Un Registro Único de Mujeres Víctimas de Violencia, es la propuesta de Isabel Plá, parte del comando Piñera, para enfrentar la violencia contra las mujeres. ¿Es esta una solución viable?
Viernes 6 de julio de 2018
El gobierno quiere detener la violencia machista abriendo una nueva herramienta legal integrada por Policía de Investigaciones (PDI), Carabineros, Servicio Médico Legal y el Ministerio. Esta herramienta es el Registro Único de Mujeres Víctimas de Violencia y pretende articular un trabajo de seguimiento a las denuncias de violencia.
Si bien es evidente que la actual legislación no protege a las mujeres víctimas de la violencia como protege a los empresarios, un organismo compuesto por los aparatos represivos del estado y por instituciones históricamente negligentes para tratar la violencia machista y la discriminación no es, precisamente, la solución.
La violencia estructural del actual sistema económico, que se gesta en la desigualdad social, recae principalmente contra las mujeres trabajadoras y del pueblo pobre.
En este sentido, la verdadera cara del gobierno se muestra en sus negativas ante la exigencia de nuestros derechos, como lo es el derecho al aborto legal, de la misma forma hoy precariza aún más la calidad de vida de jóvenes proponiendo un nuevo sistema de endeudamiento por educación, por otra parte niegan aumentar el sueldo mínimo cuando las más afectadas de que ni si quiera cubra la canasta familiar, son las mujeres.
En otras palabras, ha ido en una dirección completamente contraria a la idea que Isabel Plá, desde el ministerio, pretende instalar: Un gobierno preocupado por las mujeres. La ministra insiste en que por parte de la ciudadanía es necesario recuperar la confianza hacia las instituciones como Carabineros o en el mismo Servicio Médico Legal, cuando en realidad esto no resuelve la reproducción de la violencia machista.
Es necesaria una voz independiente de las y los trabajadores que se plantee contra la violencia machista en todas sus formas, contra la Iglesia que oprime y los empresarios que explotan, ya que, un gobierno que se ha mostrado tan negativo a nuestros derechos, tan represor con las estudiantes y el pueblo mapuche y cuyos privilegiados son los empresarios, no puede estar ‘sinceramente’ por las mujeres, y menos por las de la clase trabajadora.
Finalmente, la organización de las mujeres trabajadoras es clave para darle freno, tanto a la violencia machista como a la violencia estructural, tomando el rol histórico de la lucha por los derechos y libertades poniendo en jaque a los guiños de un gobierno que sabemos es de los empresarios, los mismos responsables de dejar familias en las calles tras despidos masivos sin ningun resguardo o aviso y los mismos que defienden con uñas y dientes la herencia de la dictadura.
Fer Morales
Antropóloga Social y poeta Slam