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Red Internacional
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Crimen social. Masacre de Once: a doce años, el homenaje a las víctimas y la denuncia a los culpables

Este jueves familiares, sobrevivientes, trabajadores ferroviarios y sectores solidarios, como la Asamblea barrial de Flores, se congregaron en el andén 2 de la estación porteña donde el 22 de febrero de 2012 murieron 51+1 personas. Se recordó a las víctimas y se denunció a los culpables, tanto empresarios como funcionarios del gobierno kirchnerista. Ante los intentos privatistas del nuevo gobierno, ni olvido ni perdón.

Daniel Satur

Daniel Satur @saturnetroc

Jueves 22 de febrero de 2024 11:36

Este jueves se cumplen doce años de la Masacre de Once. Así se conocen los hechos de aquella mañana del 22 de febrero de 2012, cuando la formación de tren 3772-Chapa 16 de la Línea Sarmiento llegaba a la terminal de la Estación de Once de la Ciudad de Buenos Aires, no frenó a tiempo y chocó contra los frenos del andén 2. El trágico saldo fue de 51+1 personas fallecidas y 789 heridas. Cifras de un verdadero crimen social a manos de empresarios y funcionarios enriquecidos a costa de la vida (y de la muerte) del pueblo trabajador.

A las 8:33 de hoy, justo en el horario en el que doce años atrás el horror de apoderaba de la estación ferroviaria, más de un centenar de personas se reunieron en el andén 2 para homenajear a las víctimas y volver a denunciar a los responsables empresarios y políticos. Allí había familiares de las y los fallecidos, sobrevivientes que estaban ese día en el tren y sectores solidarios, como la Asamblea de Flores, formada en los últimos meses por vecinos de ese barrio porteño a partir de los ataques sobre el pueblo trabajador de parte del nuevo gobierno de Javier Milei.

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Vale recordar que Milei y sus funcionarios reiteran cada vez que pueden que su intención es privatizar los ferrocarriles, al igual que otras empresas. Eso no es más que un nuevo insulto estatal a la memoria de las víctimas, cuyo destino no puede desligarse del largo proceso de negociados, corrupción y desfinanciamiento iniciado en los años 90 con el plan privatizador de Carlos Menem (ídolo de Milei).

Luego de las palabras de inicio al acto de este jueves, sonó una sirena con la que cada año se recuerda a las y los fallecidos. Luego se mencionó a viva voz a cada una de las personas muertas, siguiéndole a cada nombre y apellido el grito de “¡Presente!”. También se recordaron, con familiares de víctimas presentes, otras masacres o crímenes sociales, como el atentado a la sede de la AMIA de julio de 1994 (85 muertos) y la Masacre de Cromañón de diciembre de 2004 (194 fallecidos).

Finalmente se leyó un documento consensuado entre las familias de las víctimas, en el que se denunció la larga historia de desfinanciamiento estatal a los ferrocarriles. Especialmente se denunció a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, bajo cuyo gobierno se produjo la masacre evitable y cuyos funcionario desoyeron (o directamente ningunearon) las previas y reiteradas alertas de los propios trabajadores ferroviarios.

En el acto también hubo un reconocimiento a la labor de las y los trabajadores ferroviarios, tanto por sus denuncias previas a la masacre como por ser quienes, junto a los usuarios, están verdaderamente comprometidos con el sostenimiento de tan vital transporte público. De hecho participaron del acto trabajadoras del Sarmiento y referentes de la Unión Ferroviaria de Haedo, como la delegada Mónica Schlotthauer.

Los culpables del crimen social

A poco de producido el choque del tren, y cuando aún estaban siendo sepultados sus seres queridos, decenas de familias emprendieron una dura pelea, junto a organizaciones de derechos humanos, políticas y sociales, en reclamo de juicio y castigo para los responsables.

Gracias a esa lucha incansable, que evitó que el tema pasara más temprano que tarde al olvido, se logró sentar en banquillo de los acusados a un grupo de empresarios que durante años se habían enriquecido gracias a los subsidios estatales sin control y al sostenido vaciamiento del ferrocarril. También se enjuició a funcionarios y exfuncionarios del área de transporte que actuaron al momento de la masacre y en el período anterior. La Masacre de Once es símbolo de un largo proceso de negociados y corrupción que atravesaron las concesiones ferroviarias.

En 2013, la causa judicial por la masacre se elevó a juicio oral y público. Hubo 28 procesados por los delitos de “defraudación contra la administración pública” y “descarrilamiento culposo”. Y el 29 de diciembre de 2015 el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 dictó 21 condenas y siete absoluciones. Así quedó al descubierto que el accidente fue causado por el estado de la infraestructura ferroviaria, entre otras razones a raíz de la falta de inversión para el mantenimiento y la ausencia de controles respecto a la seguridad de las formaciones.

En 2018 Julio De Vido, el poderoso exministro de Planificación Federal (que estuvo en su cargo entre 2003 y 2015), fue condenado a cinco años y ocho meses de prisión por el delito de “administración fraudulenta”. El Tribunal Oral Federal 4 sentenció que él debió controlar los fondos públicos que la empresa TBA recibía y no invertía. La Cámara de Casación confirmó esa condena y agregó, basándose en informes de la Auditoría General de la Nación, la Sindicatura General de la Nación y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), que De Vido sabía de los incumplimientos de TBA .

En 2020 la Corte Suprema confirmó las condenas del exsecretario de Transporte Juan Pablo Schiavi (cinco años y medio de prisión), a los empresarios Sergio y Roque Cirigliano, el maquinista del tren Marcos Córdoba (tres años y tres meses) y a otros condenados en el juicio. Quedó pendiente la resolución sobre Ricardo Jaime, también exsecretario de Transporte durante el kirchnerismo.

Claudio Cirigliano, máximo responsable de la empresa TBA, obtuvo una condena firme a siete años de cárcel y desde abril de 2021 cumple arresto domiciliario.

La Masacre de Once deja al desnudo la hipocresía de muchos exfuncionarios que, en la actualidad, se rasgan las vestiduras denunciando los planes reprivatizadores de Milei y compañía. Son los mismos que hace doce años también posaban de progresistas pero eran parte de un entramado político que usó recursos públicos para su propio beneficio. En éste, como en otros casos, la ganancia capitalista y la corrupción estatal descargaron su peor faceta sobre el pueblo trabajador.

Ni el gobierno de Mauricio Macri (que en 2012 usó el caso para polarizar con el kirchnerismo) ni el de Alberto Fernández y Cristina Kirchner hicieron algo para que los Cirigliano y sus cómplices devuelvan los fondos apropiados . Además, pese a la renacionalización realizada por el kirchnerismo tras la Masacre (reconociendo en parte su responsabilidad por lo ocurrido) muchos problemas del servicio continúan hasta hoy y, en muchos casos, se agravan con el correr del tiempo. Además, claro, de la persistente persecución de parte de los funcionarios de turno y la burocracia de los sindicatos ferroviarios a los trabajadores que siempre denunciaron las condiciones laborales y de funcionamiento de los trenes.


Daniel Satur

Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc

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