Ya son 66.500 empresas que han solicitado acogerse a esta ley, lo cual equivale a 516 mil trabajadores, asimismo en una semana se incrementaron de un 17% a un 20,6% las solicitudes en las AFC con respecto al mes anterior.
Martes 28 de abril de 2020
Desde el comienzo de este proyecto el gobierno salió a decir que no diferenciaría entre empresas grandes o pequeñas, ya que en su discurso demagógico el objetivo era “proteger el empleo”, la ministra Zaldívar en la misma línea sostuvo que “es importante tener presente que el tamaño o la actividad de la empresa no es un factor discriminante de si se debe o no acoger a esta nueva ley”, develando ahora si quienes mas se iban a acoger a esta ley.
Demostrado en el porcentaje de grandes empresas que se han acogido a la ley es mínimo en relación a las demás, cercano al 2 %, sin embargo ese dato es superado inmediatamente ya que la cantidad de trabajadores que emplean es superior al del conjunto de pequeñas y medianas empresas, por lo que comparativamente la cantidad de trabajadores que han dejado en condición de “suspendidos” es mucho mayor, cual llega, solo en el último mes 151.568 trabajadores, según los datos entregados por la AFC, donde las mismas micro-empresas que ocupan un 73,9% de las empresas acogidas, las suspensiones informadas alcanzan las 141.670.
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Todo esto sucede mientras las direcciones de los sindicatos y de la CUT solo se apresuran a tomar palco ante esta tenebrosa escena que sólo augura hambre y miseria para el pueblo trabajador, su subordinación a la casta política ya no tiene nombre y sin duda les pasará la cuenta ya que la preocupación que la ministra Zaldívar dice tener, no es porque realmente le interesa las condiciones de vida de les trabajadores, sino que justamente porque ven en esta grave situación el caldo de cultivo necesario para que se desaten luchas obreras, más aún tomando en cuenta que venimos de una rebelión que no fue derrotada y que solo la pandemia obligó (temporalmente) a descomprimir.
Luego la ministra nos dice para nuestra supuesta tranquilidad que “estos antecedentes han sido puestos en conocimiento de una Comisión Mixta de seguimiento que se hizo a la Ley de Protección al Empleo, comisión que acordamos en el marco de entendimiento del acuerdo para poder sacar esta ley”, como si el poner en conocimientos que los parlamentarios de sueldos millonarios, los cuales en su mayoría votaron a favor de esta ley, nos garantizara algún tipo de seguridad, se le olvida a la ministra que una de las principales causas que provocó la bronca popular es la absoluta desconfianza de amplios sectores de la sociedad tenemos con esa casta de políticos que han legislado a favor de los empresarios durante todos estos años.
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A pesar de este poco auspicioso panorama, no podemos olvidar lo más importante, que es la confianza en nuestras propias fuerzas, tomemos los ejemplos de sectores obreros que ya comienzan a estirar sus músculos como los son los portuarios de Iquique y Valparaíso que han comenzado a salir a la calle para protestar en contra de estos ataques precarizadores del trabajo, o los trabajadores de aplicaciones que el día de ayer organizaron una manifestación por las principales arterias de Santiago (as como en Bolivia y Argentina). Lo mismo tenemos que hacer para oponernos y frenar los despidos.
A los y las trabajadoras nunca nos han regalado nada, todo lo que hemos conquistado o defendido lo hemos hecho luchando, no confiando en las comisiones mixtas de este parlamento podrido, y esta vez no será la excepción, menos aún ahora, cuando toda la hipocresía del sistema está a la vista de millones, cuando ya es imposible para las élites y las direcciones sindicales burocráticas ocultar su verdadero rostro, sepa señora ministra que el sol no puede taparse con un dedo y la rabia de las y los trabajadores y sectores populares no la podrá detener ni la represión ni sus lujosas sesiones parlamentarias.
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