El Presidente recibió en la Casa Rosada a representantes de Aciera, la federación de iglesias evangélicas que a su vez tiene estrecha relación con el peronismo bonaerense. Contención social y negación de derechos para las mujeres, claves de la relación.
Daniel Satur @saturnetroc
Jueves 12 de septiembre de 2019 14:56
Foto Télam
Mauricio Macri recibió esta mañana a líderes evangélicos en la Casa de Gobierno. Con ellos analizó las medidas implementadas en las últimos días en cuanto a asistencia social y paliativos económicos. Como se recordará, hace dos semanas hizo lo propio con la Conferencia Episcopal Argentina.
Macri recibió a los directivos de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), que es según ellos mismos afirman la federación “mayoritaria” en el país de iglesias de esa orientación. La comitiva religiosa estuvo conformada por sus presidentes Rubén Proietti y Jorge Sennewald, los vicepresidentes de Relaciones Internas, Hugo Baravalle, de Relaciones Externas, Guillermo Fernández y de Planificación y Gestión, Silvia Arn de Mateo.
Por el lado del Gobierno, además de Macri estuvieron en el despacho presidencial el canciller Jorge Faurie y el secretario de Culto Alfredo Abriani. Según informó la agencia Télam, desde el gobierno dijeron que durante el encuentro se “analizaron las medidas que puso en marcha la Nación orientadas a reforzar la ayuda a los sectores más vulnerables”.
Por el lado de Aciera, a través de un comunicado informaron que “tal como ocurrió días atrás con las autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), hubo oportunidad de hablar con el primer mandatario sobre la difícil situación que atraviesa nuestra Nación”.
El 30 de agosto Aciera había publicado un curioso comunicado, en el que se vieron obligados a desmentir supuestos rumores sobre un encuentro con Macri. “Ante un mensaje difundido en la jornada de hoy, viernes 30 de agosto, a través de redes sociales”, donde se afirmaba que se reunirían con el Presidente en la Casa Rosada, Aciera “aclara que esta versión carece de veracidad”, dijeron. Trece días después, y sin mucho previo aviso, finalmente se juntaron.
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Según los dirigentes religiosos, la reunión de este jueves terminó con una “oración a favor de nuestro país”, realizada junto a los funcionarios.
El interés de Macri por llevarse bien con los evangelistas tiene el clarísimo tufo electoral. Según sus propios voceros, Aciera nuclea a alrededor de nueve millones de fieles distribuidos en más de quince mil iglesias. Un número nada menor para un gobierno que viene de sufrir un rechazo masivo en las PASO.
A su vez, ambos sectores (gobierno y evangélicos) están muy interesados en ser parte de garantizar, mediante leyes y políticas públicas, la contención de los sectores que más padecen el ajuste ejecutado por los partidos políticos tradicionales y aceptado con resignación por los “asistentes espirituales” de los sectores populares.
Pero el involucramiento de los líderes evangelistas con el poder político tiene, además, la búsqueda de una contrapartida a sus servicios contenedores y “apaciguadores” de la bronca social. La educación sexual y reproductiva y la legalización del aborto son dos cruzadas evangélicas (como también católicas) que obligan a realizar una influencia constante a través de un insistente lobby en las altas cumbres políticas.
Como ya se relató en otro artículo, si en 2018 la estrategia de “los celetestes” fue la del lobby parlamentario, la estrategia que se dieron para 2019 fue la avanzar con su presencia en casi todas las listas que superaron las PASO. La excepción es el Frente de Izquierda-Unidad, que encabezan Nicolás del Caño y Romina del Plá y lleva a Myriam Bregman como primera candidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires, siendo la única lista nacional completamente verde y con posibilidades de ampliar su representación en el Congreso.
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En un documento publicado este miércoles, donde se recuerda un evento ocurrido en 1999 en el Obelisco, Aciera destaca que “en este tiempo especial” se observa “con naturalidad que instituciones políticas, gobernantes, medios masivos de comunicación, y diversos actores de la sociedad ven a la Iglesia con un rol protagónico en el país”. Sin dudas piensan tanto en el macrismo como en el peronismo-kirchnerismo.
También allí aseguran: “vamos por más. La obra no está terminada y el Señor nos desafía a no conformarnos con los logros obtenidos, porque tiene MUCHO MÁS para su Iglesia en nuestro país (...) estemos preparados y dispuestos en este tiempo en donde nuestra nación necesita a creyentes de rodillas, clamando sin cesar por la Argentina y siendo protagonistas de lo que Dios hará”.
Tres días antes de ese artículo, el domingo 8, otro texto de Aciera se publicaba bajo el título “Angustia y Esperanza”. Allí detallan: “fuentes de trabajo que se cierran, pobreza que aumenta, falta de horizontes. Una vez más, la injusticia, la codicia, la impericia parecen triunfar. Una vez más la alegría de los más débiles acabó por marchitarse”.
En ese contexto, convocan “a cada habitante de esta nación a sumarse a la esperanza”, una esperanza “que se construye, derribando barreras y prejuicios, optando por los más débiles, trabajando por la justicia y la verdad”.
Y finalizan pidiéndoles a los candidatos en estas elecciones “que renuncien a las manifestaciones de violencia, egoísmo y soberbia. Que según sus ideales procuren el bien común y no el propio. Que sean constructores de paz y de justicia”.
Obviamente no mencionan a ninguno de los candidatos en particular. Pero este encuentro con Macri y las estrechas relaciones ya establecidas con el peronismo bonaerense hablan por sí solos. En este último caso, valga como ejemplo que Gabriel Ciulla, actual subsecretario de Culto de La Matanza, es un destacado pastor de la Iglesia Camino de Vida y miembro de Aciera. A él lo entronizó en el cargo Verónica Magario, la probable futura vicegobernadora de la provincia y presidenta del Senado bonaerense.
Parafraseando al dicho popular, Dios “está en todos lados” pero para los evangelistas siempre es mejor si se lo agarra atendiendo en la Casa Rosada.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc