Con la mediación del secretario general de la ONU, los gobiernos de Guyana y Venezuela acordaron este domingo en Nueva York el retorno de sus embajadores y la búsqueda de restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos países, así como el establecimiento de una comisión técnica para abordar el diferendo por la región de Esequibo con la mediación de las Naciones Unidas.
Martes 29 de septiembre de 2015
La reunión sostenida en Nueva York la noche de este domingo, entre Nicolás Maduro y David Granger con la mediación del Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, en el marco de la 70º Asamblea General de la ONU y de la visita papal a EE.UU., tuvo como punto central el tratamiento del diferendo por el Esequibo, en el marco del crecimiento de tensiones entre ambos gobiernos durante la semana pasada.
Una semana de fuertes tensiones y hasta de fraseología bélica
A poco menos de una semana de haberse realizado en Ecuador la reunión entre Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos para llegar a acuerdos sobre el conflicto fronterizo entre Colombia y Venezuela, y cuyas declaraciones dejaban entrever tensiones todavía no resueltas, se generaban manifestaciones altisonantes por parte de Guyana frente a la “orden del gobierno venezolano para realizar ejercicios militares en el oriente del país”, próximo al territorio del Esequibo, lo que abría un nuevo episodio en la escalada de tensiones con dicho país y Venezuela.
Para el día 22 de septiembre, “los ejercicios militares” venezolanos se daban, según el Estado Mayor, en el marco de lo que el gobierno ha denominado “Campaña Patriota 2015”, la cual comprende la movilización de batallones de todos los componentes de la FANB en varios estados del país, movimientos de tropa del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea con sobrevuelo de aviones y helicópteros. "En este momento estamos haciendo un ejercicio hacia el oriente del país, ejercicio de despliegue operacional" declaraba ese día de septiembre el General Vladimir Padrino López, actual Ministro de Defensa de Venezuela. Estos ejercicios prendieron las alarmas en Guyana.
Dichos ejercicios militares no tardaron en generar la reacción del gobierno guyanés, cuya lectura en clave confrontativa suscitó las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores de Guyana, Carl Greenidge, sobre una supuesta presencia "ilegal" de barcos armados de Venezuela, afirmando que "Están enviando -Venezuela- barcos armados al río Coeroeni, que como saben pertenece a las aguas de Guyana. Además de la movilización de tropas y equipo, incluido un lanzamisiles al otro lado de la frontera, hasta lo que tengo entendido han posicionado ilegalmente embarcaciones en aguas de Guyana". Hecho que incluso, llevaba a que el Guyana Chronicle, principal diario de Georgetown, colocaba el día 23/9 en su portada “El Gobierno llama a estar Alertas”.
Todo esto cuando justamente el día anterior, David Granger había declarado que: "La situación es cada vez peor, no mejor. Aunque Venezuela está envuelta en una gran controversia con Colombia, recientemente hemos recibido informes de que Venezuela está realizando despliegues militares extraordinarios en el Oriente de Venezuela; es decir el oeste de Guyana; que parece estar afectando a la defensa territorial de Guyana". Situación que marcaban en rojo el estado de tensión pues el Jefe de Estado Mayor de la Fuerza de Defensa de Guyana, el brigadier Mark Phillips, anunciaba que más de mil soldados preparados se disponen ante una eventual agresión proveniente de Venezuela, así como la posibilidad de adquirir nuevas naves de combate para su Fuerza Aérea de Defensa.
Esta situación se daba cuando Guyana había declarado días antes que rechazaba la mediación de ONU y que iría a la Corte Interamericana de Justicia (CIJ), declarándose oficialmente desde las oficinas de Georgetown que: “Iremos a la Corte.
Ya no estamos interesados en el estéril proceso de buenos oficios”. Afirmaciones que se daban cuando ya estaba anunciado el encuentro entre Nicolás Maduro, y su homólogo de Guyana, David Granger, en la Asamblea General de la ONU que se instalaba el 24 de septiembre, cuando Guyana ya había aceptado la mediación de la ONU con la práctica de los buenos oficios, y ahora se echaba para atrás, congelándose el restablecimiento de las embajadas que ya se estaba negociando.
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, a través de su programa televisivo, anunció el pasado miércoles 23 por la noche la invitación que la ONU extendía a Granger para reunirse con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, en Nueva York, “él (Granger) debe aceptar la invitación al diálogo propuesto en la ONU”, y para la noche del jueves 24 Maduro esperaba la respuesta de Granger para un encuentro “face to face” como suele decir.
En Nueva York, durante la Asamblea General de la ONU
Durante la visita de Maduro a Nueva York, cuyo plato fuerte sería el encuentro con Granger, participó en el Foro de Desarrollo, encuentros con sus con homólogos de Argentina, Cuba, Brasil, República Dominicana, Panamá, y reuniones con el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov. Por su parte, David Granger de Guyana sostuvo un encuentro con el primer ministro de India, Narendra Modi, que según declaró a Guyana Chronicle: “Hemos alertado a la comunidad internacional y a la India en particular, como un fuerte miembro de la Commonwealth, para darnos apoyo y liderar el debate para garantizar que la seguridad de los Estados pequeños esté garantizada”, a la par que declaraba “fallido” el proceso de “buenos oficios”.
En este marco es que se dio el encuentro de este domingo 27 por la noche, entre ambos mandatarios y la mediación de Ban Ki-moon, que se realizaba a puertas cerradas, y más allá de fotografías conjuntas, poco se decía realmente lo que se había dialogado. Solo que el presidente Nicolás Maduro anunciaba que se daba el retorno de los embajadores de ambas naciones “a cumplir labores diplomáticas”, “comunicación constante”, y que “para no permitir que nadie mienta (…) he ordenado a la canciller que también se comunique permanentemente con el canciller de Guyana”.
Al mismo tiempo que informaba que la próxima semana arribará a Venezuela una comisión técnica especial de la Secretaría General de las Naciones Unidas (ONU) “para trabajar de manera integral sobre la situación actual del reclamo por el Esequibo, en el marco del Acuerdo de Ginebra de 1966”. Mientras que Granger afirmaba que "Acabamos de hablar con hechos. Aprovechamos la oportunidad para reiterar que debemos tener una solución jurídica; se trata de un problema legal, tiene que haber una solución legal (…) El Secretario General tiene un menú de medidas”.
Más allá de la vía diplomática
Tras una semana del agravamiento de las relaciones entre ambos gobiernos es preciso volver una vez más a señalar que detrás del conflicto limítrofe con Guyana se encuentran fuertes intereses económicos sobre los 160.000 kilómetros cuadrados que ambas naciones se reclaman, con miras a la explotación de recursos forestales, hídricos y minerales, y donde es muy probable que transnacionales como la Exxon Mobil pudieran estar azuzando el conflicto limítrofe.
Por esta razón, en un anterior artículo para este mismo diario se afirmaba que “graves y profundos problemas afrontan las clases trabajadoras de ambos países a uno y otro lado de la frontera, como para que los gobiernos los vean sometidos a estas tensiones que de escalarse cada vez más son los que terminarán siendo usados como carne de cañón, por eso solo los intereses comunes fundamentales de los trabajadores de ambos países podrán dar solución a este problema”.
La única posible vía que puede abrir a la solución al conflicto limítrofe entre Guyana y Venezuela, y que sean los campesinos, trabajadores y pueblos originarios de ambos lados de la frontera quienes tengan que pagar los costos, fuera de cualquier vía diplomática entre representantes oficiales de ambos países, dependerá de la lucha antiimperialista, de la expulsión de las trasnacionales y la unidad de los trabajadores y el conjunto de los explotados.