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Red Internacional
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LEY DE EXTRADICIÓN. Manifestantes entraron en la sede del Parlamento de Hong Kong

Una nueva protesta en Hong Kong terminó este lunes con manifestantes derribando la puerta del Consejo Legislativo, ingresando al recinto y pidiendo la renuncia de la jefa de Gobierno.

Lunes 1ro de julio de 2019 11:57

Un grupo de manifestantes ingresó este lunes a la sede el Consejo Legislativo de Hong Kong tras destrozar las barreras y las puertas del edificio, exigiendo la renuncia de la jefa de Gobierno Carrie Lam.

Las protestas, que estaban planificadas para este lunes, son las que se realizan todos los 1 de julio, fecha en la que en 1997 el gobierno británico cedió el control de la isla al gobierno chino. A pesar de contar con grados de autonomía los habitantes de Hong Kong piden mayor grado de democracia y autogobierno. Una demanda que tuvo su último capitulo en las semanas previas con movilizaciones multitudinarias contra la llamada ley de extradición que permitía que ciudadanos de Hong Kong sean extraditados a China continental para ser juzgados allí.

La magnitud de esas protestas hizo retroceder al gobierno local, y también frenó las aspiraciones del presidente chino Xi Jinping, sin embargo el movimiento que se abrió siga activo y en las calles como se muestra en la multitudinaria marcha de este lunes.

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Contra la injerencia de Pekín

Cientos de miles de hongkoneses realizaron este lunes una marcha en protesta por la "excesiva" injerencia de Pekín, en una fecha que coincide con el vigésimo segundo aniversario del traspaso de la soberanía sobre la ciudad a China por parte del Reino Unido.

La marcha empezó en el Parque de la Victoria con retraso, debido a que la Policía instó a los líderes de la protesta a no llegar a la zona del Parlamento tras incidentes que ya habían ocurrido durante la mañana, y que luego se repetirían con más fuerza por la tarde.

Los manifestantes demandan la retirada completa del polémico proyecto de ley de extradición, la dimisión de la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, y la puesta en libertad de todos los detenidos en los enfrentamientos con la Policía el mes pasado.

En su mayoría vestidos de negro, portaban carteles en los que se leía "No a la extradición a China. Carrie Lam dimisión" o "Hong Kong, ponte en pie", así como otros en los que condenaban la violencia policial durante manifestaciones pasadas.

Represión

Tras la movilización la Policía reprimió durante varias horas a un grupo de manifestantes que se concentró frente a la sede del Parlamento con el objetivo de ingresar.

La Policía reprimió con gas pimienta y carros hidrantes, mientras que los manifestantes rompían vidrios y puertas del edificio tras pasar un vallado policial, y centenares cubrían a los primeros con paraguas para impedir que las cámaras grabaran sus rostros y pudieran ser identificados.

La jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, que había decidido celebrar el aniversario en un lugar cerrado para evitar ser repudiada por los manifestantes repitió en su discurso el propósito de enmienda de la ley de extradición, que la calle pide que se retire por completo.

Se trataba del primer acto público de Lam desde que se disculpó por haber empujado la tramitación de la ley de extradición en contra del sentir mayoritario.

Su discurso fue interrumpido por legisladores de la oposición que exigieron su dimisión inmediata y la retirada definitiva de la ley.

Fuera del Consejo Legislativo y tras pasar más de cuatro horas intentando echar abajo la entrada del edificio con barras de acero, ladrillos o piedras, los manifestantes consiguieron acceder a él pasadas las 21.00 hora local.

En las cercanías de la sede parlamentaria seguían reunidos más de 10.000 personas que llevaban varias horas concentradas esperando a que destruyesen las puertas para poder ingresar al edificio, lo que expresa la magnitud de la crisis que atraviesa la administración de la isla y su relación con Pekín.

Aunque Hong Kong fue devuelto a China por el Reino Unido el 1 de julio de 1997, aún se administra por separado bajo un acuerdo conocido como "un país, dos sistemas".

La ciudad goza de derechos y libertades que no se ven en el territorio de China continental, pero muchos residentes temen que la controvertida ley de extradición sea la muestra de que Pekín empieza a incumplir ese acuerdo.

Los activistas organizan una marcha en cada aniversario de la entrega del territorio, donde exigen mayores libertades democráticas, como el derecho a elegir al líder de la ciudad.

Han reunido grandes multitudes en los últimos años, incluida una ocupación de dos meses en partes del centro de la ciudad en 2014, conocida como "revolución de los paraguas" pero no consiguieron ninguna concesión de Pekín. Sin embargo el actual movimiento demuestra que el activismo no se apagó en 2014, que sigue vivo y que tampoco terminará con las marchas contra la ley de extradición.