El Jefe de Gabinete volvió a hablar de “varias hipótesis” en el caso Maldonado, aun cuando las pruebas y testigos apuntan a un solo lugar: la gendarmería y el Ministerio de Seguridad.

Cecilia Rodríguez @cecilia.laura.r
Jueves 7 de septiembre de 2017
El Jefe de Gabinete concurrió al Senado a responder preguntas de los legisladores. Si bien su informe estuvo centrado en el plan de obras públicas del gobierno, la sesión estuvo marcada por el caso de la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
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La centralidad de este tema ya se revelaba en las más de 700 preguntas que los senadores enviaron previamente a la sesión. Las preguntas sobre Santiago Maldonado no fueron respondidas por escrito por el Jefe de Gabinete, que se limitó a remitir a los legisladores al informe dado por Patricia Bullrich hace más de dos semanas en la Comisión de Seguridad Interior y Narcotráfico. Adelantaba así una escasa predisposición a tratar el tema.
Sin embargo, la multitudinaria movilización realizada al cumplirse un mes de la desaparición del joven y las declaraciones de testigos claves, obligaron a Marcos Peña a dar más precisiones y, de hecho, plantear el tema él mismo en la apertura de la sesión.
Ante los cuestionamientos de la mayoría de los senadores de la oposición, Peña sostuvo que, desde el gobierno, "no damos por sentado que fue Gendarmería, tampoco que no lo fue”. En esta sintonía, afirmó que "todas las hipótesis se mantienen abiertas”. ¿Cuáles? No especificó. Lo cierto es que las hipótesis alternativas que lanzó el gobierno para desviar la investigación se vinieron a pique.
El sinnúmero de “avistamientos” del joven en diversas ciudades del país y del exterior se demostraron, uno o a uno, falsos. El ADN realizado sobre los rastros de sangre en la ropa del famoso puestero dio como resultado que Santiago no había sido herido de muerte días previos al operativo en el Lof de Cushamen. A su vez, la Interpol y el gobierno de Chile indicaron que a las morgues de ese país no ingresó ningún cuerpo que cumpliera con la descripción del joven desaparecido. Al caer la hipótesis del puestero y del cruce a Chile, con la ayuda de Clarín, inventaron una verdadera novela de ficción: Santiago habría decidido “pasar a la clandestinidad”. Sin encontrar un solo motivo realista que la sustente, recurrieron a las intrigas: apuntaron una supuesta negativa de la comunidad mapuche a dejar ingresar a los investigadores en el territorio del Lof e interpretaron una carta homenaje del preso político Facundo Jones Huala con todas las libertades semánticas posibles. Los testigos que declararon ante el Juez Otranto se encargaron de desmentir todo: no solo vieron a la gendarmería detener, golpear y trasladar a Santiago, sino que jamás impidieron a los investigadores ingresar al territorio. De hecho, Matías Santana afirmó que no solo se sobrevoló la zona con helicópteros sino que la misma gendarmería y otras fuerzas de seguridad estuvieron un mes entrando y saliendo a gusto y piaccere, y no específicamente para investigar sino para pasar a los tiros y amedrentar a los testigos.
La declaración de los testigos, que se sintieron amparados por la movilización popular, tiró por la borda cada una de estas especulaciones. Al día de la fecha solo hay una hipótesis: a Santiago lo secuestró y desapareció la gendarmería. ¿Por qué el Jefe de Gabinete sigue hablando de hipótesis en plural?
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“No tengan dudas que si se detectara la comisión de un delito no habrá ningún tipo de encubrimiento", sentenció Peña, en un verdadero sinsentido, puesto que el encubrimiento se produce justamente antes, para que no pueda detectarse la “comisión del delito”. He aquí que las hipótesis imaginarias lanzadas por la Ministra Patricia Bullrich tuvieron como resultado un efectivo y claro encubrimiento: recién a los 10 días de que Maldonado desapareciera se allanaron los vehículos y sedes de la gendarmería en la zona. Es decir que los responsables tuvieron más de una semana para borrar pruebas.
Estos 10 días transcurrieron a pesar de que el gobierno y la justicia ya tenía a disposición las declaraciones de los testigos que apuntaban la responsabilidad material de gendarmería. Estas declaraciones fueron realizadas ante el Procuvin, pero el gobierno, con argumentos formales cuestionados hasta por la ONU, eligió desecharlas y perder más de un mes en el cual ni siquiera las policías de Chubut y Río Negro se abocaron a la búsqueda de Santiago.
Marcos Peña defendió cerradamente a la ministra Patricia Bullrich: "no ha habido una sola acción del Ministerio de Seguridad que sea objetable”. También afirmó que Pablo Noceti, "no participó ni dio órdenes operativas" y que la foto de Noceti en el lugar de los hechos "no indica que él haya conducido el operativo”. Un argumento que daría risa si no hubiera una desaparición forzada de por medio. ¿Qué hacía ahí el Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad si no estaba comandando el operativo? ¿Estaba de vacaciones en Esquel y pasó a saludar? ¿Por qué hizo declaraciones a los medios locales los días previos a la represión, mostrándose a la cabeza del asunto? ¿Por qué hay dos testigos que declararon haber sacado más fotos de Noceti en el lugar y esas fotos fueron secuestradas con los celulares de las testigos? ¿Cómo explican las declaraciones de Soraya Maicoño que vio a Noceti yendo y viniendo del destacamento de gendarmería en el horario en que desapareció Maldonado, y saludando uno a uno a los efectivos allí presentes? ¿Cómo explican la declaración de la misma testigo que señala que en el horario de la desaparición de Maldonado detectaron un gran movimiento de vehículos y efectivos desde el destacamento, incluyendo el vehículo en el que se trasladaba Noceti?
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Por otra parte, el comandante mayor de Gendarmería Diego Conrado Héctor Balari dijo que el operativo se llevó a cabo bajo “órdenes precisas del Ministerio de Seguridad”. Una afirmación contundente que Marcos Peña quiere mostrar ahora como una “cuestión semántica” porque “está claro que las fuerzas de seguridad responden orgánicamente al Ministerio, pero el procedimiento fue ordenado por el juez". Argumento ridículo, puesto que la orden de represión siempre la da la justicia, pero la realización efectiva de esa orden no depende de la Justicia sino del Ministerio y sus funcionarios, que comandan cómo actúan las fuerzas.
El Jefe de Gabinete no pudo dar respuesta a dos cuestionamientos. La santacruceña Virginia García del FPV preguntó porqué no existe el material fílmico completo del operativo y por qué la gendarmería ingresó al territorio del Lof cuando la orden del juez solo la habilitaba a desalojar la ruta 40. Peña eligió no responder. En cambio, con un grado de cinismo pocas veces visto, criticó a la familia de Maldonado por no querer reunirse con el gobierno responsable de la desaparición de su hijo.

Cecilia Rodríguez
Militante del PTS-Frente de Izquierda. Escritora y parte del staff de La Izquierda Diario desde su fundación. Es autora de la novela "El triángulo" (El salmón, 2018) y de Los cuentos de la abuela loba (Hexágono, 2020)