"Hasta ahora y como siempre ellos traen el problema y los muertos los ponemos nosotros", reproducimos la columna de opinión de Leonardo Mallea ante la situación política del Coronavirus.
Viernes 27 de marzo de 2020
Me han pedido dar mi opinión sobre lo que está sucediendo en Chile con el coronavirus.
¿Cómo poder interpretar tanta rabia acumulada?
Lo cierto es que me cuesta bastante, porque lo mío principalmente es escribir canciones, y mis canciones hablan por lo general de temáticas sociales.
Es extraño, porque siento que además de lo que sucede con el COVID-19 estamos en una crisis social enorme, revuelta, estallido social, revolución o como quieran llamarlo, lo cierto es que muchos de nosotros estábamos arriba del caballito desde nuestras diferentes trincheras empujando para que las demandas del pueblo al fin sean escuchadas y sentíamos que lo estábamos logrando, cuando un grupo de parlamentarios le lanza un tremendo salvavidas al ineficiente presidente de este hermoso y falso oasis.
Comenzamos a hablar de Plebiscito para cambiar la maldita constitución de la dictadura, que nos llevó a abrir el debate ideológico con muchas organizaciones, en momentos que de verdad daba la sensación de que Chile despertó. Era linda la discusión que se estaba generando, independiente de si estábamos de acuerdo, muy de acuerdo o casi nada de acuerdo, por fin teníamos la posibilidad de discutir entre todos y todas, la posibilidad de reconstruir una nueva constitución. En esta parte, como pueblo fuimos víctima de innumerables violaciones de derechos humanos, compañeros y compañeras fueron, violadas, torturados, mutiladas, asesinados, tirados al fuego para ocultar evidencia por un gobierno que se niega a escuchar una y otra vez las demandas del pueblo.
Estábamos en eso cuando desde lejos nos llegaban informaciones de un virus que estaba dejando la embarrada en China y que se venía expandiendo al resto del mundo de manera muy rápida y que amenazaba con la muerte de nuestros viejos si no tomábamos las medidas necesarias. Por mi parte debo reconocer que soy uno de los incrédulos que pensaba que era una excusa más del gobierno para frenar nuevamente nuestras demandas. Sectores progresistas proponen suspender y reagendar el plebiscito del 26 de abril, lo que generó más dudas aún sobre la verdad que ocultaba este bicharraco asesino.
Hace algún tiempo compuse una canción llamada Hospitales, donde hablo sobre el nefasto sistema de salud que hay en Chile, hago una pausa comentando esto, porque al momento de escribir esta canción el ministro era Mañalich, quien fuera expulsado del colegio médico y quien mintió sobre las listas de espera, dejando aún más en evidencia las malas condiciones de nuestro sistema de salud… Sí, el mismísimo Mañalich… un ministro al que de sólo ver - y al igual que el presidente - nos hace sentir vergüenza de tener ese tipo de representantes, el tipo que hace muy pocos días dijo que el bicharraco podía mutar y “volverse bueno” y que pocos días atrás dijo que “Tenemos uno de los mejores sistemas de salud del planeta”. ¡Adonde la viste! En qué planeta viven estos locos, si tienen a los pacientes esperando ser atendidos en el suelo, si tienen a los doctores trabajando sin insumos médicos, donde con suerte están alcanzando las mascarillas para los pacientes contagiados y aun no es el peak de la enfermedad.
Es triste, porque esta enfermedad no la trajo el pueblo. La trajeron los ricos que no tuvieron ningún escrúpulo, sabiendo que debían tomar las medidas de resguardo y no lo hicieron. Salieron a pasear, contagiando a diestra y siniestra a la gente y como si fuera poco la cuarentena se la tomaron por vacaciones. Triste, porque ellos tienen los recursos y las medidas de seguridad al alcance de su bolsillo. Hasta ahora y como siempre ellos traen el problema y los muertos los ponemos nosotros.
Me duele hablar sobre lo que está sucediendo, me duele por mi madre, por mis abuelos y por todos los seres queridos amigos y familiares que en este momento están asumiendo un riesgo vital por la negligencia de un gobierno que sigue sin escucharnos. Porque no queremos toque de queda, queremos cuarentena efectiva y no queremos escuchar más las estupideces insensibles del presidente y su gabinete por televisión. Nuestra vida no es un chiste para ricos.
¡Y prepárense porque cuando volvamos a la calle vamos a volver con cuática!