El Frente de Izquierda siempre planteó la eliminación de este gravamen: el salario no es ganancia. La medida del ministro-candidato llega a dos meses de las elecciones, tras cuatro años de mandato del Frente de Todos. Esta demanda, largamente reclamada por una porción importante del movimiento obrero, no fue atendida por los gobiernos de Cristina Kirchner, Macri y Alberto Fernández. A lo sumo, se plantearon elevar el piso desde el que se recauda.
Lunes 11 de septiembre de 2023 19:55
Foto: Télam
Un Sergio Massa afónico intentó este lunes ponerle algo de épica a la anunciada modificación en el Impuesto a las Ganancias. Estuvo lejos de lograrlo. No es para menos. La medida, que beneficia a un sector menor de la clase trabajadora, llega en el marco de un proceso inflacionario que golpea con crudeza las condiciones de vida de las grandes mayorías populares.
Al mismo tiempo, alcanza a un sector reducido de la clase trabajadora: la mayoría de los trabajadores en blanco no llegaba a los montos necesarios para sufrir el descuento. Lógicamente, tampoco los millones de trabajadores y trabajadoras informales y no registrados, que son el sector más golpeado por la crisis actual.
A partir del 1° de octubre, quienes se hallan en la cuarta categoría del impuesto empezarán a tributar a partir de la cifra de $ 1.770.000 en bruto. El cambio implica que una porción muy importante de los trabajadores y las trabajadoras que vienen sufriendo este impuesto dejarán de pagarlo.
Según las estimaciones del propio Gobierno, quedarían eximidos de pagar ganancias aproximadamente 610.000 trabajadores y trabajadoras en relación de dependencia. Quienes continuarían pagando serían alrededor de 90.000. Son el sector que supera el nuevo piso.
Eliminar el cobro del impuesto al salario para los trabajadores de la cuarta categoría se volvió demanda muy importante hace años. Durante muchos años, esta demanda no fue atendida por los diversos gobiernos. En los años de Cristina Kirchner se mantuvo el gravámen y la misma presidenta lo defendió publicamente como una muestra de "solidaridad" desde los sectores más altos de la clase trabajadora hacia los más bajos. Posteriormente, ya en tiempos de Macri, el impuesto siguió expandiendo su alcance. A pesar de que Cambiemos había hecho campaña anunciando su eliminación, bajo su gestión el problema se profundizó y llegaron a casi 2,5 millones las personas afectadas.
Contrariamente a eso, el Frente de Izquierda sostuvo la permanente denuncia de que el salario no es ganancia y exigió siempre la abolición del impuesto en su cuarta categoría. Sin embargo, las fuerzas políticas mayoritarias se negaron a avanzar en su eliminación.
El anuncio de Massa llega a dos meses de las elecciones y luego de 6 años consecutivos de caída de los ingresos. Se trata de una medida de tinte claramente electoral, destinada a recuperar votos para un alicaído oficialismo, que resultó golpeado en las elecciones del pasado 13 de agosto.
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En el acto realizado este lunes frente a Plaza de Mayo, Massa deslizó la comparación con el gobierno macrista. En ese marco, afirmó “en el 2019 empezamos a recorrer un camino de disminución y llegamos a este momento, en el que menos de 800.000 trabajadores están pagando Ganancias”. Al mismo tiempo, en lo que fue casi un llamado a que se lo vote el 22 de octubre, sostuvo que su eventual presidencia “estará marcado por recuperación del salario y el trabajo”. En ese marco, anunció el envío de un proyecto de ley al Congreso destinado a institucionalizar las nuevas modificaciones.
El ministro-candidato afirmó: "Para mí, el salario no es ganancia. Es remuneración, el pago por el trabajo y esfuerzo que hace cada trabajador. Tenemos que terminar con esta locura de que un trabajador no quiera hacer horas extras para no perderla en el impuesto". La decisión implica pasarle la pelota a la oposición patronal, intentando desacreditarla si rechaza sentarse a discutir esta medida. Se trata de un intento de hacerle pagar el costo político, en plena campaña electoral y en un momento donde el Congreso se halla virtualmente paralizado.
Este lunes, la burocracia sindical -que venía evitando aparecer para intentar no dejar en evidencia su complicidad con el ajuste en curso- fue parte del anuncio de la medida. En la reunión con Massa estuvieron los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña. Junto a ellos se hicieron presentes los dirigentes Sergio Palazzo (La Bancaria), Hugo Yasky (CTA), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), y otros dirigentes de la plana mayor de las distintas centrales obreras, entre ellos referentes de los sindicatos petroleros, de la Alimentación y Aeronavegantes.
La medida demagógica del candidato de Unión por la Patria implica un alivio para sólo el 6 % de los trabajadores registrados en relación de dependencia. Los dirigentes sindicales en lugar de subirse al escenario para mostrar apoyo al Gobierno, deberían estar convocando un plan de lucha ante la crítica situación social que se agrava día a día debido a la inflación. Hay que imponerles esa pelea, obligándolos a romper la tregua que sostienen con gobierno y patronales.
Para enfrentar a la derecha y el ajuste, hay que estar en las calles. Desde el Frente de Izquierda y cientos de organizaciones de trabajadores y derechos humanos, convocan este jueves a las 16:30 hs en Plaza de Mayo para marcar que la salida a la crisis es por la vía de la movilización, reclamando un aumento de emergencia para los ingresos del conjunto de los trabajadores y sus familias.
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Redacción
Redacción central La Izquierda Diario