Las PASO en Bahía Blanca dejaron al Frente de Izquierda Unidad con grandes resultados y con chances de entrar al concejo deliberante. A partir del mapa del Observatorio de de Datos y Mapas de La Izquierda Diario analizamos el resultado circuito por circuito, barrio por barrio.
Martes 9 de noviembre de 2021 15:26
En unas elecciones marcadas por una profunda crisis social y económica, con pocos espacios por fuera de los partidos mayoritarios, y con una baja participación electoral, la coalición de Juntos logró mantenerse como primera fuerza.
En la categoría de concejales la coalición que gobierna la ciudad obtuvo 71.746 votos (47,76%), mientras que en segundo lugar se ubicó muy por detrás el Frente de Todos encabezado por Gisela Gighliani con 32.929 votos (21,92%). La ultraderecha de Avanza Libertad que fue a una interna entre dos candidatos alcanzó 13.143 votos (8,75%). En el cuarto lugar el Frente de Izquierda Unidad conquistó 9520 votos (6,33%) haciendo una gran elección en las barriadas obreras. También, se expresaron otras variantes menores como el Frente Vamos con Vos de Randazzo que sacó 4054 votos (2,69%), Republicano Federal con 3914 votos (2,60%) y los partidos vecinalistas como Todos Por Bahía con 3367 votos (2,24%) y por último Integración Ciudadana que obtuvo 3272 votos (2,17%).
Las elecciones de las PASO fueron un síntoma del gran descontento político, en donde hasta Juntos perdió votos en relación a elecciones anteriores (2019 y 2017). El Frente de Todos, que se ubicó localmente como una oposición “responsable” gestionando la pandemia en común con el gobierno local, hizo todo lo posible por contener los reclamos populares, haciendo oídos sordos a las expresiones contra la degradación de la vida, la represión policial, la falta de vivienda, reclamos salariales, etc. Avanza Libertad emerge con promesas vacías hacia sectores golpeados de las clases medias, haciendo gala de un discurso demagógico con centralidad en la libertad individual y empresarial que no dan respuesta a las demandas del pueblo pobre, y un discurso reaccionario de apoyo directo a las fuerzas represivas, las mismas que protagonizaron el motín policial, la desaparición y asesinato de Facundo Castro y las intimidaciones sobre las tomas de tierras. La izquierda se hizo lugar con propuestas para terminar con la desocupación y la precarización laboral, con la falta de vivienda, en apoyo a todos los reclamos de trabajadores que han surgido, con la agenda del movimiento de mujeres y disidencias y contra la represión policial.
De esta manera, Bahía Blanca, como así toda la región de la sexta sección fue parte de la tendencia provincial y nacional donde gran parte del electorado expresó su descontento no yendo a votar, principalmente parte del electorado del Frente de Todos, y en donde emergieron con tendencias a la polarización tanto de la ultraderecha, magnificada por el gran espacio en los medios de comunicación, como así también el Frente de Izquierda Unidad con un marcado crecimiento en sectores de trabajadores y la juventud.
La izquierda en Bahía, barrio por barrio
Fuente: Observatorio de Datos y Mapas de La Izquieda Diario
Desde la conformación del FIT, en la ciudad siempre hubo sectores de trabajadorxs que apoyaron electoralmente las propuestas de la izquierda clasista, sin embargo, más allá de esta tradición queremos hacer foco en el crecimiento de la izquierda y su consolidación como tercera fuerza en barriadas obreras tradicionalmente de voto peronista.
Circuito 91: barrios 1° de Mayo, Villa Nocito, Vista Alegre, Vista Alegre II, Puertas del Sur, Maldonado, Tierras Argentinas y la reciente Toma de calle Don Bosco. Si analizamos este circuito desde el 2015 hasta el 2019, el peronismo nunca sacó menos del 54% de los votos.
Esta vez el peronismo no solamente pierde con el macrismo en este circuito sacando solo el 25% de los votos, sino que el Frente de Izquierda Unidad logra el 8,53% y que sumado al resultado de otras fuerzas de izquierda supera el 10%. Este fenómeno no se explica en el vacío sino que expresa cómo las propuestas de la izquierda pueden confluir con los sectores más postergados de la ciudad, en donde han surgido conflictos por vivienda como la toma de tierras de calle Don Bosco, denuncias de trabajadoras sociales como por las condiciones de vida en los barrios como en Villa Nocito, etc. También son los barrios en donde habitan los sectores más explotados de la clase trabajadora, la que está organizada en los movimientos sociales de desocupados pero también de los sectores que dieron muestras de combatividad y auto-organización en procesos de autoconvocados como en Maestranza durante fines del año pasado.
Circuito 92: En la otra punta de la ciudad, llegando al mar y al complejo de industrias cerealeras, químicas y petroquímicas se ve un escenario también complejo. En este circuito que incorpora los barrios de Ing. White, Vialidad, 26 de Septiembre, Bulevard y Saladero, territorio de lucha de clases desde principios del siglo pasado, el peronismo nunca sacó menos del 50% de los votos en las últimas cinco elecciones.
