Con movilizaciones en todo el país, miles de jóvenes volvieron a la calles para protestar contra el lucro y el negocio educativo, fin al endeudamiento, por educación gratuita y no sexista; cuestionando al Ministro de Educación que empieza a debilitarse, abriendo un flanco donde puede desplegar la fuerza estudiantil.
Jueves 19 de abril de 2018
Foto portada: bartolomachuca, Instagram.
Una primera demostración de fuerzas
“Salimos a la calle nuevamente, la educación del pueblo no se vende ¡se defiende!” fue uno de los gritos históricos que se escuchó hoy por las calles del país. "El tiempo de las marchas ya pasó” había señalado hace un mes el recién asumido Ministro de Educación, el liberal extremista Gerardo Varela, más que ver con sus deseos que con la realidad expresada hoy. El fallo del antidemocrático y pinochetista Tribunal Constitucional encendió la reacción: el movimiento estudiantil, con una nueva generación en liceos y universidades, pese a que no ha conseguido sus demandas históricas y a los diversos intentos de los gobiernos anteriores de desviarlos, neutralizarlos y derrotarlos, sigue vivo y es la primera demostración de fuerzas frente al nuevo gobierno.
Con batucadas y cánticos se escuchaba: “Y va a caer y va a caer la educación de Pinochet”, “Piñera, Varela afírmense la pera”. Convocada por la Confech, Aces, Cones, Colegio de Profesores y NO+AFP, más de 100.000 personas se movilizaron en Santiago y decenas de miles en regiones. Marcharon decenas de miles de estudiantes secundarios con sus liceos, algunos de los cuales se encuentran en lucha, como la toma votada masivamente del Liceo Carmela Carvajal, así también los universitarios que paralizaron la mayoría de las universidades del país y algunas que se encuentran en movilizaciones internas, como los estudiantes de la UMCE que están enfrentando la crisis del endeudamiento de su universidad. También marcharon organizaciones que apoyan la causa mapuche y la huelga de hambre (que cumple 97 días) del machi Celestino Córdova, en prisión por el Estado chileno, y organizaciones de migrantes que rechazan el decreto anti-inmigración de Piñera y Chadwick.
Movilizados en las principales ciudades del país, es una importante primera respuesta en las calles de la juventud, que muestra en potencie que puede surgir un nuevo movimiento estudiantil que ponga la agenda de la educación al centro, que reactive las luchas y que abre la posibilidad de la unidad de jóvenes, trabajadores y mujeres para enfrentar los planes del gobierno.
El gobierno y la reaccionaria policía dijeron que solo marcharon 30.000, que en verdad muestra el fracaso de su política. No lograron neutralizar la movilización como pretendían, con el anuncio del lunes de Piñera de ampliar la gratuidad al 70% de los estudiantes vulnerables en CFT e IP. Una trampa, pues beneficia solo a 13.000 estudiantes (8%), con subsidios millonarios a grupos controladores (concentrados sólo en 6 CFT y 7 IP). Tampoco sirvió para desactivar esta marcha la agenda de “5 acuerdos nacionales”, una maniobra con la cual intenta cambiar la agenda de los últimos años.
