Cuatro años de cárcel y una multa de 4.200 euros es lo que pide el expresidente de Coca Cola España y actual dirigente de Ciudadanos, Marcos de Quinto, contra tres trabajadores de Coca Cola por la protesta frente a su boda, ocurrida en septiembre del 2017.
Martes 18 de febrero de 2020
En aquel momento, un nutrido grupo de trabajadores y trabajadoras de Coca Cola Fuenlabrada se movilizaron en bus hasta Cuenca para hacer escuchar su protesta. Mientras el entonces presidente de la empresa se casaba en una boda a todo lujo, más de 400 familias luchaban para no quedar en la calle.
Ahora, Marcos De Quinto los acusa de un delito de coacciones, injurias ofensa contra los sentimientos religiosos, lo que sumaría cuatro años de prisión. La Fiscalía, por su parte, sostiene un delito de coacciones, por lo que solicita 15 meses de multa, pero no de prisión.
Marcos De Quinto mantuvo desde el comienzo del conflicto una línea muy agresiva por las redes sociales, para intentar desprestigiar la lucha de los trabajadores. Por ejemplo, acusaba a los trabajadores que estaban impulsando el boicot a los productos de Coca Cola, de querer que se cierren más fábricas.
El colectivo de trabajadores y trabajadoras de Coca-Cola Fuenlabrada, los “espartanos y espartanas” como los conoce ya todo el activismo obrero y de izquierda en el Estado, libró una batalla sin cuartel de cinco años contra la multinacional.
Un conflicto testigo por la resistencia inquebrantable de su colectivo de trabajadores y trabajadoras contra los ataques de la empresa. Un colectivo que se autoorganizó desde el inicio e hizo de la asamblea el eje de su lucha; que buscó coordinarse con otras luchas dando y recibiendo solidaridad; que consiguió varios fallos judiciales contra la empresa; que puso en pie una comisión de mujeres luchadoras que fueron uno de los principales factores morales para sostener la lucha. Un conflicto que se hizo bandera de lucha y resistencia obrera.
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Hoy, como ayer, Marcos de Quintos persigue a los trabajadores para tratar de demostrar que son los ricos los que ganan. Hoy, como ayer, la solidaridad de clase está con los trabajadores de Coca Cola.
