El presidente de la aerolínea aseguró que en 2014 hubo déficit pero en 2015 habrá un resultado positivo. El diez por ciento de los trabajadores de la empresa estaba tercerizado y pasó a planta, según el funcionario. Se presentó un segundo plan quinquenal.

Lucía Ortega @OrtegaLu_
Viernes 27 de marzo de 2015
El presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, realizó ayer un balance de la gestión durante los últimos cinco años, desde que la empresa pasó a manos del Estado. Ante la comisión bicameral de Reforma del Estado y Seguimiento de las Privatizaciones, el funcionario afirmó que la compañía “es el organismo público más controlado de la Argentina”, no sólo por la Sindicatura General de Nación (SIGEN), sino que sostuvo que “todos sus balances fueron aprobados por la Administración General de Justicia (AGN) y visados por la Inspección General de Justicia (IGJ)”, aunque semanas atrás la causa por fraude en la compañía y falta de transparencia volvía a salir a luz. El precandidato a jefe de gobierno por el Frente para la Victoria favorito por la casa rosada, hizo gala del apoyo que recibe la conducción de Aerolíneas Argentinas “por los gremios aeronáuticos que lo acompañan y también las principales cámaras empresariales vinculadas con el transporte aéreo, el turismo, la hotelería”, afirmándose así en su perfil político de gestor empresario.
Recalde dedicó gran parte de su exposición a diferenciar el equipo de gerentes de la compañía de sus vínculos con “La Cámpora”, defendiendo uno a uno el profesionalismo de los técnicos que se desempeñan en las seis áreas de trabajo afirmando que están “lejos de ser sus compañeros de militancia en una unidad básica”. En esa línea, rechazó que se haya tomado personal por afinidad política con el kirchnerismo y aclaró que “el 54 por ciento votó este proyecto, pero eso no quiere decir que los hayamos incorporado por eso”. Según el funcionario, durante estos años se incorporaron 1.900 puestos de trabajo, de los cuales un 10 por ciento era personal que ya trabajaba en la empresa pero estaba tercerizado. Sin embargo, desconoció el reclamo que realizan los trabajadores de empresas que siguen tercerizadas de la aerolínea de bandera, como GPS, por despidos y suspensiones discriminatorios contra a la organización laboral y por las condiciones de precarización en que se encuentran.
Los números del balance
En la presentación, el presidente de Aerolíneas Argentinas reconoció que en el 2014 la empresa tuvo un déficit que creció “por una cuestión contable, porque tiene una gran cantidad de costos en dólares e ingresos en pesos”, pero estimó que “ya en el 2015 habrá un resultado positivo” porque el combustible “ahora volvió al precio que tenía en el 2009”. Según el funcionario, existen objetivos no alcanzados como el costo de mantenimiento, que “se puede optimizar más ya que el costo de asiento ofrecido todavía es muy alto en la compañía”, aunque no dejó entrever cuál sería la forma de realizar tal ajuste. Además, aseguró que los ingresos aumentaron un 73 por ciento, y que el valor de la flota antes era de 342 millones de dólares y hoy vale 1.635 millones de dólares, gracias a las inversiones en infraestructura y capacitación.
En el balance también incluyo la cifra de pasajeros que creció un 80 por ciento y llegó a 10 millones el año pasado, “no porque pusimos mayor cantidad de ofertas sino porque volamos mejor” y enfatizó que “si para obtener rentabilidad tenemos que dejar provincias sin vuelos, no lo vamos a hacer”, “si conectar y poner vuelos desde las provincias hacia la Capital es poco conveniente en lo económico no nos importa y vamos a mantenerlo”. No obstante, el funcionario no incluyó en los números del balance los más de 500 millones de dólares que se pagaron a Marsans, anterior propietaria de Aerolíneas convenientemente señalada por la actual gestión por su comportamiento rapaz, en el 2011 una vez que la empresa ya estaba en manos del Estado, y los más de 800 millones que se pagaron por la expropiación, como señala un estudio de la Universidad de Buenos Aires.
El nuevo plan quinquenal
La meta que presentó Recalde es llegar a los 16 millones de pasajeros en el año 2.020. “Un plan de negocios basado sobre premisas realistas, achicar el tema de las cancelaciones y explorar más alianzas comerciales con el resto de las aerolíneas del mundo”. Anunció que se habilitarán en el marco de un nuevo plan quinquenal, seis nuevas rutas, así como “aumentar al máximo la capacidad de Aeroparque”. Actualmente se está construyendo en el aeropuerto de Ezeiza un nuevo hangar por 400 millones de pesos, “una obra que es de las más grandes de Latinoamérica”, remarcó.
El anterior Plan de Negocios presentado por el presidente de la empresa proyectaba un superávit desde 2012 hasta hoy, aspecto alejado de los acontecimientos reales en los que la pérdida diaria alcanzaría los 2 millones de dólares. Los sectores privatistas atribuyen el déficit a una ineficiencia propia de la estatización, los directivos de la compañía contraponen la conveniencia económica con el transporte de los pasajeros de todo el país. La izquierda propone una salida de otra clase: el control real de los trabajadores sobre el presupuesto asignado con representantes elegidos democráticamente por usuarios y trabajadores aeronáuticos.

Lucía Ortega
Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.