Lo hizo en una entrevista en Página 12 y una entrevista radial, tras el operativo de 4000 policías que gasearon, balearon, quemaron casillas y detuvieron vecinos y estudiantes solidarios. El gobernador asegura que “fue una respuesta inédita y estoy muy orgulloso”. Además defendió a Sergio Berni y su campaña tras la represión.
Domingo 1ro de noviembre de 2020 14:11
Este domingo el gobernador Axel Kicillof dio una entrevista exclusiva a Página 12.
Tras su breve explicación de “qué pasó en Guernica”, la periodista Karina Micheletto se vio obligada a preguntarle: “¿No cree que hay un fracaso de la política, si aun después de todas esas negociaciones, igual hubo que recurrir a un desalojo con represión?”.
Ahí comienza una justificación increíble de la actuación de su Gobierno, además de un tergiversación de los hechos. En la respuesta Kicillof hace una definición realmente insólita: “Yo no acepto que fue una represión, fue un desalojo a partir de una orden de un juez”. La frase parece un juego de palabras. No fue una represión, fue un desalojo por orden de un juez. No está clara la diferencia en ello. Más aún cuando el propio gobernador, intenta sostener el relato y dice que “no haber podido llegar al desalojo voluntario, pacífico, de todos los que estaban en la toma es poco atribuible al trabajo que hizo nuestro gobierno”.
O sea que el desalojo no fue pacífico. ¿Cómo lo definiríamos entonces?
No queremos subestimar al lector que, más allá de sus opiniones políticas, pudo ver por cadena nacional el avance de miles de efectivos arrojando gases, pudo escuchar los tiros por los canales de TV, pudo ver niñas jugando con cartuchos de las itakas o granadas de gases, pudo ver jóvenes con heridas y casi 40 detenidos, casillas quemadas, aplastadas por policías ensañados con escuelitas, postas sanitarias y casillas familiares.
¿Qué tiene de inédito eso para el gobernador? Podríamos ver, en el pasado y la actualidad, decenas de situaciones similares que cualquier persona coherente entiende como represión, o sea el uso de la fuerza y la violencia por parte del Estado para obtener algo. En este caso, el desalojo del predio.
En la entrevista insiste con echarle la culpa a la intransigencia de las organizaciones o los vecinos, y justificar la acción de la policía a su cargo en una orden judicial. “La Justicia nos dio el último plazo para el 30 de octubre”. No deja claro por qué entonces rompió unilateralmente las negociaciones dos días antes y avanzó con la orden represiva.
Pero además Kicillof asegura que “se dio una respuesta inédita, y estoy muy orgulloso de haberlo hecho de esta manera. Cuando se agotaron las instancias de diálogo, cuando ya era claro que no había forma de encontrar esta respuesta, lo que quedaba era ejecutar la orden de la justicia y sin violencia”.
Para responder este punto, más allá del orgullo de Kicillof de cómo desalojó a 1400 familias sin techo, que no merece mayores análisis, es interesante el comentario sobre este tema del columnista del mismo diario, Mario Wainfeld. “A título de opinión: el Ejecutivo provincial debió suspender el lanzamiento, haciendo uso de sus facultades o su inventiva. Acatar una decisión judicial injusta y antisocial es una decisión política, no una rutina burocrática”.
Está claro: el gobierno bonaerense tenía la decisión política de engañar a las familias o desalojarlas por la fuerza. Pero decidió utilizar una decisión judicial injusta y antisocial.
Ante argumentos tan pocos ajustados a la realidad, la periodista le insiste: “El Cels y el Serpaj presentaron una denuncia por desproporción en el uso de la fuerza. Eso se puede traducir como represión”.
La entrevista tiene dos momentos más que vale la pena rescatar.
Ante la pregunta de qué le dice a su electorado que sintió tristeza y repudia el desalojo y el modo en que se hizo, Kicillof intenta una respuesta. “A nuestra base política les digo: hay que dar respuestas y las vamos a dar, de una magnitud y de un carácter como no hubo antes”. Puro relato. Pero como se dijo varias veces en estos últimos días: represión mata relato.
La defensa de Berni y la ridícula teoría de los gases de izquierda
Por último, el gobernador hace una defensa de Sergio Berni esperable pero que termina justificando las mentiras y denuncias delirante del Ministro de Seguridad, que este sábado llegó a señalar que “fueron las organizaciones de izquierda que tiraron gases a nuestros efectivos”.
Aquí vale la pena mencionar otra entrevista que brindó el mandatario bonaerense este domingo. Fue en el programa Pasajera en trance en AM 750. Allí aseguró insistió en que “los gases lacrimógenos no los llevó la policía, las casillas no las quemó la policía”.
¿Alguien puede creer semejante ridiculez?
Volviendo a la entrevista en Página 12, Kicillof defiende al Ministro de Seguridad diciendo que “la respuesta que dio Sergio en este caso viene siendo efectiva”. Pero además se refirió a las declaraciones publicas de Berni y su campaña con un spot donde dice defender “el derecho a la vida, la libertad, la propiedad privada”.
¿Qué opina gobernador?
El “estilo de Sergio” ha quedado grabado en la historia de decenas de conflictos obreros y sociales, desde la Mina de Río Turbio, al Parque Indoamericano, pasando por Lear y sus últimas actuaciones. Parece que coinciden en cómo tratar los reclamos sociales pero también como justificar la violencia estatal contra ellos.