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Red Internacional
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Textos:LUGUI GARCÍA GUERRERO. Mariano Ferreyra

Textos recibidos por Facebook: La Caja Roja

Jueves 30 de octubre de 2014 00:00

MARIANO

En la mañana del miércoles el amanecer olía a café caliente y a pan con grasa tostado y ese milagro del alba es una señal inapelable de comenzar la marcha, pero si de marcha se trata, la sola palabra marcha ya es una pronunciación inapelable de comenzar.
Copábamos el baldío del barrio y nos enfrentábamos para sostener el territorio tomado, no importaba morir, porque la muerte en el baldío solo duraba segundos, revivíamos para seguir, volver a morir, y volver a vivir, para matar enemigos, y revivir amigos. Era esa la regla única del juego que finalizaba luego en el zaguán de casa perfumado por los vapores del guiso de lentejas con sus fritangas de chorizo. También la comida formaba parte del escenario del juego, y no mucho tiempo después comprenderíamos que la comida no era un juego, que lo que dura segundo es la vida y no la muerte, y que la muerte en ocasiones es otra forma de comienzo, a veces es otra forma acaso mas poderosa de marcha. No tardaría la vida en proporcionarnos los escenarios y las armas reales del sistema para dar cumplimiento a las lecciones de infancia, solo que a esa hora sabíamos quiénes y porque éramos los rebeldes, y quienes los que antes formaban parte de los fantasmas del baldío.
En la mañana del miércoles, la marcha sucedía como sucede toda vez que se la invoca, sucede la lucha, brota en nuestra América Latina igual que brota el tártago sin necesidad alguna de riego, brota porque la lucha no se detiene en ninguna penumbra impuesta, brota en cada plaza, entre adoquines y autopistas, entre fábricas cegadoras, durmientes y rieles.
¡Hay que arrastrarse hasta el calicanto, nos atacan!_ La huestes contrarias eran superiores, y no había manera mágica de sortearla menos aún al medio día cuando comienza la retirada. Ellos avanzaban sobre los escombros y el yuyal, eran bestiales, sin piedad porque así los habíamos construido, porque así perdurarían, ellos eran “fantasmas” guerreros del poder de la galaxia, fantasmas impunes de la infancia, impunes de la vida. _ ¡Corran, nos están disparando, corran!_. Había caído uno de los nuestros con una herida en el pecho y debimos arrastrarlo hasta la vereda donde el medio día lo resucitaría en sus narices para conducirlo hacia prodigioso plato cotidiano.
En la mañana del miércoles 20 de octubre del 2010 año del señor, el amanecer olía a marcha, en cuya pronunciación germina inapelablemente el alba. Hacia el mediodía la lucha brotaba entre durmientes y rieles, pero la muerte en ocasiones nos dice que otro camino se ha abierto, y que un sol mas poderoso ahora nos comienza.
LUGUI GARCÍA GUERRERO

PARA MARIANO FERREYRA
La realidad es otra manera de ilusión
que traza los signos libertarios
de la calavera de tu sombra;
eres uno de los nuestros,
hasta el cielo te inscribe con sonido de rieles y de balas.
Verán ahora los sirvientes del crimen y la entrega,
el desfile de banderas que te ilustran
diciendo cantares en el testamento de tu alud.
porque el que ha caído es el inmortal
para sembrar entre las calles la semilla del combate.
Eres pues cada uno de los nombres que te nombran,
Y cada gota de sangre rebelde que circula,
o se derrama hacia la gloria.
Alzará el devenir entonces su puño,
Junto a otros puños que atrincheran
justicia en los corazones,
y tu mirada irá en el viento de los vivos
soplando, soplando
soplando sin pausa hacia la victoria.
LUGUI GARCÍA GUERRERO