Según informes oficiales de la Universidad Nacional de Rosario, la modalidad virtual implementada solo se conectan un promedio de 40 mil estudiantes y docentes. Menos de la mitad con respecto a estadísticas publicadas Agosto del 2019.
Miércoles 24 de junio de 2020 11:59
Debido a la implementación de la cuarentena obligatoria hace ya más de 90 días, las clases en todas las modalidades se han visto obligadas suspenderse hasta el cese del aislamiento social. Ante esta problemática, las autoridades del UNR, dirigidas por la Franja Morada, definieron la implementación de la modalidad virtual por vía del Campus Virtual UNR, en donde se pueda garantizar el cursado diario por esta plataforma.
Esta decisión, sin consultar a los gremios docentes y estudiantiles, no estuvo exenta de observaciones y críticas. Sin ir más lejos en el mes de Abril, el sindicato COAD, hizo pública una encuesta donde mostraba números alarmantes sobre la situación de las y los docentes en la modalidad virtual, donde más del 71,01% considera que dedica más tiempo a esta tarea que lo que lo hacía con clases presenciales, contrastando con que más de la mitad ve que su situación económica fue afectada por la cuarentena.
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Las autoridades de la Franja Morada sostuvieron todo el primer cuatrimestre, sin participación de los claustros de la comunidad educativa y sin el funcionamiento de los consejos directivos, ni órganos de co-gobierno de la universidad pública.
Frente a problemas muy agudos por este contexto de crisis, las autoridades universitarias profundizaron un método unilateral y anti democratico para definir temas transversales como el calendario académico, la reprogramación de mesas y la modalidad de cursado.
Ahora informes oficiales de la UNR, muestran que al campus virtual solo se conectan, en promedio, 40 mil estudiantes y docentes con picos de hasta 45 mil personas. Un número alarmante si lo comparamos con el último boletín estadístico, publicado en Agosto del 2019 que presenta datos cuantitativos de la cantidad de alumnos, nuevos inscriptos, reinscriptos y egresados de las diferentes unidades académicas de la UNR, en donde llegó a ser de más de 80 mil estudiantes sin contar docentes.
Dato no menor, que explica el nivel de deserción producto de la pandemia, es que el 30% de las y los estudiantes de la UNR tienen mala conectividad a internet, como reveló el portal de noticias local Rosario Plus. Otro dato que contrasta con los poco más de 700 modems entregados a estudiantes, docentes y no docentes sin acceso a internet, para las labores académicas y administrativas. Pero para la mejora de la interfaz del Campus Virtual UNR, se hizo una inversión de más de 10 millones de pesos.
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Ante estos datos Lautaro Habibi, consejero directivo de la Facultad de Humanidades por EnClave Roja-Frente de Izquierda Unidad declaró: Son números realmente preocupantes, en el marco de la aguda crisis sanitaria y económica que nos encontramos. Las autoridades de la UNR han aprovechado este momento de excepcionalidad de la pandemia, para manejarse a criterio propio sin mediar consulta a los claustros docentes y estudiantiles como continuar con las actividades académicas y sus necesarias reprogramaciones. Esto solo promueve la deserción de miles de estudiantes y la flexibilización de la jornada docente”. Además añadió, “ Es necesario que las autoridades nos escuchen, y hagan un relevamiento público de las condiciones de conectividad de los estudiantes, con becas reales y políticas inclusivas para que nadie se quede sin cursar. Y que se atiendan las denuncias y reclamos para las condiciones de trabajo de los docentes universitarios, así como, se respeten los convenios laborales”.
Por último el consejero directivo del FITU agregó: “No sabemos que están esperando las direcciones de los centros de estudiantes y la Federación Universitaria de Rosario, para que se pronuncien frente a esta terrible situación, tienen que convocar a asambleas por facultad para poder discutir los problemas que hay con respecto a las clases virtuales y la deserción, no pueden darle la espalda a los miles de pibes y pibas que se ven obligados a dejar de cursar por no tener una computadora o internet, o porque no pueden mantener la cursada y tienen que salir a cadetear. A ellos los centros de estudiantes le tienen que dar voz.
Es momento que las y los estudiantes podamos discutir también qué rol social podemos jugar junto a nuestros docentes en esta crisis, que golpea cada vez más duro a los sectores más vulnerables de la sociedad.”