Tampoco pudieron con sus provocaciones represivas, como hoy buscando dividir las columnas con el uso del carro lanza-aguas y gases lacrimógenos, en un marco en que Piñera intenta fortalecer el poder de la policía que se encuentra en una crisis histórica, para que en caso de debilitarse su agenda de “acuerdos” sea más eficaz la fuerza que el consenso. Al final de la marcha, detuvieron a decenas de estudiantes y un joven de la Arcis resultó gravemente herido producto del atropello de la policía, con total impunidad. Como señaló un estudiante "lo pisaron y le quebraron las piernas. Tuvimos que sacarlo nosotros de entremedio de los autos, porque Carabineros quería llevárselo y no auxiliarlo". El “diálogo” de Piñera está mezclado con represión a los que luchan, como muestra la criminalización hacia los luchadores mapuche, y es tarea de todos los organismos estudiantiles, de trabajadores, de derechos humanos y de la izquierda repudiar activamente la represión, solidarizar con los luchadores, y llamar a la movilización para enfrentarla, oponiéndose a cualquier “modernización”, “reforma” y financiamiento del aparato represivo de Carabineros, que se utilizará contra los trabajadores, jóvenes, mujeres, mapuche y en general contra los movimientos sociales que Piñera busca sacar de las calles. No es el camino que parece seguir el Frente Amplio (FA), que con Sharp participa en la “comisión de trabajo” de seguridad del gobierno, sin denunciar un ápice que esta agenda sólo pretende fortalecer la represión y el aparato estatal contra los movimientos.
Un ministro a la defensiva, un flanco débil del nuevo Gobierno
Hasta ahora el gobierno con su estrategia de los acuerdos, ha logrado dividir y fragmentar a la oposición, manteniendo tranquilas las aguas y alargando su “luna de miel”, tomando la iniciativa y mostrando fortaleza en su primer mes. Sin embargo, ya este primer test frente a las calles y en particular frente a los estudiantes, no ha logrado el objetivo de neutralizar la primera movilización. El fallido intento ha mostrado un flanco de debilidad que preocupa al gobierno y que se llama Gerardo Varela, el actual Ministro de Educación, columnista ligado a grandes empresarios y a sectores de la derecha directamente anti-movimiento estudiantil, y que con sus frases (contra la penalidad del lucro; y llamando “campeones” a sus hijos por comprarle condones a la vez que se opone a la entrega en liceos) no solo neutralizó la propia estrategia de Piñera, sino que encendió los ánimos en el movimiento estudiantil.
Así, aunque le han ordenado que se muerda la lengua, la debilidad ha quedado expuesta. El nuevo “rey” del Mineduc está desnudo, y si podrá navegar en estas aguas que se empiezan a agitar está por verse, en la cartera donde menos tiempo duran los ministros. De debilitarse más, este “flanco” puede golpear al propio Gobierno, abriendo crisis que desnude lo frágil de su actual fortaleza, más motivada por las debilidades ajenas (de enemigos y adversarios) que por las fortalezas propias.
Hay ahí abierta una contradicción que el movimiento estudiantil debe ser consciente y aprovechar, que puede permitir ampliar las brechas donde pueden entrar el movimiento estudiantil, de mujeres y trabajadores, y abrir un camino de ascenso de luchas que debilite al gobierno y sus planes, poniéndolo a la defensiva, despertando el fantasma de las calles, verdadera oposición al nuevo gobierno de derecha.
Es necesario fortalecer al movimiento, ganar en unidad y pasar a la ofensiva
El flanco débil del gobierno se puede agudizar, abriendo una brecha donde poner al gobierno a la defensiva, y que las fuerzas estudiantiles pasen a la ofensiva. Pero para ello, se debe poner la fuerza en la auto-organización y la movilización independiente y unitaria en las calles, con nuevas generaciones que empiezan a hacer su experiencia de lucha y que pueden ganar fuerza y confianza. Sólo poniendo en movimiento a esos cientos de miles estudiantes junto a los trabajadores, con sus asambleas y métodos, llamando a la unidad de acción de sus fuerzas y con un programa que apunta a acabar con todo el negocio educativo, podrá poner al gobierno a la defensiva e imprimir un nuevo curso a la lucha.
