Conversamos desde La Izquierda Diario, con la madre del joven dirigente mapuche, Matías Catrileo, Mónica Quezada, en un nueva conmemoración a 12 años de su asesinato en el primer gobierno de Michelle Bachelet
Viernes 3 de enero de 2020
A 12 años del asesinato de Matías Catrileo, Dauno Totoro se encontró con Monica Quezada, madre del joven asesinado durante la ceremonia de conmemoración realizada por el pueblo mapuche en la isla de Cautín.
La conmemoración tiene por motivo recordar “el día en que a Matías le dispararon por la espalda durante una recuperación territorial en la comuna de Vilcún, en el ex fundo de Luksinger”.
Aunque la madre reconoce que se logró una condena, afirma “el asesino no tuvo un día de cárcel”, sino “40 firmas, una burla”. Además denuncia que desde la municipalidad no les prestaron ninguna plaza del centro de Cautín para recordar este terrible asesinato de un joven mapuche.
Sobre el joven y su pensamiento político señala que “él como miembro de la coordinadora … se considera aparte porque nosotros no somos chilenos, somos mapuche y no nos podemos concebir sin tierra y la recuperación no vale de nada sin el control territorial, eso resume muy bien lo anti estado, anti capitalismo, anti todo tipo de explotación de los recursos naturales y de todo aquello que el pueblo mapuche cuida”, recuerda su madre.
Consultada por el estallido social y la rebelión del pueblo chileno que ha tomado las banderas del pueblo mapuche para alzarlas junto a sus demandas contra la explotación y la opresión del sistema neoliberal chileno, Monica envió “un saludo solidario a todas las familias de los que han sido asesinados y de los que han sido heridos y vulnerados en sus derechos en las protestas.
Es un precio alto el que se paga cuando se lucha contra un Estado opresor y la lucha no es menor, es decir, es una lucha que es contra un gigante, contra todos los grupos económicos que detentan el poder, independiente casi de quien esté conduciendo el país, va a ser lo mismo, porque los que mandan son los ricos, los que tienen todo el poder económico y lo que les conviene a ellos es que realmente todo el mundo se aquiete, que nadie diga nada, que se conformen con lo que tienen y eso ya no ocurrió y eso es lo bonito…
El pueblo reaccionó, ese pueblo pobre, ese pueblo que lucha día a día para comer. Y todas las injusticias porque ya no se están pidiendo migajas, sino que dignidad y la dignidad va en todas las áreas, en salud, en educación, y sobre todo en el tema de los derechos humanos, no es posible que no se respeten los derechos humanos consagrados en esta constitución de miseria que tenemos incluso no son respetados y eso es macabro”.