El 26 de junio de 1973 moría Mateo Fossa, militante trotskista, obrero de la madera, constructor de su sindicato, dirigente de grandes huelgas y organizador de la clase trabajadora.
Alicia Rojo @alicia_rojo25
Martes 26 de junio de 2018
Fossa ha pasado a la historia por ser el “argentino que conoció a León Trotsky”. Aquel encuentro selló su adhesión al trotskismo que ya llevaba algunos años y que fue la culminación de su camino hacia la independencia de clase, el internacionalismo y las ideas revolucionarias.
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Su papel como organizador de la clase obrera y dirigente de hechos claves de la lucha de clases de la década del 30 ha sido quizás menos profundizado. Mateo cumplió un rol destacado en las huelgas del gremio de la madera que permitieron no solo obtener importantes conquistas sino también fortalecer al gremio y a las organizaciones de base de los talleres. El reconocimiento alcanzado lo convirtió en un referente del movimiento obrero y le dio un lugar clave en la organización de la huelga de la construcción y la huelga general de 1936.
La gran huelga de la madera
El conflicto que se desarrolla entre mayo y julio de 1935 fue impulsado por una serie de reivindicaciones: el reconocimiento del sindicato, la supresión del trabajo a destajo, la reducción de la jornada a 40 horas semanales, aumentos salariales, mejoras en las condiciones de trabajo. El comité de huelga estuvo conformado por Mateo Fossa; Pedro Eber, Rafael Giler, militantes del PC; Ernesto Lippi, Botiglieri, Carlos Salas, sindicalistas, entre los principales(1).
La lucha movilizó a más de 15.000 obreros y el boletín editado por el Comité de Huelga destaca tanto los objetivos de la lucha y el apoyo logrado como las conquistas obtenidas y los avances en la organización:
“En el transcurso de la última semana han aumentado grandemente las adhesiones solidarias de las organizaciones obreras del país a nuestra huelga (en lugar aparte damos la nómina de las mismas). Este amplio apoyo solidario nos demuestra cómo el proletariado del país comprende la importancia de nuestro conflicto y por lo tanto nos da su aliento y se dispone a apoyarnos hasta que nuestra lucha se corone con el más grande de los triunfos (…)
Hemos salido a la calle a luchar por más pan y mejores condiciones de vida y trabajo, hemos salido a la calle para terminar con la desastrosa situación por la que atravesábamos en los talleres, hemos salido a la calle porque aspiramos a solucionar la situación insostenible de los camaradas desocupados para incorporarlos al taller.(2)
Unos meses después celebraban un primer triunfo y resaltaban la necesidad de fortalecer la organización sindical y de base de los trabajadores:
“El Triunfo más Grande corona Nuestra Grandiosa Lucha
EN MAS DE 500 TALLERES REINAN LAS 40 HORAS Y EL CONTROL SINDICAL
Hemos luchado valientemente durante el transcurso de más de tres meses íntegros, y durante todo el transcurso de nuestro combate ha reinado en nuestras filas el más grande y firme espíritu de combatividad y sacrificio proletario (…)
NUESTRA LUCHA Y NUESTRA UNIDAD SON EL MAS GRANDE EJEMPLO PARA TODO EL PROLETARIADO
Comenzamos nuestra lucha un día antes de la conmemoración del 1° de Mayo, en memoria de los mártires de Chicago caídos en la lucha por las 8 horas diarias y prometimos ser fieles a ellos imponiendo las 40 horas en nuestra industria, y hemos cumplido.”(3)
Y llamaba a consolidar la organización:
“FORTIFIQUEMOS DESDE YA NUESTRA ORGANIZACIÓN EN LOS TALLERES
En estos momentos en que nuestra lucha entra en una paz decisiva y de más rápida solución, y cuando ya hemos impuesto nuestra organización en esa gran cantidad de talleres, cuando se impone la tarea de forjar realmente en el seno de cada taller el verdadero sentido de nuestra organización.”
Y recordaban en el Boletín que “Los compañeros delegados de talleres deben traer a la brevedad la nómina de los obreros que trabajan, con sus nombres y domicilios, en letra clara, a los efectos de otorgarles el nuevo carnet sindical.”
En el Comité de Solidaridad y defensa de la huelga de la construcción
El reconocimiento de su rol en el gremio de la Madera le otorgó el lugar de secretario del Comité de Solidaridad y Defensa de la huelga de la construcción con el respaldo de 68 gremios. Desde este lugar Fossa cumplirá un rol clave en la organización del apoyo a la huelga de la construcción, llamando a la clase obrera a llevar adelante múltiples muestras de solidaridad con la lucha y en la convocatoria y organización de la huelga general de los días 7 y 8 de enero de 1936. Recorramos parte de esta historia a través de su propia voz.
