El expresidente reapareció y relanzó el PRO con un acto en La Boca. Elogió a Milei y dijo que "tiene absoluta claridad de la dirección y de las ideas" pero que a su fuerza política le falta gestión y experiencia. "Pudimos ayudar a pesar de su entorno", remarcó. Malabares para no criticar con dureza al Gobierno y al mismo tiempo levantar el perfil pensando en las elecciones del año que viene.
Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran
Jueves 1ro de agosto 23:50
Luego de varios meses de perfil bajo, Mauricio Macri reapareció públicamente este jueves. Lo hizo encabezando un acto del PRO en el Arenas Studios, ubicado en el barrio porteño de La Boca, donde quiso dar la imagen de un relanzamiento de su fuerza política. #NuevoPRO fue la tendencia que se dedicaron a instalar sus partidarios en redes sociales, aunque de nuevo tenga poco y nada. Si uno mira la foto puede distinguir que lo acompañaron desde el escenario María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, su primo Jorge Macri y Guillermo Montenegro, entre otros. El dato más novedoso fueron las ausencias: ninguno de los dos candidatos a presidentes que tuvo el PRO el año pasado estuvo presente, con Bullrich completamente integrada al gobierno libertariano y Larreta apartado -al menos por ahora- de las decisiones del espacio.
Más allá de la presencia de caras repetidas y del intento forzado de presentar el acto como si se tratara de una renovación del espacio creado en 2005, la sola reaparición del expresiedente es un dato político en si mismo.
"El Presidente nos ha propuesto una fusión y, por la relación de afecto mutuo, le expresé que en el siglo XXI nadie se casa sin conocerse y convivir. En realidad, se lo dije de una forma más clara y correcta" aseguró Macri, refiriéndose al encuentro que mantuvieron 72 horas antes en la Quinta de Olivos. La respuesta marca la tónica que hasta ahora ha manejado el PRO, colaborando en todo lo necesario con el Gobierno como en la aprobación de la Ley Bases pero, al mismo tiempo, buscando diferenciarse y mantener su propio espacio político como una opción de derecha alternativa a La Libertad Avanza.
Desde ese lugar incómodo en el que quedó ubicado el macrismo luego del triunfo de Milei, ahora Macri busca levantar el perfil. "El Presidente tiene absoluta claridad en la dirección y las ideas" afirmó durante su discurso, pero al mismo tiempo se encargó de remarcar que tiene "una debilidad en la capacidad de implementarlas" y que todavía "tiene pendiente el desafío de construir un equipo". En ese contexto, elogió la capacidad de "gestión" y la "experiencia" de su fuerza política y resaltó: "Ni fuimos, ni somos un experimento. Somos un partido preparado para ejecutar las ideas, llevar organizadamente las propuestas a la acción".
En ese momento, también aprovechó para apuntar contra la mesa chica que rodea al presidente y que está conformada por Karina Milei y Santiago Caputo. "A pesar de la enorme apertura y de la genuina voluntad de sumar que se tiene el Presidente, lo que pudimos ayudar fue a pesar de su entorno". Y completó: "Los cambios requieren una reingeniería que lleva tiempo y hoy el tiempo pesa, los argentinos quieren más cambios y más rápido".
Marcando el tiempo
La reaparición de Macri es un dato político en si mismo y, para colmo, va acompañado de otro como lo será la reaparición de Cristina Kirchner que hablará este sábado en una charla magistral organizada por el Instituto Nacional de Formación Política (INFP) de Morena (el partido de López Obrador), ubicado en la ciudad de México.
Hay varios datos que ayudan a explicar este cambio. Por un lado hay que contemplar que, luego de ocho meses, la "luna de miel" de Milei empieza a desgastarse. Los indicadores sociales y económicos son realmente alarmantes y las encuestas y estudios de opinión a los que el oficialismo suele prestarles mucha atención empiezan a mostrar preocupaciones importantes como el desempleo (producto de la recesión), así como una caída en la imagen presidencial. Por el otro, la debilidad evidente del Gobierno es un motor para las fuerzas que se encuentran fuera del oficialismo aunque se esfuercen en acompañarlo, pensando en las elecciones del año que viene.
En ese contexto, Macri se prepara. Si Milei logra llegar bien a las legislativas, buscará negociar lo que pueda e intentará convencer sobre lo fundamental de su aporte para lograr los objetivos que el Gobierno no hubiera podido conseguir por si solo. En cambio si el Gobierno fracasara en sus objetivos, estará agazapado esperando el momento de endurecer sus críticas para separarse más claramente y poder capitalizarlo para su fuerza política.
De todos modos, lo único que parece claro es que la reaparición de Macri (y la de CFK) evidencia que a pesar de la motosierra, el ajuste y el relato refundacional mileísta, la "nueva Argentina" con la que se entusiasmaron el círculo rojo y el oficialismo no termina de nacer. Las palabras del magnate Paolo Rocca, quien aseguró que "quizás fuimos todos demasiado optimistas en creer que la situación en Argentina podría resolverse en el corto plazo", son la muestra más clara de eso.
El tiempo y la paciencia social son bienes escasos y en ese contexto, lo viejo tampoco termina de morir.
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