Nueva Caledonia. Macron viaja a Kanaky en medio de la represión colonial francesa

Kanaky, o Nueva Caledonia como la llamaron los franceses, es una colonia de Francia en el Océano Pacífico que vive en estos días un estallido social contra el intento del gobierno de Macron de modificar el censo electoral para favorecer a los descendientes de colonizadores y nuevos colonos que llegan cada año (llamados caldoches) por sobre la población originaria, algo que rechazan los independentistas kanak o canacos.

Este artículo fue publicado originalmente en Revolution Permamenete , parte de la Red Internacional de La Izquierda Diario.

Con 22 personas detenidas en las últimas 24 horas, los militares desplegados para «proteger edificios públicos» además de puertos y aeropuertos, y 29 activistas independentistas puestos bajo arresto domiciliario, el Estado prosigue su represión colonial en Kanaky. Una ofensiva llevada a cabo mano a mano con las milicias caldoches, responsables ya de la muerte de al menos dos jóvenes canacos.

Mientras se mantiene la bronca entre la población canaca, que lleva meses movilizándose contra la “descongelación” del cuerpo electoral, Macron anunció el martes que viajaría al archipiélago acompañado de su ministro del interior, Darmanin, hasta el jueves. El objetivo del viaje es lanzar una «misión de diálogo», cuyo contenido está claro: lejos de dar marcha atrás en la «descongelación» del censo electoral, el Gobierno maniobra y pretende imponer la vuelta al orden pidiendo el cese de las manifestaciones como condición previa a cualquier debate.

Su portavoz, Prisca Thévenot, explicó el martes que «la prioridad es restablecer el orden para que pueda reanudarse el diálogo en Nueva Caledonia», anunciando 600 efectivos adicionales que se suman a los «1.050 refuerzos de gendarmería, policía y seguridad civil» ya desplegados. En este sentido, el viaje de Macron pretende presionar a los independentistas para que vuelvan a la mesa de negociaciones, sin dejar de lado el deshielo y la represión.

En la misma línea, Darmanin, que compareció el martes ante la Asamblea Nacional para hablar del estado de emergencia en el archipiélago, anunció que esta misión tendría un carácter esencialmente administrativo, ya que no creía que hubiera ningún problema político en Kanaky. Continuando con la retórica de criminalización de los independentistas y de la juventud canaca que se ha venido repitiendo en los últimos días, Darmanin explicó que los jóvenes que protagonizaron las revueltas de esta semana eran «delincuentes» y que no había «ninguna revuelta política» en curso, sino violencia «utilizada políticamente por el CCAT (siglas en francés de Célula de Coordinación de las Acciones sobre el Terreno)».

Al despolitizar así el movimiento y seguir criminalizando al CCAT, enfrentándolo al FLNKS (Frente Canaco y Socialista de Liberación Nacional), el gobierno demuestra que no tiene ninguna intención de hacer concesiones al movimiento independentista. Además, Macron busca en especial, aprovechar la situación para jugar al «partido del orden» en las elecciones europeas, a pesar de las críticas de varios sectores del régimen.

La censura de Tik Tok, sin precedentes en Europa y que el Gobierno se esforzó en defender esta mañana ante el Conseil d’Etat, es un síntoma de esta voluntad de sofocar la revuelta por todos los medios. En la misma línea, Darmanin admitió ante la Asamblea que había considerado «bajar la 5G a 2G para todas las redes sociales» en Kanaky con el fin de impedir las comunicaciones.

En estas condiciones, cualquier negociación que Macron y Darmanin intenten forzar está condenada desde el principio. Como la reforma para «descongelar» al electorado ya ha sido votada, el Gobierno no tiene intención de abandonarla. E incluso si el ejecutivo no está seguro de obtener el 60% de los votos necesarios en el Congreso de Versalles para aprobar definitivamente la reforma constitucional, espera que una «vuelta a la calma» con porras y detenciones convenza finalmente a los grupos de la oposición.

El Estado francés está dispuesto a todo para mantener su dominio colonial sobre Kanaky, con el objetivo estratégico de beneficiarse de los suelos ricos en níquel del territorio, pero sobre todo de conservar la posición estratégica que ofrece al imperialismo francés en la región Indo-Pacífica. La determinación de Macron y la escandalosa represión en curso podrían, sin embargo, avivar las llamas de la ira en Kanaky, mientras que está claro que sólo un equilibrio de poder puede hacer retroceder al gobierno.

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En este contexto, es esencial construir una amplia movilización en Kanaky, pero también en todas las colonias francesas y en la Francia continental. El movimiento obrero tiene un papel clave que desempeñar en este sentido, utilizando su fuerza para defender el derecho de Kanaky a la autodeterminación y para denunciar la represión colonial que el gobierno seguramente aplicará en los próximos meses contra todos aquellos que se opongan a sus planes.

En un momento en que el gobierno está siendo puesto a la defensiva por el espíritu de lucha de la juventud canaca, construyamos un gran movimiento de solidaridad con el pueblo canaco, basado en las movilizaciones existentes de jóvenes y organizaciones pro palestinas en solidaridad con el pueblo palestino. Este fin de semana ya se han establecido los primeros vínculos con la lucha por la independencia canaca en las calles de París y Toulouse. Es urgente continuar esta lucha contra la represión sindical, por la retirada de la ley de descongelación del electorado y por el derecho a la autodeterminación de Kanaky.

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En París, el Colectivo de Solidaridad Kanaky ya ha convocado una manifestación para el sábado 25 de mayo a las 16.30.