El próximo domingo 13 de octubre se celebra en Madrid una manifestación por el derecho a la vivienda bajo el lema ¡bajemos los alquileres! Desde la CRT participaremos para denunciar la impostura del Gobierno y para pelear por la expropiación de las viviendas en manos de los especuladores, la prohibición de los desahucios y la bajada y control de alquileres por parte de inquilinas y trabajadoras. Solo así podremos conseguir que la vivienda sea un derecho, no un negocio.
Jueves 10 de octubre
Los alquileres han alcanzado cifras inasumibles para la mayoría de trabajadoras y trabajadores, especialmente para la juventud y sectores más precarios. Para las jóvenes emanciparse es casi imposible, la edad media de emancipación es de 30,3 años, la más alta en los últimos 20 años. Y cuando las jóvenes consiguen independizarse no lo hacen solas porque es imposible. Para alquilar en solitario deben destinar el 93,9 % de su salario. Pero el drama de los alquileres no solo afecta la juventud, la mayoría de los trabajadores deben destinar el 43% del salario al pago del alquiler, cifra que en provincias como Madrid o Barcelona se dispara.
La mayoría de nosotras nos enfrentamos a un panorama sombrío que empeora año a año. Mientras los salarios no aumentan, o lo hacen a ritmos irrisorios pactados por las burocracias sindicales, el Gobierno y la CEOE, los alquileres no paran de subir. El aumento interanual del precio de la vivienda es del 10%. En la ciudad de Madrid es del 14,3%, en Barcelona un 11,8%, en Valencia un 16,5%. Las consecuencias de esto son desoladoras como vemos con las cifras de desahucios. A pesar del discurso hipócrita del Gobierno “progresista” de que iban a parar los desahucios, sólo en el primer trimestre de 2024 hubo 7.424 desahucios, un 12% más que el mismo periodo del año anterior. Un 73,3% de ellos a causa de lanzamiento por impago de alquiler. Mientras, hay 3,8 millones de viviendas vacías en todo el territorio, muchas de ellas en manos de bancos y fondos buitre.
Una lógica especulativa que permite que los grandes tenedores como CaixaBank, Blackstone o Azora vengan obteniendo beneficios milmillonarios. Al mismo tiempo en las grandes ciudades la falta de un parque de vivienda pública favorece la espiral de precios de la que terminan beneficiándose estos grandes tenedores que ya destinan una parte importante de sus carteras al alquiler. Hoy quienes determinan la lógica alcista del mercado son los fondos de inversión.
Este panorama demuestra que la Ley de vivienda aprobada por el Gobierno PSOE-UP no implica nada. Un proyecto que sirvió al Gobierno para construir un relato que hoy se cae por el peso de los datos. En el último año los alquileres no han parado de subir, los bancos y fondos buitre no han dejado de desahuciar a familias vulnerables y miles de personas son cada día expulsadas de sus casas, de sus barrios y sus ciudades por no poder pagar un alquiler.
Mientras el actual Gobierno del PSOE y Sumar sigue desplegando toda su hipocresía, los bulos sobre la ocupación infundidos por la derecha corren como la pólvora y alimentan los discursos más reaccionarios al tiempo que enriquecen a las aseguradoras. La posibilidad de que cada vez más sectores terminen depositando su confianza en las promesas de la derecha y extrema derecha que esconde su lógica liberal construyendo enemigos fantasma está más presente que nunca.
Frente a este panorama muchas y muchos jóvenes y trabajadores venimos organizándonos en distintas plataformas de vivienda, asambleas y sindicatos de inquilinas para luchar contra la irracionalidad de un sistema que afecta al conjunto de la clase trabajadora. Acciones para frenar desahucios, huelgas de alquileres, acciones frente a bancos y sedes de fondos buitre, manifestaciones… frente a lo que los distintos Gobiernos, incluidos los dos últimos, vienen aplicando medidas represivas y sanciones amparados por leyes como Ley Mordaza. A pesar de ello hoy somos muchas las que no nos resignamos y somos conscientes de que solo a través de la autoorganización y la lucha podemos enfrentar la voracidad de un sistema capitalista que trata de robarnos nuestras vidas. Es por ello que este 13 de octubre marcharemos para bajar los alquileres. Muchas de nosotras, además, lo haremos desde la crítica al Gobierno ya que en esta movilización también participarán partidos que forman o han formado parte del ejecutivo de Sanchez como Podemos, IU y Sumar. Lo haremos señalando no solo a los grandes tenedores sino tambien a la inacción y responsabilidad del Gobierno "progresista" ya que viene favoreciendo con sus políticas la especulación. Este señalamiento y delimitación nos parece importante ya que estas formaciones participa en esta convocatoria para lavarse la cara mientras legislan en favor del lobby inmobiliario.
Sin embargo, todo esto es importante pero no suficiente. Para poder parar los desahucios, bajar los alquileres y que la vivienda sea un derecho para todas, es necesario poder articular una fuerza social y política para lograr imponerlo.
Es urgente organizar desde abajo un plan de lucha que integre la clase trabajadora en toda su amplitud y que pelee por un programa que apunte al corazón de los intereses de los capitalistas, como los grandes tenedores de vivienda que hacen negocio con nuestras casas, pero también con nuestra salud, con nuestra educación y con la guerra. CaixaBank, el segundo casero del estado, es una de las 12 entidades españolas que financian a empresas que surten de armamento a Israel. Los mismos bancos que desahucian a las familias vulnerables aquí son los que invierten en el negocio de la salud y en la industria armamentística que alimenta el genocidio palestino.
Para ello es necesario también denunciar y exigir a los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, que durante todo este tiempo han mirado para otro lado como si el problema de la vivienda no fuese uno de los principales ataques que sufrimos las y los trabajadores, que rompan con su subordinación al gobierno capitalista y llamen a la lucha por la vivienda para todas y todos.
Desde la CRT participaremos este 13-O de la manifestación de Madrid para denunciar la impostura del Gobierno y plantear una perspectiva de lucha por un programa de medidas de emergencia, que incluya:
La expropiación sin indemnización de las viviendas vacías en manos de los bancos y fondos buitre. Estas viviendas deben pasar a formar parte de un parque de vivienda pública y social, gestionado democráticamente por las y los inquilinos y trabajadores.
Prohibición inmediata de los desahucios por lanzamiento hipotecario y de alquiler. Ninguna familia puede ir a la calle mientras hay miles de viviendas vacías. Alternativa habitacional inmediata de calidad para las familias que lo soliciten.
Creación de un parque de vivienda pública financiado con impuestos a las grandes constructoras, bancos y fondos de inversión.
Bajada inmediata de los alquileres. Ninguna familia trabajadora debería dedicar más de un 20% de sus ingresos menos deudas al alquiler o hipoteca.
Por la no criminalización de las luchas por la vivienda y por la amnistía para todos los activistas y luchadores por el derecho a la vivienda que han sido sancionados, multados o condenados por leyes como la Mordaza.
El problema de la vivienda no está separado del conjunto de ataques que las y los jóvenes, trabajadores y sectores populares sufrimos en la actualidad. Es por ello que esta lucha debe ir acompañada de la pelea por otras medidas contra el paro y la precariedad juvenil, como el reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial o la incorporación inmediata de cláusulas de revisión salarial en todos los convenios que indexen el IPC de forma mensual y de forma automática o la nacionalización sin indemnización y bajo control de trabajadores y usuarios de los oligopolios de la energía y el trasporte entre otras. Medidas sin las que es imposible pensar resolver la problemática de la vivienda.