Miles de personas recorrieron las calles de las principales ciudades del Estado español en contra de la represión y la Ley Mordaza.
Martes 27 de enero de 2015
Fotografía : EFE
Miles salieron ayer a las calles de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza o Murcia para protestar contra la “Ley Mordaza” y la reciente reforma del Código Penal, que incorpora la cadena perpetua bajo el eufemismo “prisión permanente revisable”.
Las movilizaciones fueron convocadas por la plataforma que aglutina las Marchas de la Dignidad. La manifestación más multitudinaria fue la de Madrid donde más de mil personas marcharon por las calles de la capital bajo el lema “Frente a la provocación y la represión, la dignidad del pueblo” y cantando consignas como “La voz del pueblo no es ilegal” o “Libertad detenidos” -en alusión a los 6 anarquistas que a día de hoy siguen en prisión preventiva a la espera de juicio en el marco de la Operación Pandora-.
Los manifestantes partieron a las 12h de la Puerta del Sol y acabaron, dos horas después, en la plaza de las Cortes, cerca del Congreso -cuyo acceso se encontraba protegido por un dispositivo policial-, con la lectura de un manifiesto.
Entre los asistentes pudimos ver a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a trabajadores del Madrid-Río -en lucha contra un ERE- o a trabajadores de Coca-Cola Fuenlabrada.
Si hacemos un balance a menos de un año para que acabe la legislatura del PP vemos cómo la represión y persecución de los luchadores aumenta a la vez que se aprueban reformas dirigidas a ello.
Miles ha sido multados por ejercer el derecho democrático a manifestarse, muchos detenidos han sufrido abusos y torturas en las comisarías, varios huelguistas han sido condenados a prisión por haber participado en piquetes, mineros condenados en el marco de la gran huelga que llevaron a cabo en 2012, jóvenes luchadores condenados a prisión -como Alfon- y otros tantos a la espera del juicio, anarquistas acusados de terroristas bajo la invención de atentados por parte del Estado, etc.
A su vez la impunidad por los casos de corrupción, que no paran de salpicar a todos los partidos e incluso a los dos mayores sindicatos -Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores-, es la tónica general.