350 bancas obtuvo La República en Marcha de Macron junto con MoDem, superando ampliamente la mayoría de 289 escaños. Sin embargo, al triunfo legislativo está teñido por un altísimo nivel de abstención: 57,4%.
Lunes 19 de junio de 2017
La República en Marcha (LREM), el partido del presidente francés, Emmanuel Macron ha logrado en la Asamblea Nacional junto con sus aliados centristas de la formación MoDem 350 de los 577 diputados, lo que supera ampliamente los 289 escaños de la mayoría absoluta. Se renovó un 75% de la Asamblea, un récord histórico.
A falta de las cifras definitivas, que el Ministerio del Interior dará a conocer este lunes antes de medianoche, LREM obtuvo en la segunda vuelta de las legislativas 308 diputados, que se suman a los 42 del MoDem. La cifra es inferior a los más de 400 diputados pronosticados tras la primera ronda del pasado día 11, pero otorga a Macron una holgada mayoría absoluta para implementar sus anunciada reforma: el ajuste.
En la primera vuelta el domingo 11, Macron obtuvo un 32% de los votos, y ya había sido alta la abstención con un 50% del electorado que no fue a votar.
La alianza entre el partido conservador Los Republicanos y la centrista Unión Demócrata Independiente (UDI) se hace con 137 diputados, lo que les coloca como la primera fuerza de la oposición en la Cámara Baja del Parlamento.
Los socialistas, asociados entre otros con el Partido Radical de Izquierda y los ecologistas, se quedan con 44 diputados, una derrota histórica frente a los 295 con los que contó tras las legislativas de 2012, lo que provocó ayer la renuncia de su secretario general, Jean-Christophe Cambadélis.
La Francia Insumisa de Jean-Luc Mèlenchon y su aliado el Partido Comunista obtienen 27 escaños, con lo que superan los 15 necesarios para formar grupo parlamentario, mientras que el partido ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen, que disputò el balotaje, pasa en cinco años de dos a ocho diputados, sin poder formar bloque propio.
El portavoz del Gobierno, Christophe Castaner, que saludó la "fuerte mayoría" lograda este domingo, pero admitió que el nivel récord de abstención, del 57,4 %, es un "fracaso colectivo para la política". Altos niveles de abstención ya se habían visto en el balotaje entre Macron y Le Pen, cuando el 25% del electorado no fue a votar, además de que el 10% había votado en blanco o anulado su voto.
El fracaso del que habla Castaner es expresión de la crisis de régimen que atraviesa a Francia desde hace tiempo, con una crisis exponencial de sus partidos tradicionales, sobre todo del socialismo, de un descontento de los trabajadores franceses y una consecuente crisis de representatividad y legitimidad del nuevo gobierno de Macron, convertido mediáticamente como la nueva estrella de la política francesa, pero que deberá saber leer y reconocer que no tiene un cheque en blanco para avanzar en las reformas más allá de la mayoría legislativa que obtuvo.