×
×
Red Internacional
lid bot

Opinión. Medio siglo de “Desatormentandonos”, el disco más catártico de Luis Alberto Spinetta

En 1972 ve la luz el disco debut de la banda argentina Pescado Rabioso.

Viernes 21 de octubre de 2022 14:32

El tiempo transcurre de manera vertiginosa, inevitable, no hay forma de retenerlo, ni existe secreto alguno para contraponerse a su inexorable paso. Acaba de cumplirse medio siglo de Desatormentándonos, el primer disco de Pescado Rabioso.

Un álbum que marcó un antes y un después en la escena local rockera, donde las aguas comenzaron a dividirse entre baladas y rock and roll. En ese disco, El flaco tomó partido por este último con un rock and roll aplastante, arrollador, e incursionando en infinitos solos psicodélicos.

Pescado Rabioso, fue un power trío formado luego de un viaje por Brasil, Europa y Estados Unidos. Una banda fugaz pero intensa, que permaneció en escena tan solo dos años pero que se transformó en referente para varias generaciones de músicos que veneran la época más rockera del genial músico Luis Alberto Spinetta.

1972 fue un año oscuro para la escena política de un país absolutamente militarizado. Aquel gobierno de facto encabezado por el Gral. Lanusse, terminó llamando a un “Gran Acuerdo Nacional” (G.A.N.) para acercar posiciones con la dirigencia política ante el rápido desgaste de la “Revolución Argentina” con la que pretendía detener el ascenso de las organizaciones obreras, estudiantiles y revolucionarias, para terminar convocando a elecciones sin proscripciones en marzo de 1973. La estrategia era también amedrentar y disciplinar a una juventud que no se quedaba de brazos cruzados.

Eran momentos donde el rock argentino gozaba de buena salud. El festival de música progresiva “B.A.Rock” de 1970 había convocado nuevos proyectos musicales y el encuentro fue masivo. La revista Pelo difundió al nuevo movimiento que iba por su segundo año de edición, algo esperanzador e insólito, ya que ningún medio le daba mayor importancia a los conciertos sino era para ocupar las páginas policiales.

El 22 de agosto de 1972, 16 militantes fueron masacrados en la base militar Almirante Zar tras ser detenidos luego de escaparse del penal. Los detenidos permanecieron con vida durante cinco días, hasta que las autoridades militares dictaminaron su ejecución. De los 19 detenidos 16 fueron fusilados y los sobrevivientes que pudieron contar el caso, años más tarde, fueron detenidos, torturados y desaparecidos por la última dictadura militar. Aquel episodio se recuerda como la masacre de Trelew.

Las bandas fundacionales del rock local se habían separado. Javier Martínez Manal, iniciaba un prolongado auto-exilio por Francia y España; Lito Nebbia, líder de Los Gatos hacía dos años que había terminado con su cuarteto que lo llevó a su primer éxito masivo; mientras que Luis Alberto Spinetta también ponía fin a su primera banda Almendra.

Hacía muy poco tiempo que el autor de “Laura va” había visto truncada la idea llevar adelante su ópera rock “Señor de las latas” y comienza lo que él mismo definió como una fase de caos total en lo personal y profesional; decide no rodar más por las rutas argentinas y toma la decisión que internamente ya era un hecho.

Hubo una época en que Spinetta se enfrentó con su propio ser y con un mundo hostil que lo hostigó sin anestesia. Fue un periodo de excesos, de reviente, de drogas lisérgicas, de viajes de ida, pero también de lecturas surrealistas, de seducción por la pluma de los poetas malditos como Rimbaud o Baudelaire; tiempos de amor y desamor, en los que no había espacio para libertades individuales y el estado de derecho era violado, avasallado, mientras el caos institucional galopaba llevándose por delante a quien se interponga.

Las influencias del músico hasta aquel momento eran la bossa nova, Astor Piazzola, la música urbana, pero parecía no ser suficiente para canalizar tanta desazón y bronca acumulada. Para salir de aquel túnel oscuro había que buscar otros horizontes musicales. La devoción por el rock enfurecido estaba ahí y apareció ocasionando una maravillosa idea.

El flaco ya había dado alguna señal cuando convocó a Pappo en guitarra para hacer el tema “Castillo de piedra” en su primer disco solista. Tan solo faltaba materializar esa idea visceral y eléctrica, ahondar en un sonido más rockero, de guitarras distorsionadas, e ir acercándose a ese rock and roll más catártico. El ex-Almendra aún conservaba un compromiso con la discográfica y cumplió lanzando “Spinettalandia y sus amigos”, su primer disco solista; un trabajo que él mismo definió como experimental y en el que se produjo un cambio radical en su proceso creativo.
Una vez finalizado su compromiso con la discográfica, El flaco se sumerge de lleno en su flamante proyecto. Fue así que, en un corto plazo, convocó a Black Amaya en batería, quien estaba tocando con Pappo, y Osvaldo “Bocón” Frascino, ex líder de Engranaje, en el bajo.

El trío se refugió en una quinta de Castelar, en el oeste del Gran Buenos Aires, gracias a la generosidad inagotable de su amigo Jorge Pistocchi quién se hizo cargo de los gastos. La banda ensayó allí durante algunos meses y compusieron varios temas. Más tarde harían su primera presentación en un bar de la zona oeste, en una suerte de ensayo general, para luego encerrarse en agosto de 1972 en los míticos estudios “Phonalex”.

El arte de tapa de Desatormentándonos fue diseñado por Gustavo Spinetta y Jorge Vizñovezky. Se trata de una pintura abstracta, que ocupa toda la portada, de gran impacto visual y colorido, con predominio del rojo.

En su libro “Cómo vino la mano”, Miguel Grinberg le pregunta: ¿qué es Pescado Rabioso? Spinetta fue alegórico: “Es como el primer eructo después de que uno se toma un Uvasal, luego de haber comido y bebido a mansalva, es como la primera huella de la lucha del anticuerpo contra la infección”. Sin duda la descripción resultó acertada “Pescado fue eso y más ante la desazón de la censura y la violencia institucional”.

Desatormentándonos es un disco en el que prevalecen las distorsiones, con ritmos de blues y rock and roll, de guitarras ásperas, bases crudas y solos rozando lo psicodélico. El vinilo comienza a girar con el “Blues de Cris”, dedicado a Cristina Bustamante, el primer amor de Luis Alberto y a quién, años más tarde, dedicará “Muchacha ojos de papel”.

El disco que cumple 50 años, hizo un aporte significativo a la evolución del rock de aquella época. Las bases rítmicas, las influencias de Jimi Hendrix y Led Zeppelin, eran compartidas por el flamante power trío que se iba construyendo con sonido distorsionado, gran vuelo lírico y brillantes solos, que lo definieron como una banda fresca y absolutamente renovadora.