Esta vez el peronismo no solamente pierde en su bastión por excelencia sino que la izquierda, a pesar de los faltantes de boletas se consolidó como tercera fuerza con el 6,42% de los votos. ¿Qué pasó en el medio? Es interesante ver cómo esta zona, golpeada por la desocupación que generó la terrible contaminación de las empresas sobre la actividad pesquera quedó contenida frágilmente a cargo de los punteros y la burocracias sindicales que aún tienen muchas de sus sedes en el lugar. Todo esto mientras el puerto aumentaba exponencialmente sus ganancias por la baja del Paraná.
Definitivamente las migajas del Estado por un lado y del consorcio del puerto por otro no alcanzaron y desde la llegada del gobierno hubo procesos de lucha de clases en las grandes cerealeras pero también en el territorio. Durante Diciembre del año pasado un reclamo salarial de la Federación aceitera en unión con los recibidores de granos (Urgara) paralizó durante varias semanas toda la actividad agro-exportadora demostrando el poder que tiene la clase trabajadora sobre las posiciones estratégicas de la economía.
Pero el conflicto no terminó con las fiestas y el verano, sino que durante Junio de este año, los mismos pescadores artesanales que fueron reprimidos brutalmente en 2009 volvieron a la calle porque no tuvieron respuesta ante la falta de trabajo que generó la contaminación. La respuesta del consorcio del puerto a cargo de Federico Susbielles fue enviar una patota del SUPA para que los pescadores no corten los ingresos al puerto.
Estos circuitos muestran a modo de ejemplo la posibilidad que tiene la izquierda clasista y anticapitalista para insertarse en crecientes sectores de la clase trabajadora que comenzaron a ver con desconfianza la actitud del gobierno frente a los poderosos. Este hecho barre con el mito de que los sectores populares son “esencialmente” peronistas o en su defecto la visión catastrofista de que ante el desencanto sólo se vota a las expresiones de derecha.
Este 14 de Noviembre mucho se pone en juego y los grandes aparatos políticos lo saben bien. Tanto Juntos como el peronismo acudieron a pequeñas medidas electorales, como así también a buscar el apoyo de los punteros, burocracias sindicales y quienes “manejan el territorio” para llegar lo mejor posible a la elección. Aún no hay nada dicho, está por verse si esta estrategia le sumará votos al peronismo para acercarse o se va a mostrar más aún la desconexión con amplios sectores como se vió en las PASO. Resulta interesante la entrevista de La Izquierda Diario al periodista Pablo Ibañez, donde plantea “Hay que ver qué pasa si no les resulta la incorporación del PJ territorial”.
Lo que es claro es que el giro del gobierno con el cambio del gabinete luego de las PASO fue una apuesta más allá de las elecciones que va a buscar mantener la paz social y el control de la calle ante un escenario que va a ser de duros ataques a la clase trabajadora. La izquierda también pelea en este terreno: por un lado por conquistar una gran elección el 14 de Noviembre, con diputados y concejales de izquierda que fortalezcan las luchas que van a venir. Por otro lado la pelea junto a colaboradores y simpatizantes por insertarse e influenciar en los lugares de trabajo y de estudio, en las barriadas profundas, en la vida social y cultural de la juventud y en todos los lugares en donde está la vanguardia que comenzó a hacer una experiencia activa con el gobierno y la oposición de derecha.
Desafíos del Frente de Izquierda Unidad
En Bahía Blanca en estas elecciones se renuevan 12 concejales. Con el resultado de las PASO, Juntos tiene aseguradas 7 bancas y 3 el Frente de Todos. Ellos son los responsables de que en la ciudad la mitad de los y las bahienses vivan bajo la línea de pobreza. Lo que está en disputa es que pueda ingresar la izquieda, está a muy pocos votos de poder hacerlo, y desde la banca fortalecer las luchas venideras.
Por eso planteamos que tenemos dos desafíos, uno a corto plazo hacia el 14 de noviembre, donde una tercera fuerza de izquierda puede entrar al Concejo; y un desafío a mediano plazo, que es el de prepararnos para el ajuste que los gobiernos de Fernández, Kicillof y Gay van a imponer de la mano del FMI. Por eso decimos que no da lo mismo, una tercera fuerza de izquierda puede entrar al Concejo. Tu voto decide si se refuerza la derecha con los candidatos de Espert o si la izquierda ingresa al concejo por primera vez en Bahía junto a Daniela Rodriguez y Nestor Conte.
Las bancas del Frente de Izquierda Unidad están al servicio de tus luchas, la de los trabajadores, las mujeres y disidencias y la juventud. Importantes personalidades locales de la cultura, docentes, investigadores, militantes sociales, políticos, sindicales, del movimiento de mujeres y disidencias y del movimiento ambientalista ya mostraron su apoyo de cara al domingo en un petitorio al que podés sumar tu firma.
Porque no da lo mismo este 14 de noviembre, te pedimos que nos acompañes con tu voto. También podes sumarte a fiscalizar para cuidar el voto en las urnas, podes escribirnos acá. La izquierda tiene que estar.