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Red Internacional
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Alemania. Merkel da marcha atrás con el confinamiento estricto durante la Pascua

La canciller de Alemania, Angela Merkel, dio marcha atrás este miércoles al confinamiento estricto de cinco días anunciado para Semana Santa, tras las críticas recibidas en las últimas horas por la falta de claridad y las consecuencias del plan.

Miércoles 24 de marzo de 2021 10:56

"Un error debe llamarse error y, sobre todo, debe corregirse y, si es posible, a tiempo. Sé que esta propuesta causó una incertidumbre adicional, lo lamento profundamente y por ello pido el perdón de todos los ciudadanos", dijo la canciller alemana Angela Merkel a menos de 24 horas de haber anunciado un confinamiento estricto durante la Pascua.

Esta idea de un endurecimiento de las medidas por cinco días durante Semana Santa fue pensada "con las mejores intenciones", según Merkel, para "desacelerar y revertir la tercera la de la pandemia", pero "no se puede hacer en un lapso corto de tiempo".

El cambio de planes de Merkel expresa la presión intensa tanto de los gobiernos regionales como de los grandes empresarios, que no solo no querían avanzar en un cierre sino que hace tiempo vienen presionando por una mayor apertura y el fin de las restricciones. A pesar de nuevos picos en las infecciones por covid-19 y de la circulación de variantes más contagiosas, la presión es a priorizar las ganancias por sobre la salud de los trabajadores y el pueblo de Alemania.

De hecho la medida de restricción que había sido anunciada en la madrugada del martes no era muy radical, ya que solo implicaba que el jueves santo pasara a ser feriado. El viernes y el lunes siempre lo fueron. Es decir que las medidas adicionales de cierre de empresas solo aplicaban para un día, e incluso aún no se sabía si se contaría como feriado oficial o si las empresas descontarían la jornada laboral a los trabajadores.

Sin embargo, lo novedoso es que esta decisión iba a contramano de lo que venían exigiendo de muchos gobiernos regionales y las grandes empresas. Las discusiones provocaron una gran crisis en la cumbre del lunes, que tuvo que interrumpirse durante cinco horas para abrir una ronda de negociaciones entre el Gobierno federal y los gobiernos provinciales, que exigían más apertura en las regiones (atravesadas además por un calendario de elecciones locales). Y es por eso que, aún siendo una medida tan parcial, terminó cayendo a tan solo 24 horas de ser anunciada.

Angela Merkel, también trató de eludir con este retroceso los llamamientos de algunos representantes de la oposición de plantear ante la cámara baja la cuestión de confianza por su gestión de la pandemia del coronavirus.

Las críticas contra la decisión llegaron incluso desde las filas del Gobierno, presionados por las repercusiones de la crisis.

Las autoridades de Alemania confirmaron cerca de 250 muertos por coronavirus durante el último día, con lo que el país europeo superó el umbral de los 75.000 fallecidos en la pandemia, según los datos recabados por el Instituto Robert Koch.

El organismo, ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, precisó que durante las últimas 24 horas se detectaron 15.813 casos y 248 decesos, lo que sitúa los totales en 2.690.523 y 75.212, respectivamente.

Asimismo, señaló que la tasa de incidencia acumulada durante los últimos siete días es de 108,1 casos por cada 100.000 habitantes, con 89.940 contagios durante la última semana y cerca de 170.000 casos activos.

Tras varias semanas de descenso, este indicador volvió a ascender en los últimos días, lo que encendió las alarmas del Gobierno.

Alemania, a pesar de ser uno de los países imperialistas que acaparó una cantidad de vacunas muy por encima de la que la población necesita, se enfrenta a una escases de dosis por falta de entregas. La Unión Europea y Estados Unidos se opusieron frontalmente en la Organización Mundial del Comercio al pedido encabezado por India y Sudáfrica para que se liberen las patentes de las vacunas y se puedan fabricar libremente y en forma masiva. Esta resistencia, que afecta en primer lugar a los países más pobres, muchos de los cuales no tienen prácticamente acceso a alguna de las vacunas, termina golpeando ahora también a los países ricos a medida de la lentitud en la vacunación se combina con la extensión de nuevas variantes del virus, más contagiosas, y un cierto relajamiento tras un año de confinamientos unilaterales.

La especulación de que la vacuna iba a cortar la pandemia en poco tiempo, evitando fortalecer otras áreas del sistema sanitario, y la presión de los empresarios para una apertura total sin condiciones, se volvió un boomerang que puede terminar por descontrolarse. El episodio de las vacunas, estrechamente ligado al lobby de las farmacéuticas que responden a distintos países, es el último de una cadena que pone las ganancias privadas por sobre la vida de millones de personas en todo el mundo.