Las operadoras del sector inmobiliario de la Ciudad Buenos Aires buscan esa suba para ampliar los márgenes de ganancia.
Lunes 20 de febrero de 2017 12:07
En un 2017 plagado de tarifazos y aumentos, alquilar en la Ciudad de Buenos Aires costará entre un 25% y 30% más en comparación con el año anterior. Las operadoras inmobiliarias se basan en la inflación estimada por el gobierno (un 20% aproximadamente) y en su intención de recuperar los márgenes de ganancias perdidos del año pasado.
En el 2016 los departamentos de dos ambientes tuvieron un aumento del 27% frente al 41% de inflación en la ciudad porteña. Motivo por el cual, los que especulan con las viviendas, buscan cerrar contratos que ronden el 40% en las unidades chicas.
Según las estadísticas de Reporte Inmobiliario relevadas en el mes de enero, hay 7244 unidades para alquilar en la ciudad, de las cuales sólo 195 son a estrenar. De este total, el 42% son de dos ambientes, el 34,4% monoambientes y tan sólo el 17,31% de tres ambientes. Alquilar hoy un monoambiente llega a los $5.800 mientras que los alquileres de dos ambientes llegan a los $6.800. En zonas más caras, como Puerto Madero, Palermo Hollywood, Palermo Nuevo, Palermo Chico y Las Cañitas, los alquileres de dos ambientes se encuentran alrededor de los $10.000.
Te puede interesar: Ley de Alquileres: el problema de la vivienda y lo que se votó en el Senado
Gómez, director de Le Bleu Negocios Inmobiliarios, expresó en una entrevista hecha por el diario de La Nación que "el 83% de lo que se construyó en la última década fueron monoambientes y dos ambientes para el mercado inversor. Por eso, el tres ambientes tiene muy poca oferta. Las familias fueron expulsadas de la ciudad".
Especialistas del sector, acusan que la rentabilidad es muy baja y se encuentra en un 2,5% anual. Demandan la necesidad de subir los alquileres y se preocupan por la implementación de la deducción del alquiler en el Impuesto a las Ganancias ya que para obtener ese beneficio, los que alquilen deberán contar con un comprobante de pago en blanco, lo cual empujaría a un blanqueo de los alquileres.
Lo que será un negocio por encima de la inflación proyectada que favorezca a los dueños, claramente irá en detrimento de los inquilinos que tendrán que enfrentar todo tipo de aumentos con una paritaria que el gobierno buscará cerrar lo más cerca del 18%.