel Pichetto o Juan Manuel Urtubey, y en menor medida de Sergio Massa, fue rechazado por Roberto Lavagna y se da por descontado que no será firmado por el kirchnerismo.

En ese marco, el supuesto “diálogo”, en el marco de una gran crisis demasiado cercana a las elecciones y con un Gobierno muy desprestigiado, corre el serio riesgo de ser no mucho más que una herramienta de maniobra electoral, pero sin lograr mostrarle “al mundo” (es decir, al capital financiero), las certezas que el mismo pide.

Más de fondo, es difícil disimular con un papel mojado que en los próximos años un gobierno débil (sea macrista o peronista) tendrá enormes dificultades para hacer pasar sin grandes crisis los planes del FMI con el cual ninguno de ellos quiere romper.

El kirchnerismo aporta a la “gobernabilidad” por otros medios

Por otra vía, el espacio de la ex presidenta Cristina Kirchner viene prestando también grandes favores a mantener la “gobernabilidad”.

Ya desde el año pasado, bajo la consigna “hay 2019”, el kirchnerismo viene alentando la idea de “aguantar” hasta las elecciones para cambiar el Gobierno.

En el medio, eso implicó niveles descontrolados de inflación y pérdida del salario, 250 mil trabajadores registrados menos en un año, y dejar que Macri y el FMI avancen a pasos acelerados en hipotecar el futuro del país.

En esta estrategia, el escenario ideal para la ex presidenta es que Macri sea candidato, pero acumulando el mayor desgaste y descontento popular posible. Los sufrimientos del pueblo trabajador son usados con pura especulación.

Este año, el kirchnerismo sigue por el mismo camino. Mientras que la CGT directamente está en una tregua abierta, los referentes sindicales alineados con la ex presidenta, junto a sus aliados como Hugo Moyano, hacen medidas de fuerza aisladas y sin continuidad, para descomprimir un poco la bronca y hacer agitación electoral a favor del peronismo.

Ese fue el caso una vez más del reciente paro del 30 de abril, que por un lado mostró la voluntad de los trabajadores para enfrentar al macrismo, pero que por otro lado fue utilizado por las cúpulas sindicales que no solo no anunciaron continuidad alguna de un plan de lucha, sino que también convocaron al paro llamando a un “Frente Nacional y Patriótico”, depositando expectativas en un futuro Gobierno peronista.

Ese accionar se complementa por supuesto con la operación principal, que es vender la ilusión de que con un triunfo de Cristina Kirchner mejorará la situación de las grandes mayorías. Se trata, claro está, de un engaño, dado que la negativa a romper con el FMI solo puede venir acompañada de aceptar sus condicionamientos, que son más ataques y reformas estructurales. En los últimos días, referentes de este espacio se encargaron de confirmar una vez más que están dispuestos a pagarle hasta el último centavo a los especuladores. Un plan para hundirnos hasta el Fondo.

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Organizate con el PTS-Frente de Izquierda por otra salida

Una perspectiva distinta es la que planteó el Frente de Izquierda este 30 de abril desde la gran tribuna que montó en Plaza de Mayo por el Día Internacional de los Trabajadores.

Allí Nicolás del Caño, precandidato presidencial por el espacio, cerró el acto con importantes definiciones: “Estamos viviendo la ´crónica´ de una catástrofe anunciada. ¿Quién podría esperar otro desenlace de la sumisión al FMI? Todo el peronismo, incluido el kirchnerismo, nos dicen que hay una salida de la crisis sin romper con la sumisión al FMI. ¡Eso es mentira! Seguir pagándole al Fondo Monetario es seguir con el ajuste, es aplicar el combo de contra reformas”.

Del Caño también señaló que “creemos que llegó el momento de dar vuelta la historia y estamos seguros de que el comienzo de este nuevo capítulo es sacando al FMI de nuestro país”, tras lo cual planteó la necesidad de pelear por la nacionalización de la banca y el sistema energético, así como el reparto de las horas de trabajo entre desocupados y ocupados, entre otras medidas.

“Como decimos desde el Frente de Izquierda: el poder tiene que cambiar de manos y pasar de los explotadores que nos condujeron a esta situación de decadencia a manos de la clase trabajadora, la única que puede verdaderamente terminar con la dependencia y el atraso”.

Por último, tras insistir con que en lo inmediato “necesitamos un plan de lucha que empiece por un verdadero paro general activo de 36 horas hasta llegar a la huelga general política que permita derrotar al FMI, a Macri y a los gobernadores”, propuso una tarea para toda la militancia del FIT: “No hay tiempo que perder, tenemos que aprovechar todas las instancias para organizar a decenas de miles con nuestro programa y nuestros métodos de lucha para disputar la conciencia política de millones”.

Bajo esas banderas, el PTS en el Frente de Izquierda llama a sumarse a los comités donde nos organizamos para ser miles por esta perspectiva. Desde La Izquierda Diario, te invitamos a sumarte. Clickeá acá para ponerte en contacto.


Fernando Scolnik

Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.

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