Lunes 21 de septiembre de 2020 22:34
La protesta comenzó pasado el mediodía, cuando más de un centenar de enfermeras/os y sus familias se concentraron en el ingreso del HIGA Oscar Alende, el hospital más grande de la región y que recibe pacientes dieciséis municipios cercanos. Vestidos con ambos y batas, las caras cubiertas con barbijo y máscaras, realizaron un abrazo al edificio con cintas y globos de color negro, al tiempo que leían en voz alta los nombres de las y los trabajadores de la salud fallecidos hasta hoy por contraer coronavirus.
A continuación, varias de las enfermeras presentes tomaron la voz para explicar las pésimas condiciones en que están trabajando. “En el ámbito público coexisten tres regímenes laborales distintos, dictados por Nación, Provincia y la Municipalidad, sumado a quienes se desempeñan en las privadas. Además no hay recategorizaciones para quienes estudian y se capacitan, que siguen cobrando como técnicos o enfermeros. En ese marco, hay compañeras perdiendo la vida por un sueldo de 35.000 pesos” - denunciaron.
Los bajos salarios son la explicación del pluriempleo que sufren la mayoría de estas trabajadoras, que se desempeñan en dos y a veces hasta tres lugares distintos, rotando entre hospital, salitas, clínicas y geriátricos, en un movimiento que además multiplica las posibilidades de que se contagien o hagan circular el virus.
Además de la promoción de la carrera sanitaria, pidieron por el aumento del salario mínimo y por la continuidad de la cobertura de su obra social para los hijos y dependientes de las y los trabajadores fallecidos, que muchas veces son sostén de familia. Luego del encuentro en las puertas del Hospital, comenzaron una caravana de autos que pasó por diversos sanatorios de la ciudad y terminó en la Municipalidad.
Como parte de la misma jornada, en varios otros puntos de la ciudad se realizaron protestas. Trabajadores de la Zona Sanitaria VIII, por su parte, concentraron en la puerta de esta dependencia que funciona como nexo entre el nivel central del Ministerio de Salud y los municipios. En medio de la crisis sanitaria en curso, son los encargados de procesar la información epidemiológica de los municipios, articular la entrega del material sanitario, entre muchas otras tareas que mantienen funcionando el precario equilibrio del sistema de salud.
“Cuando se declaró la Emergencia Sanitaria fuimos notificados que se suspendían las licencias y vacaciones, por ser trabajadores esenciales en Salud. La comunidad nos necesita y por ese motivo estamos cubriendo nuestros puestos presencial y virtualmente, mucho más de la cuenta. Pero tenemos un atraso salarial enorme, ya que cobramos aún más tarde que otros sectores el único aumento del que fuimos beneficiados en 2020, por decreto y por debajo de la inflación. Muchos incluso estamos precarizados, trabajando como becarios o monotributistas hace años. Y fuimos excluidos del bono por no ser trabajadores de la primera línea”, explicó una de las trabajadoras de la dependencia provincial.
En el cierre de la jornada en la Municipalidad, otra de las enfermeras presentes explicó que exigen “un salario mínimo de $80 mil para todos los enfermeros que desarrollen su actividad en instituciones del Estado y privadas, reestructuración a 6 horas diarias de trabajo, que se declare el trabajo de enfermería como trabajo insalubre, el pase a planta permanente, ingreso a carrera profesional a todos los colegas que se encuentren en carrera administrativa, y régimen de jubilación a los 55 años de edad y 25 años de servicio”. Además de las mejoras salariales, las enfermeras piden que se les asigne un descanso de 7 días por cada 30 días trabajados. “Es una profesión de extremo riesgo, pero en estas condiciones se hace insoportable -señaló-. Ya estamos en septiembre y estamos agotadas”.
Los trabajadores de la salud se encuentran en una situación de emergencia sanitaria, en Mar del Plata y todo el territorio nacional. Una emergencia que los atraviesa con la perdida de muchos enfermeros y médicos en la primera línea de covid, con condiciones precarias de trabajo, con salarios miserables, con sobrecarga laboral, falta de insumos, con un bono sanitario no recibido por todos, con contratos precarios, con la necesidad de incorporar reemplazantes para atenuar el estrés psíquico mental y cansancio, frente al desgaste del colapso sanitario. En ese marco, cerca de la finalización de la marcha llegó la noticia de la represión en Ciudad de Buenos Aires a quienes se manifestaban frente a la Legislatura.
“Nos reprimen ahora, ahora nos vienen a querer sacar del medio, cuando son los primeros que necesitan de nosotros estemos con el contacto diario con el paciente entre la vida y la muerte todos los días, jugándonos la vida por nuestros pacientes”, señaló otra trabajadora movilizada. “Pero este es el principio de un plan de lucha, esto no termina hoy, esto empieza hoy y vamos a hacer todas las marchas necesarias para nuestros reclamos”.