El 10 de mayo es una fecha emblemática en México.
Domingo 10 de mayo de 2020
En México, el día de la madre es una “fecha importante”. El país se detiene entre festejos, celebraciones y actividades recreativas. Regalos, comilonas y hasta “bailables” se realizan en toda la República.
Ese día, sin embargo, es impensable que todos estemos con nuestras madres en un ambiente familiar. No todo es color de rosa. En México, con más de 60 mil desaparecidos, hay miles de madres que buscan a sus hijos e hijas.
Otras mamás también protestan por la presentación con vida de sus hijas arrebatadas por las redes de trata o por la violencia feminicidia y es que por lo menos hay 10 feminicidios al día.
Otras, además de ser el sostén de toda la familia, pasan momentos de ansiedad y crisis derivadas por el Covid-19.
Desde la Agrupación Magisterial Nuestra Clase realizamos una consulta entre las maestras madres para escuchar de viva voz cómo se vive esta situación en las familias. Presentamos esta serie de testimonios para “ver el mundo de los ojos de las mujeres trabajadoras” y poder cambiarlo desde sus raíces.
Doble jornada
¿Cómo se vive ser maestra y madre en estos tiempos? Ericka, orientadora, nos responde “ es la oportunidad de estar mucho más cerca de mi hijo, pero es también difícil para manejar las emociones propias como incertidumbre, miedo, ansiedad, temor por la familia”.
Para la maestra Gloria esta situación “implica trabajar ya que la escuela nos exige estar conectados para mandar trabajos, estar disponibles para las llamadas telefónicas recurrentes, tener que estar atentos al monitor o al celular cuando mi hija requiere atención entonces no le doy el tiempo de calidad que requiere. Así que no estoy de vacaciones, estoy trabajando, gran parte del día me dedico a estar revisando trabajos, correos, etc.”
En torno a los trabajos de los cuidados existen muchos artículos publicados en varios medios internacionales, pero en estas palabras taladrantes y contundentes podemos mirar la preponderancia de una “doble jornada” que hacen los cuidados familiares de los hijos y la preparación de clases virtuales en medio de una de las peores pandemias que dejó la humanidad.
Dice la maestra Zaria “es como tener doble jornada, por una parte realizar lo que nos requieren, evidencias, atender a lo laboral y a la vez atención en casa , realizar tareas, desayuno , comida , baño, etc. Y a eso sumarle la situación emocional de estar con un pequeño en confinamiento es cansado porque la exigencia es cuidar las medidas de salud, pero también las medidas que se piden en lo laboral y de pronto parece que es contradictorio.”
Cargas fuertes de estrés
El estrés crece entre las madres docentes: deben hacer la doble jornada de trabajo de cuidados o doméstico. Dice la maestra Sara con justa razón “Siendo sincera es realmente cansado a pesar de estar trabajando en casa” continúa “con el estrés que genera una crisis como la que se está viviendo y mantenerme fuerte y atenta a las necesidades de mi bebé.”
En una escuela de Iztapalapa, la maestra Yesenia señala que el estrés aumentó en su vida significativamente “tener que duplicar el esfuerzo es un estrés constante en el cual quieres abarcar ambos papeles pero sientes que no das el 100 en ninguno. No solo es decirle a tu hija: "haz el trabajo", también es apoyar el dudas salir por material que solicitan. No podemos estar al 100% en estos tiempos”.
Posibles salidas
¿Qué demandas podrían tener las maestras que son madres? La maestra Nancy de una escuela de Álvaro Obregon avisora sobre ello “poder estar más tiempo con nuestros hijos, que se extienda la licencia mínimo hasta al año, y que cuando regresemos a laborar consideren nuestras necesidades, como horario, faltas, días económicos y documentos a entregar, como el plan de clase, las evaluaciones y trabajos extras siempre hacemos".
No parece nada fuera de lo común. Sin embargo, las autoridades de la SEP están muy lejos de poder resolver las garantías mínimas para que las mamás maestras puedan estar en mejores condiciones. ¿Y si las maestras nos organizamos? Una comisión de mujeres en cada escuela podría discutir cómo implementar, por medio de la lucha, medidas que permitan licencias extendidas para la maternidad, planificación de horarios de asignaturas con prioridad para las maestras mujeres, entre otras demandas sentidas en el magisterio mexicano.