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Red Internacional
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IMPUNIDAD DEL FRANQUISMO. Martín Villa reconoce que puede ser el responsable de la masacre del 3 de marzo del 76 sin consecuencias

El exministro franquista, responsable de las muertes de los 5 obreros asesinados en Vitoria en marzo del 76, así como de las cargas y el asesinato de un estudiante en los Sanfermines del 78, reconoció, con tono irónico, que pudo ser el responsable político y penal de estas muertes.

Miércoles 19 de enero de 2022

GRAF1007. MADRID, 17/01/2022.- El ex ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa interviene este lunes el desayuno informativo del Fórum Europa. EFE/ Fernando Alvarado

Estas escandalosas declaraciones las hizo este pasado lunes 17, durante un desayuno informativo organizado en Madrid, a mayor gloria y homenaje de este asesino, titulado: “La Transición, mi memoria y la querella argentina”. A este acto de exaltación de este fascista y de paso de critica y mofa de la querella argentina, que busca desde hace más de 10 años juzgar a este y otros altos cargos de la dictadura, acudieron numerosas personalidades. Ya no solo como cabía esperar, grandes figuras, presentes y pasadas, de la antigua UCD o del PP, sino el que fuera durante casi 20 años, líder del sindicato socialista UGT, Cándido Méndez.

Con este “público entregado”, el atroz personaje, afirmó en tono irónico: “Puedo ser el responsable político y también penal" de la masacre del 3 de marzo. “Incluso hubiera sido posible que yo, en un rato de locura, hubiera podido ser el autor material de aquellas muertes". Tras esta confesión, aunque en tono jocoso e irónico, de una gravedad absoluta, justificó la actuación de los gobiernos y los aparatos represivos del estado durante la Transición al decir que: “no había un plan sistemático, deliberado y generalizado para eliminar al adversario político.

La actuación de la policía podía ser errónea pero enfrente teníamos a criminales”. Por último, en este ambiente de apoyo explícito de los presentes a sus palabras, quiso quitar importancia a sus problemas judiciales, refiriéndose a la querella argentina como “un espectáculo kafkiano, con la que no ha perdido un minuto de sueño”.

Rodolfo Martín Villa: “La Porra de la Transición”

Este personaje y por lo tanto sus palabras tienen su importancia, porque hablamos de uno de los principales responsables políticos de la represión durante el final del franquismo, y, sobre todo, durante la Transición. Martín Villa participó de la sangrienta dictadura franquista y luego, en el período de la Transición ocupó altos cargos políticos. Fue ministro de Relaciones Sindicales, ministro de la Gobernación y ministro del Interior, desde donde continuó dirigiendo el aparato represivo.

Aunque su responsabilidad en la masacre de trabajadores del 3 de marzo en Vitoria-Gasteiz tiene lugar como ministro de Relaciones Sindicales, sería entre julio de 1976 y abril de 1979, durante su control de las fuerzas represivas como ministro de Interior, cuando tuvieron lugar 41 asesinatos a manos de fuerzas policiales y 17 asesinatos a manos de fuerzas de terrorismo fascista amparadas por la policía. Entre ellas las brutales cargas policiales, en Pamplona, durante los Sanfermines del 78, que acabaron costando la vida, al joven estudiante Germán Rodríguez, asesinado por disparos de la policía. Tanto esmero en reprimir a cualquier activista y militante antifascista, le valió el apodo de la “La Porra de la Transición”.

Los asesinos del Franquismo siguen sin ser juzgados. ¡Que paguen de una vez por sus crímenes!

Por su largo historial represor, es uno de los principales encausados en la querella argentina. Esta se inició el 14 de abril de 2010, cuando un grupo de familiares y represaliados por el franquismo interpusieron una querella ante los tribunales de justicia de la República argentina, para pedir que se investigaran los crímenes cometidos por los integrantes de la dictadura franquista, se identifique a sus responsables y se los condene.

Sin embargo, desde el principio esta querella se ha topado, no solo con la Ley de Amnistía de 1977, que sigue protegiendo judicialmente, en el Estado español, a estos miembros de la dictadura, sino con todas las trabas que han podido poner, tanto la justicia española, como todos los gobiernos, desde Zapatero, pasando por Rajoy, y el actual del PSOE-UP.

No solo eso. Incluso, en septiembre del año pasado, expresidentes del gobierno y burócratas sindicales enviaron una carta de apoyo a este represor franquista, frente a las intenciones de la justicia argentina de juzgarlos por sus crímenes.

El escrito de apoyo fue firmado por los expresidentes Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, los exsecretarios generales de UGT y CCOO Nicolás Redondo, Cándido Méndez, Antonio Gutiérrez y José María Fidalgo, dos "padres de la Constitución" –Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca–, los exministros Eduardo Serra, Rafael Arias-Salgado, Marcelino Oreja y Josep Borrell, el senador Jaime Ignacio del Burgo, el exministro en Chile Enrique Krauss y el exministro portugués Jaime Gama. Finalmente, CCOO y UGT se desmarcan de las declaraciones de sus ex secretarios.

Aunque con retrasos y muchas dificultades, la querella argentina sigue su curso. Esta siempre va a encontrar grandes obstáculos por parte de los aparatos judiciales y políticos del Estado español.

La impunidad de los crímenes de la dictadura es un pilar y un consenso clave del Régimen del 78, y del compromiso de este régimen y sus partidos con su herencia franquista.

Cada sentencia que avance contra los represores franquistas será fruto de la presión ejercida por la lucha y el combate contra esta democracia para ricos. Esta es la única vía posible para realmente cortar con el pasado franquista y su impunidad.