“Menú terrateniente” y “Menú Obrero” se lee en el cartel. La discriminación de clase llegó a los bares del tradicional barrio porteño.
Miércoles 21 de septiembre de 2016 20:25
Entrada, plato principal, postre y café. Todo por $ 199. Éste es presentado como el menú para los sectores más pudientes. De ahí su nombre: menú terrateniente.
Por $ 99, en cambio, se puede acceder al menú obrero. Éste solo incluye bebida, plato principal y postro o café. El “o” en este caso es símbolo de distinción. Junto a la ausencia de entrada, es lo que permite calificarlo como una opción de menor calidad.
Pero no se trata solo de una menor cantidad de opciones dentro del mismo menú. Por el contrario, los platos a los que puede acceder quien paga el menú obrero están claramente delimitados. No hay opción libre, sino que el comensal está obligado a elegir entre locro, lenteja vegetariana y chorizo a la pomarola. El resto del menú no entra dentro de las opciones para “su clase”.
La elección del calificativo “terrateniente” no deja de sorprender un poco. El porqué de la referencia a los dueños de la tierra, en el medio del mundo urbano, es algo difícil de elucubrar. El bar, ubicado a escasas cuadras del carísimo Puerto Madero, también podría haber ofrecido el menú burgués o el menú oligarca.
Por el contrario, la elección del menú obrero sorprende menos. Se trata de una opción clásica.
En este caso, la originalidad parece intentar birlar el más conocido menú ejecutivo. Pero la diferenciación está muy lejos de ser un simple hecho pintoresco. El marcado contraste entre las opciones es una forma de poner en evidencia las diferencias sociales, una forma de marcar una clara diferenciación clasista.