El movimiento estudiantil ha tenido en las últimas décadas importantes experiencias de luchas, como en 1998, 2001, 2005, 2006, 2011, siendo un verdadero dolor de cabeza para el régimen de conjunto. Cada una de esas luchas se ha enfrentado a este régimen y sus partidos (Chile Vamos y la vieja Concertación) que han defendido la herencia de Pinochet con represión y también con las trampas de “mesas de diálogo” y acuerdos parlamentarios. El camino “parlamentario” y de “diálogos” en nada ha resuelto la crisis de la educación pública, el aumento del negocio de grandes grupos económicos, ni el aumento de la deuda de estudiantes y sus familias. Para pasar a la ofensiva y vencer hay que confiar en las propias fuerzas de los estudiantes, consiguiendo la alianza con los trabajadores, mujeres y oprimidos, sin confianza ni en los viejos partidos del régimen ni en los métodos parlamentarios, un verdadero callejón sin salida para las demandas de los últimos años.
La estrategia de “movilización por hitos” de las direcciones del Frente Amplio o del Partido Comunista (mayorías en el Confech y Colegio de Profesores, en ambas con peso central de las organizaciones frenteamplistas), donde movilizan para luego negociar con el viejo régimen en los salones parlamentarios, solo ha llevado al desgaste y los desvíos, fortaleciendo las trampas “dialoguistas” del régimen.
Hay que movilizarse y luchar, combatiendo las ilusiones que los caminos parlamentarios podrán resolver las demandas históricas del movimiento, y luchar por una estrategia que ponga el centro de la acción en la articulación democrática y de bases del movimiento, con asambleas y auto-organización, la unidad de acción de secundarios y universitarios, y la lucha por conquistar la unidad con los trabajadores (no como hizo la dirección burocrática del Colegio de Profesores, sin organizar el paro y la movilización, impidiendo que se desarrolle la fuerza del sindicato más grande del país junto a secundarios y universitarios en las calles), de forma independiente a los partidos del régimen, no de la “unidad de la oposición” con los que mantuvieron este negocio, como el fracaso del proyecto de Bachelet de reformas negociadas con la derecha que le abrieron el camino al nuevo gobierno. Unidad en las calles y en la acción, no “unidad de la oposición” con el progresismo neoliberal.
No se trata de “defender” lo que hay ni las reformas de Bachelet, que sigue siendo con algunas concesiones parciales la herencia de la dictadura, ni de resignarse a esperar a un próximo “gobierno progresista” para conquistar las demandas, sino de pelear consecuentemente para terminar con este negocio, en las calles, buscando paralizar el poder de acción del gobierno, uniendo las demandas con un pliego único que garantice la unidad, que se proponga poner fin al negocio de la educación poniendo fin a los subsidios millonarios a los privados, con un plan de financiamiento integral a la educación pública y gratuidad universal (con apertura de matrícula, sin PSU, fortaleciendo la infraestructura, contratación de académicos sin precarización, el paso a planta de los trabajadores, etc.) y poniendo fin a todo el sistema de becas y créditos garantizando la gratuidad (sin pagar ni un peso a los bancos); pasando al estado las universidades en crisis, que lucran o cierran, como la Arcis, Iberoamericana o el escandaloso retiro de utilidades del consorcio yanqui Laureate, con la gestión triestamental de estudiantes, funcionarios y trabajadores. Una estrategia y programa que plantean los estudiantes de la agrupación estudiantil Vencer que dan la pelea en las principales universidades del país.
Una campaña de movilización estudiantil, con plan de lucha ascendente y de unidad en la acción, vinculado a profesores, trabajadores de las universidades, NO+AFP y movimientos de trabajadores y del pueblo, debería ser una tarea central para que avance el movimiento, y renazca la “primavera” chilena. La marcha NO+AFP de este domingo debe ser otro punto de apoyo en este sentido, hacia un plan de lucha y movilización nacional. El ejemplo que están dando los estudiantes y trabajadores en Franciaenfrentando las contrarreformas del derechista Manuel Macron, amigo de Piñera, a 50 años de la gesta del Mayo francés, puede ser una gran inspiración para esta batalla.
Pablo Torres
Dirigente nacional del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR). Autor y editor del libro Rebelión en el Oasis, ensayos sobre la revuelta de octubre de 2019 en Chile, Edición Ideas Socialistas, 2021.