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Red Internacional
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CDMX. Maldita pobreza: en el call center también suena Bad Bunny

No es sólo un concierto lo que cuesta una semana de trabajo o más. Este es un ejercicio sobre la realidad de millones que no son Sofía Niño de Rivera ni Samuel García, quejándose de "suelditos" de 30 y 40 mil pesos. ¿Cuánto debe laborar un joven trabajador para pagar su entrada a un concierto del puertorriqueño en el Estadio Azteca?

Martes 8 de febrero de 2022

Bad Bunny es considerado el máximo artista trap latino de la actualidad. Encabeza la lista de lo más escuchado en Spotify a nivel global y sus videos son de los clips en español más vistos en YouTube en Estados Unidos. Su público, según cifras de esta misma plataforma, contempla a jóvenes entre 18 y 24 años, que son quienes más escuchan reggaeton y posicionan a Bad Bunny junto a J Balvin como los artista del género más buscados.

Según datos de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, México es uno de los países que más escucha música por medio de suscripción a alguna plataforma de streaming, con un margen de edad entre los 16 y los 34 años. En 2021 Bad Bunny, Christian Nodal y Rauw Alejandro fueron los tres más escuchados en nuestro país en Spotify. En el caso del puertorriqueño, se posicionó por segunda ocasión en este puesto, ya que desde 2020 se ha mantenido entre lo más escuchado en nuestro país.

En México, de los más de 32 millones de jóvenes entre 14 y 29 que cuenta el INEGI, el 24.8 % vive en la Ciudad de México. Según el mismo organismo estadístico, de estos jóvenes apenas el 44% de quienes trabajan está contratado o cuenta con cierta formalidad en su empleo [1]. El resto engrosa las filas del desempleo, la informalidad y la subcontratación. Los call centers son los favoritos. Y ahí también se escucha Bad Bunny.

Con salarios que rondan entre los 20 y 36 pesos por hora, los elevados costos de las entradas para ver a Bad Bunny causaron revuelo entre los jóvenes admiradores del cantante. Tristeza, impotencia y humor, con memes en redes sociales, cadenas de oración y la pregunta "¿Cuánto hay que trabajar para pagar un boleto?", así como el cálculo de otras cosas que podrían pagarse con ese dinero, como un tratamiento dental, la renta o limones (aludiendo a los elevados costos que alcanzó la fruta en semanas anteriores).

Tomando como referencia el salario que ofrecen dos de las empresas con más presencia en México, Teleperformance (25 pesos por hora para el ejecutivo telefónico) y Atento (18 pesos para sus asesores telefónicos), para pagar un boleto de 660 pesos, a pesar de ser el más "accesible", hay que trabajar 26.4 y 36.6 horas, respectivamente.

Para pagarse un boleto en lo mejor de las gradas y en la cancha, mismos que rondan entre los 3 mil 336 y 3600 pesos, hay que trabajar 133.44 y 185.3 horas. Es decir, 16 y 23 días (contemplando una jornada de 8 horas). Estar en la zona pit y ver de cerca a Bad Bunny costaría 338 y 436.4 horas de trabajo: 42.25 y 54 días, respectivamente. Desde luego no se consideran gastos de transporte, comida e insumos para afrontar la pandemia, mismos que las empresas no garantizan y debe salir de los bolsillos de los mismos trabajadores.

No es sólo un concierto lo que cuesta una semana de trabajo o más. Este es un ejercicio sobre la realidad de millones que no son Sofía Niño de Rivera ni Samuel García, quejándose de "suelditos" de 30 y 40 mil pesos: El costo de la canasta básica según la Profeco es de 1 055 pesos, mientras que el tanque de 20 kilos de gas se mantiene en un promedio de 500 pesos en la capital. Eso y sólo eso suman 62.2 y 86.3 horas de trabajo, divididas en jornadas de entre 6 y 11 horas. Más de una semana y sin contar renta o el pago de otros servicios como agua y luz. En este panorama ¿en dónde cabe el acceso a la cultura y al esparcimiento?


[1A nivel nacional, según la Oficina de Países de la OIT para México "casi 80% de la población ocupada de jóvenes no cuenta con contrato laboral y cerca de 47% de ellos no tiene prestaciones laborales. Los ingresos por trabajo de la población de jóvenes se concentran entre uno y dos salarios mínimos. Más de 1.3 millones se encuentran en desocupación".