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Como secretario del Comité dirigió notas a los demás gremios para organizar la solidaridad más amplia. Firmadas por Mateo Fossa estas cartas procuraban, junto con las propuestas organizativas, promover la conciencia de la importancia del triunfo de la lucha:
“Estas 68 organizaciones, estiman que es de suma urgencia tomar resoluciones inmediatas tendientes a asegurar el triunfo de la causa obrera en el conflicto do la Construcción; a tal efecto deberán todas las organizaciones convocar o Asambleas Generales dentro de la corriente semana para definir su actitud en el conflicto que nos ocupa.
El conflicto de los obreros de la Construcción no es un hecho aislado y esporádico. Nos afecta a todos por igual y es vitalmente necesario para el movimiento sindical, prestar la más amplia y generosa ayuda al mismo.
Su triunfo significa el triunfo de todos.
Su derrota es nuestra ruina.
¡Arriba los corazones proletarios!
¡A luchar por la causa de esos bravos y abnegados compañeros!”
Será el propio Fossa el que escriba el balance de la huelga en el órgano de los obreros de la construcción El Andamio:
“Los obreros albañiles que fueron los iniciadores de la huelga y que la mantuvieron solos por espacio de un mes y medio, trazaron las bases del plan de lucha.
Ampliándose horizontalmente, la huelga de los albañiles consolidóse, con el aporte de nuevas fuerzas, pertenecientes a la F.O.S.C. Extendido el conflicto a todas las ramas de la industria, una masa de cerca de 60 mil obreros entró a luchar por sus reivindicaciones.
Más adelante creóse el Comité de Defensa y Solidaridad, el cual, a fin de defender las demandas presentadas por los obreros de la construcción, hizo intervenir en la huelga general del 7 y del 8 de enero último, a toda la clase trabajadora de la capital y pueblos vecinos.
El plan de organización estructurado por el Comité de Huelga y Comisión Administrativa fue desarrollándose gradualmente, de acuerdo a las necesidades surgidas en el transcurso del conflicto. Formáronse piquetes de huelga que desempeñaron un papel muy importante; estos piquetes recibieron la orden de persuadir a los obreros de las distintas obras para que apoyasen la huelga y en caso de no ser escuchados obligarlos a abandonar el trabajo.
Los piquetes de huelga y las secciones juveniles contribuyeron a mantener vivo el espíritu de combatividad necesario para romper el esquirolaje y mantener a raya la prepotencia y la provocación policial (…)
Otra medida interesante fue la de hacer participar a las mujeres. Esposas, madres y hermanas de los huelguistas fueron ligadas directamente a la lucha, haciéndolas intervenir en mítines, delegaciones y manifestaciones (…)
¿Qué experiencias han podido recogerse de la huelga de la construcción? [entre otras]
(…) que las medidas de solidaridad y apoyo de los sindicatos redundan no sólo en beneficio
de los obreros que momentáneamente se hallan en lucha, sino que en provecho de las luchas de toda la clase.
(…) que se deben lanzar a las masas a la calle, ganarla y volcar al pueblo en ella, mujeres, jóvenes, huelguistas, etc., etc.
(…) que se hace imprescindible en todo conflicto la presencia de un organismo de coordinación, Comité de Defensa y Solidaridad (…) capaz de accionar ágilmente, que sepa avanzar y retroceder a tiempo, que tenga confianza en sí mismo y fe en las masas que dirige y que no se deje ganar por el pesimismo, un organismo en suma que sepa analizar y valorizar todas las perspectivas de lucha, estudiando cuantas posibilidades y necesidades surjan en el transcurso de la misma y de acuerdo a esas características enfocar las acciones.”(4)
La síntesis de la experiencia de Mateo Fossa y del proceso de lucha del que fue parte es una fuente valiosísima para las luchas actuales.
En el siguiente capítulo central de su vida Fossa hará una experiencia política que lo acercará a los grupos trotskistas de la Argentina y a viajar a México al Congreso de trabajadores latinoamericanos como representante de parte del movimiento obrero argentino. Será expulsado del Congreso por las direcciones sindicales burocráticas y estalinistas, pero volverá a la Argentina como parte de la IV Internacional. Este capítulo merece atención especial en próximos artículos.
1. Hernán Camarero y Diego Ceruso, "Una historia del sindicato de la madera: organización gremial e influencia de la izquierda en las luchas obreras", Buenos Aires, 1917-1943, e-l@tina, Revista electrónica de estudios latinoamericanos.
2. Boletín de huelga editado por el Comité de Huelga del gremio maderero, Sindicato Único de Obreros en Madera y Anexos, N° 3, 30 de mayo de 1935.
3. Boletín N° 6, 2 de agosto de 1935.
4. Mateo Fossa, “Características, experiencias y resultados de la huelga de la construcción”, El Andamio, marzo de 1936.
Alicia Rojo
Historiadora, docente en la Universidad de Buenos Aires. Autora de diversos trabajos sobre los orígenes del trotskismo argentino, de numerosos artículos de historia argentina en La Izquierda Diario y coautora del libro Cien años de historia obrera, de 1870 a 1969. De los orígenes a la Resistencia, de Ediciones IPS-CEIP.