Entrevistamos a Marcel Vivet meses antes de conocer si el recurso presentado contra la sentencia que le condena a cinco años de prisión prospera. Una sentencia ejemplar y criminalizadora en la que, además, la Generalitat de Catalunya es una de las principales responsables.
Miércoles 9 de febrero de 2022
#Encausades, Marcel Vivet: "M'han condemnat a 5 anys en un judici ple d'irregularitats" - YouTube
En el marco de la existencia de más de 3.000 encausadas en Cataluña des del uno de octubre, desde Izquierda Diario queremos impulsar una serie de entrevistas que expliquen la situación de algunas de las represaliadas, no solo por parte de las instituciones del Estado español, sino también por parte del mismo Gobierno de la Generalitat. Especialmente en el ámbito de la lucha por el derecho a decidir del pueblo catalán, pero no solo por esto, porque la criminalización hoy en día afecta a todos los sectores que luchan por sus derechos sociales y democráticos.
Para empezar la serie ’Encausadas’ conversamos con Marcel Vivet, militante de la organización independentista La Forja entre otras organizaciones juveniles de Badalona, donde ha vivido toda la vida, y condenando a cinco años de prisión por delitos de desorden público y atentado contra la autoridad. Todo, simplemente para participar de una manifestación contra otra concentración convocada por el sindicato policial Jusapol.
No obstante, el caso de Marcel cobra notoriedad a raíz de la acusación particular del Gobierno catalán, como viene haciendo también contra tantos otros activistas. Y es que la Generalitat no deja de ser una institución más que forma parte de todo el engranaje represivo y criminalizador.
Con él, hablamos de su causa judicial y de otros muchos temas como es el derecho a la autodeterminación o también de la situación de la juventud, entre otros.
Explícanos, ¿porque formas parte de los más de 3.000 represaliados que actualmente hay en Catalunya, y en qué punto se encuentra ahora mismo tu situación?
En 2018 varios grupos de extrema derecha organizados bajo el sindicato policial Jusapol se manifestaron para reivindicar la violencia que habían ejercido durante el uno de octubre de 2017 y desde La Forja fuimos a apoyar a una manifestación alternativa que quería poner color en las calles de Barcelona enfrente la oscuridad del fascismo español. Por su parte, los Mossos d’Esquadra se encuentran una movilización firme, porque hay mucha gente en las calles dispuesta a volver a ejercer la autodeterminación, pero a la vez no violenta. No obstante, de allí salimos zurrados y al cabo de unos meses empieza el proceso judicial. He sufrido todo un periplo judicial en mi contra cargado de irregularidades, por parte del Gobierno de la Generalitat especialmente, que me acaba condenando a cinco años de prisión.
Ahora, después de haber entregado un recurso apelando al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, estamos esperando que se dicte resolución, es posible que sea en seis meses.
Por otro lado, querría decir que el número de los 3.000 represaliados lo tenemos que coger un poco con pinzas, porque habla solo de los represaliados en relación con el proceso. Pero represaliados en los últimos años por varias causas como puede ser el derecho a la vivienda o el derecho a la libertad sexual, son muchísimas más. Es toda una oleada represiva que se está ejerciendo sobre un país que reivindica una república en la que empezar a construir un mundo mejor. Un proyecto, que choca frontalmente con el proyecto burgués del Estado español y que no puede permitirse garantizar ciertos derechos.
¿Porque tú? Un joven que solo participaba de una manifestación.
En realidad, de aquella manifestación salimos más de 20 personas imputadas. No obstante, mi causa se acaba transformando en un caso mediático y una aberración judicial.
Me cogen probablemente por tenerme un poco conocido de haber participado en el movimiento estudiantil y juvenil desde el 2012 y haber estado bastante implicado en el tejido asociativo en Badalona. Y no es con solo que me detengan cinco meses después de la manifestación, sino que me detienen dos días antes de la huelga general del 21 de febrero del 2019, convocada con mucha fuerza en todo el país y me tienen 24 horas cerrado con la excusa de que me tienen que hacer declarar ante el juez. Pero esta investigación no viene de los juzgados, viene directamente de los Mossos d’Esquadra. Cogen las fichas policiales para decidir a quién pueden empurar para generar miedo al resto de compañeras y hacer saber a todo el mundo que en cualquier momento pueden hacerlos pasar por esta situación.
