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Red Internacional
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Economía. Medición de la pobreza: Coneval versus Inegi

El Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) declaró que se podría posponer la presentación de datos sobre pobreza. Ahora, anuncia que puede no publicarse.

Martes 26 de julio de 2016

Se esperaba para este viernes 29 de julio la difusión de la Medición de la Pobreza a nivel nacional y por entidad federativa para el año 2015, tras el polémico informe presentado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados del Módulo de Codiciones Socioeconómicas (MCS) 2015, el pasado 15 de julio.

Por la mañana de este martes, voceros del Coneval anunciaron que tal vez se pospondría la presentación de los datos sobre pobreza. Esta tarde, dieron a conocer que es posible que no se lleve a cabo la presentación del informe.

Al momento de la presentación del MCS por parte del Inegi, el Coneval cuestionó la metodología utilizada para medir la pobreza, por considerar que se registren menos pobres en la estadística.

Y otra consecuencia grave es que los datos 2015 proporcionados por el Inegi no son comparables con el mismo módulo de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares de años anteriores: no hay forma de saber si la pobreza aumentó o disminuyó, no hay punto de comparación.

El Coneval realiza estas mediciones desde 2008, ya hasta ahora hubo armonía con el Inegi. De hecho, desde 2007, ambos institutos técnicos han laborado en equipo sobre los diseños conceptual y estadístico del Módulo. El resultado de su trabajo se reflejó en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) de los años 2008, 2010, 2012 y 2014, cuando el Instituto, en conjunto con Coneval, construyó el MCS con esos parámetros.

Ahora se informa que tratarán de emparejar criterios, en particular hacia el levantamiento de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares 2016.

Esta “crisis” estadística pone de relieve las maniobras que se realizan de las estadísticas económicas, de acuerdo con las necesidades de los gobiernos de turno, para ocultar ante los ojos de la mayoría de la población las condiciones de vida que han impuesto con los planes de expoliación de los organismos internacionales, las trasnacionales y el imperialismo estadounidense.

Mientras analizan la metodología para medir la pobreza, miles de niñas, niños, abuelas y abuelos son arrojados a las calles en todas las ciudades del país. Su única forma de subsistir es pedir caridad.

En las comunidades rurales muchas escuelas tienen techos de lámina, pisos de tierra, y si tienen suerte, tienen letrina.

La desnutrición, la anemia y la diarrea golpean a niñas y niños indígenas, uno de los sectores más vulnerables.

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