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Red Internacional
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Madrid: la huelga de médicos se extiende a los hospitales

Este viernes se anunciaba la convocatoria de dos jornadas de huelga, el 1 y 2 de marzo, por parte del personal médico y especialista de los hospitales madrileños. Este anuncio supone un importante salto en las movilizaciones y protestas que vienen desarrollando las y los sanitarios en la Comunidad de Madrid y que avanza hacia la posibilidad de poder convocar una huelga general en toda la sanidad.

Viernes 17 de febrero de 2023

La movilización de trabajadoras y trabajadores sanitarios ha dado un nuevo salto en la Comunidad de Madrid. A la huelga que desde hace semanas mantienen casi de forma ininterrumpida los médicos de la Atención Primaria se suman este 1 y 2 de marzo los médicos y especialistas de los grandes hospitales. Tal y como ha manifestado el sindicato Amyts, la organización convocante de la huelga: “los facultativos especialistas de hospitales de la Comunidad de Madrid tenemos a nuestras espaldas un largo historial de agravios que no han visto acuerdo ni solución”.

Las y los médicos dan este paso después de que el gobierno de Ayuso se negase a reunirse con ellos hasta en cuatro ocasiones. Esto se le suma a la escalada de declaraciones y agravios que parece haber emprendido la Conserjería de Sanidad con respecto al conflicto de Sanidad. De esta manera esta misma semana trataba de ridiculizar a los médicos de Atención Primaria en huelga y prohibía la recogida de firmas, pegada de carteles, pancartas y cualquier tipo de propaganda sindical en los centros de salud madrileños.


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Esta convocatoria se da ante la total desidia por parte de Ayuso y su equipo a la hora de afrontar la multitud de problemas que surgen a todos los niveles dentro del sistema sanitario, producto de sus mismas políticas. En concreto en los hospitales las cifras dan cuenta de una situación insostenible. Actualmente hay 811.408 personas en las listas de espera para una intervención quirúrgica, casi 200.000 más que cuando Ayuso llegó a su cargo. Donde además 80.000 pacientes ya saben que tendrán que esperar más de tres meses para hacerse pruebas diagnósticas y 300.000 para ser atendidos por un especialista.

Estos datos no son peores debidos al enorme esfuerzo del personal médico que soportan una sobre carga de trabajo y jornadas infernales en las que se ven obligados a hacer turnos de hasta 24 horas seguidas.

Como señalan desde Amyts, esta situación no es nueva pero si empieza generar niveles de sobrecarga insoportables. El cansancio acumulado empieza a ser un problema real en la salud del propio personal médico que viene soportando desde la pandemia unos ritmos y condiciones insostenibles.

Es por eso que las reivindicaciones de los médicos y especialistas de hospitales que se disponen a ir a la huelga apuntan directamente a aliviar esa sobre carga de trabajo, a pedir mayor personal para una atención de calidad, y a unas mejores condiciones salariales.

Se trata sin duda de un hecho de gran importancia en la lucha que se está desarrollando en estos momentos en la Comunidad de Madrid para tratar de frenar el deterioro de la sanidad pública. Además se da en un momento en el que la estrategia del Gobierno de la CAM para frenar la cascada de movilizaciones y malestar generalizado entre el personal sanitario y las clases populares madrileñas consiste en desgastar sobre todo a la huelga de médicos de Atención Primaria.

La extensión de la protesta y en concreto a través de los métodos propios de la clase trabajadora como es la huelga, contribuye a preparar unas mejores condiciones para poder ser capaces de articular fuerza social necesaria para doblarle el brazo a Ayuso. El gobierno de la Comunidad de Madrid ya ha demostrado que se dispone a no conceder un centímetro a las reivindicaciones de las sanitarias y vecinos que se están movilizando. Para la derecha madrileña el conflicto sanitario se ha convertido en un pulso que dentro de su lógica no pueden permitirse perder, ya que pondría de relieve la debilidad del propio modelo ultraliberal y privatizador de los servicios públicos favorecido por la ley privatizadora 15/97 y por los recortes en sanidad que se vienen sucediendo desde la crisis del 2008 de manera generalizada en todo el Estado y que se expresan en la tendencia decreciente en los Presupuesto Generales del Estado dedicados a la sanidad, incluidos los últimos presupuestos del Gobierno PSOE-UP. Para ello, la Comunidad de Madrid cuenta además con uno de los presupuestos de gobierno más fuertes que les permite regar de dinero a sus medios de comunicación afines con los que arremete en una campaña mediática feroz contra las y los sanitarios en lucha.


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Es debido a eso que la huelga convocada este viernes para el personal médico de hospitales supone un enorme impulso para seguir acumulando fuerzas para tratar de avanzar hacia la convocatoria de una huelga general en todo el sistema sanitario y de todas la categorías —como ya se empezó a plantear en la huelga general de la Atención Primaria en esta Comunidad el pasado 2 de febrero o que hemos podido ver en Catalunya en la jornada de huelga de servicios públicos a finales de enero— para lo cual es importante además plantear al resto de sindicatos, incluidas las burocracias de CCOO y UGT, que convoquen asambleas en todos los centros sanitarios y hospitales para empezar a trazar un plan de lucha en esta perspectiva, incorporando las reivindicaciones de todos los sectores de la sanidad, como la mejora de las condiciones de trabajo y salariales de todas las categorías más bajas (celadores, auxiliares, técnicos de emergencias...), la estabilización de todos los contratos o la internalización de todos esos servicios externalizados. Solo de este modo se puede romper con las lógicas corporativistas y la separación que generan entre las plantillas

Junto con ello, es necesario bregar porque la lucha de las y los sanitarios siga empalmando con las y los usuarios que también vienen movilizándose masivamente, como el 12 de febrero o anteriormente el 13 de noviembre, y tienda a coordinarse con todos los sectores de trabajadores organizados y en lucha. Solo concentrando la fuerza del potente movimiento en defensa de la sanidad se puede derrotar el modelo privatizador de Ayuso e imponer que se lleve a cabo un plan sanitario que responda a las necesidades de los sectores populares y la clase trabajadora que sufren la degradación de la sanidad.