Hay una acusación paralela en la cual otro joven activista es acusado de los mismos hechos y cargos que tú, con el mismo agente y en el mismo momento. ¿Cómo es posible?
Es lo que decía, es un caso evidente de irregularidades y corrupción judiciales. Adrià Catasús es un joven activista que también participó de esta manifestación y al parecer, puede ser que estuviera cerca mío.
El mismo agente dice en sede judicial y durante mi juicio que yo fui la única persona que le ocasionó estas lesiones. Por otro lado, los abogados de Alerta Solidaria, como trabajan coordinadamente, se traspasan información sobre ambos casos y se dan cuenta de que los atestados policiales son el mismos, cambiando un nombre por la otra. Es decir, a Adrià se lo acusa de haber acometido exactamente la misma acción y por la cual ya me han condenado a mí. Adrià pero, sigue pendiente de juicio, a pesar de hacerse público que hay una duplicidad de acusaciones.
A mí me pueden condenar por algo, a Adrià lo pueden condenar por el mismo y así podrían ir condenando peña por exactamente la misma acción. Esto nos ha dado mucho que pensar. Vete a saber a cuántas personas las han metido en procesos judiciales paralelos y no se ha sabido nunca.
Pero hay algo peor que todo esto. Los servicios jurídicos de la Generalitat salen adelante con este proceso de investigación hasta que llega un punto en que tienen que decidir si acusan Adrià o no. Y en este caso, como que ven que en mi proceso ya se había presentado toda la información que ellos habían permitido y era por el mismo atestado policial, deciden no acusarlo. Pero los Mossos d’Esquadra ya habían hecho todo el trabajo sucio y lo habían presentado todo a la fiscalía española. Por lo tanto la fiscalía, con toda la impunidad, acusa Adrià Catasús y le pide más años de prisión que a mí.
Cómo decías antes, tu caso obtuvo más eco por la acusación particular de la Generalitat. ¿Porque crees que el gobierno de ERC y JxCat contribuye a reprimir a los activistas de la izquierda independentista?
Muchas veces los representantes políticos me han dado "golpecitos a las espaldas", me han dicho que me dan todo el apoyo y que mirarán de rebajar sus acusaciones. Pero, por otro lado, del que no se dan cuenta, o si, es de que no están haciendo nada para enfrentar los sindicatos policiales porque le tienen miedo. Es así como permiten hacer crecer un monstruo cada vez más fuerte dentro de los cuerpos policiales. Y adentro del cuerpo de los Mossos d’Esquadra tenemos un brazo más de la represión del Estado español.
La represión del Estado español tiene muchos de brazos. Tiene el sistema judicial, que este es evidente, pero también grupos de extrema derecha, incluso financiados por ciertos poderes del Estado y que actúan con total impunidad. Y los Mossos d’Esquadra son otro brazo de la represión que no se aleja tanto de estos. Es bastante evidente que cada vez que este cuerpo se presenta ante una manifestación anti-fascista, o una manifestación por los derechos sociales, actúa con total violencia. Y es evidente, también, que actúa con pasividad enfrente los grupos de extrema derecha.
¿Crees que es más por miedo al Gobierno de la Generalitat a enfrentarse a este aparato represivo, o simplemente es el hecho de formar parte de las instituciones del Régimen de este sistema capitalista?
Yo entiendo que ambas cosas no son incompatibles. Es decir, sí que creo que hay dentro del Gobierno y ciertos partidos, representantes políticos que estiran la cuerda hacia el statu quo y que la represión y los protocolos policiales basados, por ejemplo, en el síndrome de Sherwood [1], puedan servir para descabezar los movimientos por los derechos sociales y por la autodeterminación. Esto es evidente.
