El clérigo “carismático”, ligado a los Cascos Azules y al Ejército argentino, está denunciado desde 2015 por dos ex monaguillos. Las vejaciones habrían ocurrido entre 1992 y 1996.
Martes 23 de mayo de 2017
La Unidad Fiscal de Villaguay pidió la elevación a juicio de la causa que involucra a Marcelino Moya por “Promoción de la Corrupción agravada”. Las denuncias habían comenzado en 2015, cuando dos ex monaguillos hablaron sobre los abusos sexuales sufridos entre 1995 y 1996 a cargo del clérigo.
Por entonces el cura estaba en la cúspide de su popularidad debido a sus apariciones y actividades culturales. Sin embargo, tras su carisma se ocultaba una personalidad oscura amparada por una institución que ha sido cómplice de todo tipo de abusos a los largo de su historia.
Como denunciaba hace algunos años el periodista Julián Maradeo, “Moya fue capellán en la guarnición del Ejército en Villaguay, cuyo actual jefe del Regimiento de Infantería Mecanizado 5, fue procesado por su intervención en el alzamiento de Semana Santa”.
Además “En Chipre y, luego, en Kuwait, Moya fue capellán de los Cascos Azules de la ONU. Posteriormente, retornaría para convertirse en el jefe de capellanes de todos los institutos militares del país con sede en Campo de Mayo. Finalmente, por sorpresa, regresó a Entre Ríos para ejercer su ministerio, primero, en San Benito, después en Villa Urquiza y, por último, en Nuestra Señora de la Merced, en Seguí, hasta que fue separado tras las denuncias”.
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Como si fuera poco, su mentor fue nada más ni nada menos que Justo Ilarraz, un cura abusador que ilustra la complicidad de la jerarquía eclesiástica con los casos de pedofilia dentro de la Iglesia.
Mirá el documental “No abusarás (el mandamiento negado en la Iglesia de Francisco)”
Marcelino Moya había estado internado durante el mes de enero por un supuesto problema de salud. Se había formulado un pedido para que se levantara el secreto profesional que había sido rechazado por el tribunal, lo cual demoró la pericia psicológica.
La semana que viene se realizará el traslado de la querella así como de la defensa. Posteriormente tomará lugar la audiencia de remisión de la causa a juicio en el Juzgado de Garantías. Se estima que el juicio oral inicie recién después de la feria judicial de invierno.
La fiscalía pediría quince años de prisión por los reiterados hechos de corrupción y abuso simple.
