En asamblea de trabajadores de MadyGraf realizaron un reconocimiento al aporte de Leonardo Norniella a la recomposición del movimiento obrero industrial de la zona norte.
Lunes 16 de marzo de 2015 09:16
El último sábado llevamos adelante en MadyGraf nuestra Jornada Asamblearia, que comenzó con un merecido homenaje a Leonardo Norniella. Hablamos de los comienzos de su militancia revolucionaria, allá por los 90, y del imborrable aporte que realizó al movimiento obrero en general y, en particular, al de zona norte.
Haciendo una muy resumida línea de tiempo, recordamos cómo la organización en Donnelley, que comenzó en el 2005, pegó un salto y se consolidó al calor de la lucha de Kraft, la cual a su vez estuvo fundamentada en la experiencia de PepsiCo que, con Leo a la cabeza, comenzó a marcar un camino para los trabajadores que se decidían a enfrentar los abusos de las patronales. La historia del movimiento obrero se va construyendo al calor de sus procesos de organización y lucha, y Leo es parte fundamental de esa historia de recomposición en zona norte.
Además, Leo fue parte fundamental de la construcción de nuestro partido, el PTS, y en particular de nuestra voluntad de insertar las ideas revolucionarias en el movimiento obrero. Quienes nos sumamos en los últimos años al partido, y los que sin militar en ninguno se sumaron a la lucha como activistas y clasistas, lo hicimos con la confianza de saber que no íbamos a estar solos, que habíamos encontrado un polo de resistencia. Muestra de esto fue la delegación de MadyGraf que asistió al sepelio y al acto homenaje el día sábado, conformada por compañeros de muchos años de militancia (y amistad) con Leo, otros más nuevos que lo veíamos como un referente, y también independientes reconociendo su tarea. Esto refleja lo imprescindible del trabajo hecho por Leo y otros compañeros que también estuvieron en los comienzos, como Poke Hermosilla, Oscar Coria, Catalina Balaguer, Camilo Mones o Eduardo Ayala. Justamente son ellos los primeros en destacar a Leo.
Quedará dando vueltas el recuerdo de su visita a MadyGraf bajo control obrero con un grupo de compañeros de PepsiCo. Les contaba orgulloso todo el proceso y la importancia de lo que significa esta experiencia, importancia de la que a veces no somos conscientes quienes estamos dentro, absorbidos por las complicaciones diarias. Ese día, con ajustada simpleza, Leo dijo: “Pensar que hace treinta y pico de años, acá enfrente [por el predio de la fábrica Ford] había un centro clandestino de detención donde mataban trabajadores, y ahora, del otro lado de la Panamericana, hay una fábrica controlada por sus obreros”. Leo estaba orgulloso de esta fábrica sin patrones, y con sobradas razones para estarlo, ya que tuvo una gran influencia en el proceso de organización, seguramente más de la que él mismo imaginaba. Por eso los aplausos con los que cerramos el homenaje a Leo en nuestra Jornada de Asamblea no fueron de despedida, sino de reconocimiento a su vida como obrero revolucionario.
Los cimientos que dejó en esta vanguardia que seguimos construyendo quedarán para siempre, él estará siempre en cada batalla de la lucha por cambiar este sistema capitalista y construir una sociedad comunista, y su legado que quedará marcado en la historia de la recomposición de los trabajadores de zona norte. ¡Hasta el socialismo siempre, Leo Norniella!