Pero, por otro lado, creo que hay una gran parte del Gobierno que sí que tendrían una intención de lograr un estado más democrático pero, no son capaces de hacer ningún paso en firme, y que cuando se encuentran con grupos organizados o sindicatos policiales que los presionan, ceden. Y lo hacen porque antes prefieren mantener su cargo que enfrentarse en un cuerpo policial.
Yo creo que hay las dos almas y que realmente no podemos tildar de partidos burgueses y totalmente ligados al régimen español a aquellos elementos que, como se ha visto durante el proceso, han propiciado muchas roturas. Es el ejemplo de la rotura de Convergència i Unió primero, y después la rotura de Convergència en Junts y el PDeCAT. Hay evidencias que nos dan a entender que adentro de estos partidos hay dinámicas de que ciertas partes van más ligadas a una burguesía nacional o pequeña burguesía que sí que pueden asumir ciertos pasos, pero no pueden traspasar ciertas líneas porque tienen el bastón del Estado encima. Entonces quién tenemos que generar todo esto somos los que nos toca vivir bajo este bastón desde que nacemos. Los que no nos podemos imaginar vivir sin tener que trabajar.
¿Qué opinas de que, a raíz de tu caso, el Gobierno de la Generalitat haya modificado la ley para que no sea el gabinete jurídico de Interior el que decida si se tiene que personar en causas en las cuales, supuestamente, un agente de los Mossos sea agredido, sino que pase a ser directamente decisión del gabinete jurídico del Gobierno? En que cambia la situación para los activistas?
Creo que es una medida muy floja, sin más intención que la de lavarse la cara y de cara a la galería. Si esta gente en realidad quisiera una estrategia de confrontación con el Estado español, lo que tendría que hacer es, no solo no presentarse en ningún caso como acusación contra los independentistas, sino dar asesoramiento jurídico a los que luchemos por una república catalana. Es decir, necesitamos un Gobierno que nos defienda.
Lo que tenemos que hacer es poner herramientas en contra de este sistema y al servicio de la gente que lucha por la democracia. Ya sea desde los servicios jurídicos o desde donde sea. Que nuestra propia policía no nos envié a este sistema judicial. Hemos vivido tantas imágenes penosas de los Mossos d’Esquadra yendo a buscar regidores de la CUP en sus casas para llevarlos ante los juzgados, o yendo a buscar activistas en todas partes.
Hace poco decías que la línea del "Ho tornarem a fer" de Jordi Cuixart, es con la cual más comulgas. ¿Qué significado tiene esta sentencia para ti? ¿Hay que repetir el mismo proceso?
No, no, no querría repetir el mismo proceso accidentado. Yo me siento completamente representado por estas palabras de Jordi Cuixart cuando él le habla al pueblo catalán, cuando él habla a la gente que desobedeció durante el uno de octubre, a la gente que ejerció grandes actos de desobediencia civil organizada alrededor de la respuesta de la sentencia, que hizo la huelga más exitosa de la historia de Cataluña con las ’Marchas por la libertad’, a la gente que resistió en las calles como es el caso de Urquinaona, a los que bloquearon el aeropuerto de Barcelona para protestar de forma no violenta,... Es decir, por una cuestión completamente democrática. Yo creo que este es el ejemplo que tenemos que seguir, el ejemplo que nos damos nosotros mismos de que somos capaces de hacer tambalear este país para avanzar. Hemos sido capaces de hacerlo y lo tenemos que volver a hacer.
Creo que ahora mismo estamos avanzando hacia un periodo muy diferente al de los últimos diez años, que era lo de las subidas de las movilizaciones. Ahora creo que tenemos que entrar en un momento de reorganización y de tejer redes y vínculos, que incluso se han roto por disputas políticas, y quizás también ampliar otros frentes como el sindical, para poder prepararnos para un siguiente choque contra el Estado español. Y esperamos que este sea el definitivo y no solo por la autodeterminación, sino por los derechos sociales y para romper con este régimen.
No obstante, cuando se llama desde el Gobierno "apreteu" y a pesar de todo, a la vez se ejerce una represión sistemática desde arriba, ¿no estaríamos, quizá, frente a una contradicción importante?
Si, yo creo que es muy polémico esto. Además, en mi caso siempre se ha ligado mucho, no? Porque esta frase de "apreteu" de Quim Torra fue dos semanas después de la manifestación por la cual a mí me imputan. Y es un ejemplo más de que tenemos un Gobierno que hace muchos discursos y muchas declaraciones institucionales, pero que después por detrás no es capaz de coger las riendas de este monstruo que tiene dentro de su cuerpo policial y de poner herramientas en contra del sistema judicial español.
Yo no dudo que Quim Torra, sin ser de mi partido, no quisiera que la gente apretara, pero él no estaba haciendo su trabajo como representante del pueblo de Cataluña, que no era otro que dejarse la piel porque no nos enviaran a prisión, y dejarse la piel Para que nosotros pudiéramos apretar desde las calles. Y esto es un problema muy grave que tenemos, porque además en los últimos años hemos visto como en la Conselleria de interior se ponen personajes que no tienen ninguna intención de hacer una reforma estructural del cuerpo de los Mossos y conseguir una policía, entre muchas comillas, democrática.
¿Y qué opinas de la actual situación de la juventud?
Últimamente han salido nuevos datos sobre la edad de la emancipación o el porcentaje de jóvenes que se emancipan en Cataluña y son muy preocupantes. Ha descendido brutalmente el porcentaje de jóvenes que se pueden marchar de casa de los padres. Que la inmensa mayoría de jóvenes de hasta 29 años no se puedan marchar de casa es una evidencia de la poca estabilidad y de la precariedad a la que estamos sometidos. Que yo para salir de casa de los padres debiera tener tres trabajos y trabajar siete días en la semana, y encima todavía me parecía que era un afortunado, habla mucho de la terrible situación de la juventud.
Es brutal que mientras se habla tanto de aeropuertos, no se tenga en cuenta todo lo que afecta a las vidas de la juventud y a nuestra estabilidad. Porque, al fin y al cabo, la precariedad también es un objetivo de este sistema liberal. Nos tienen muy bien ligados e intentan que nos podamos organizar menos, luchar menos por nuestros derechos y nuestras condiciones laborales. La atomización de la clase trabajadora es un objetivo de todo esto.
En los últimos meses estamos viendo también un otro tipo de violencia hacia la juventud y que tiene que ver con la pandemia. ¿Qué opinas?
Sí, la quinta ola llega en un momento en que una gran parte de la población ya está vacunada, y por tanto, obviamente, el COVID té mucha más incidencia sobre la gente de menos de 30 años, algo que hace que la estadística esté totalmente viciada.
Pero por otro lado, quien ha organizado los grandes macro-festivales de música a principio de verano seguro que no son tanto jóvenes. Por culpa de estos festivales patrocinados por grandes marcas que no tienen ningún contenido popular y de la presión de los lobbies de la cultura y el ocio se ha tenido que cancelar muchas de las actividades populares a las cuales la juventud con menos recursos podía acceder a lo largo de todo el verano. Es un paso más hacia el elitización de la cultura y que, además, se ha culpabilizado a la juventud.
¿Para finalizar, que les dirías a estos miles de personas y activistas que están en una situación judicial y policial como la tuya?
Sobre todo que se organicen, que se rodeen del apoyo de sus familias, de sus amigos y de sus compañeros. No hay que sentirse solo, pero que cojan también la responsabilidad que les ha tocado, o que desgraciadamente les ha tocado. Porque cuando nos piden si queremos pactar con la fiscalía para aceptar que hemos acometido ciertos delitos a cambio de entrar menos tiempo a prisión, esto se tiene que entender como parte de un mecanismo que tiene el Estado español para ir generando jurisprudencia y encausar cada vez a más gente.
No podemos seguir dando pasos atrás ante este sistema judicial. Pero a la vez, que sepáis que cuando el sistema judicial os joda, estaremos muchos a vuestro lado para apoyaros. El miedo es muy grande, es verdad, pero que no se acobarden porque al final las consecuencias son peores. Hay que seguir adelante y seguir organizándonos.