Testigos en la causa que investiga la “mesa judicial” macrista que armaba causa contra opositores políticos y sindicales confirmaron la colaboración del dirigente de la UOCRA y la CGT en uno de los casos más resonantes.
Miércoles 9 de febrero de 2022 12:55
En los últimos meses saltó a la luz el funcionamiento de un mecanismo común a los “sótanos del Estado”: los acuerdos entre gobernantes, empresarios y agentes de inteligencia para operar en contra de opositores políticos, sindicales o sociales. En medio de una disputa que involucra los carpetazos entre sectores del macrismo y el peronismo, se conoció el caso de la “mesa judicial macrista”. O al menos de una de ellas. Por el exabrupto de uno de sus integrantes, el ministro de Trabajo bonaerense Marcelo Villegas, se la llamo “Gestapo”.
Uno de los objetivos del armado era claramente antisindical. Si bien golpeaba a sindicalistas “flojos de papeles”, era un intento también de debilitar a las organizaciones que estos representan y avanzar con los planes patronales del macrismo.
Una de las novedades de esta semana fue la declaración, como testigo, del periodista Hugo Alconada Mon (La Nación). En su libro “La raíz de todos los males” se había referido a una mesa judicial donde participaban funcionarios del gobierno de Vidal, empresarios y directivos de la AFI.
Alconada Mon ratificó ante la justicia lo escrito en el libro: "un funcionario bonaerense aludió a una reunión que se habría desarrollado en el Banco Provincia, con empresarios y funcionarios, e incluso me contó que habrían participado dos agentes de la AFI".
Pero el libro y sus declaraciones profundizaron sobre un punto particular de los hechos: el acuerdo de otros sectores del sindicalismo peronista en la maniobra del macrismo. A consultarle sobre un párrafo del libro "La raíz" donde menciona que Gerardo Martínez sería cómplice de María Eugenia Vidal en la encarcelación de Medina, el periodista de La Nación dijo: "lo ratifico. El comentario sobre cómo Gerardo le entrega a Medina en bandeja a Vidal, se apoya en aquel trabajo previo de investigación desarrollado por Delfino (periodista de Chequeado.com) que yo edité, en el cual se alude a aquella reunión que habían mantenido Martínez con Salvai (jefe de Gabinete de la exgobernadora), en la que Vidal interrumpe para pedir el beneplácito de Martínez para ir contra Medina". Según afirma Alconada funcionarios bonaerenses temían una reacción “solidaria” de otros sindicalistas, "y que por ese motivo, buscaron la venia de Gerardo Martínez antes de avanzar" (Diario Hoy).
¿Qué hizo finalmente Martínez, secretario general de la UOCRA y responsable de Relaciones Internacionales de la CGT?
Si bien cuando trascendió la información buscó desmentir cualquier tipo de acuerdo o colaboración, sus declaraciones en el momento de la detención de Medina lo dejan en “off side”. En aquel momento Martínez dio una entrevista a la agencia DyN, difundida por Los Andes y otros diarios: “Martínez dijo que en el gremio "no teníamos ninguna información fehaciente; siempre corrían rumores" sobre presuntas acciones irregulares de Medina. Asimismo, el dirigente de la CGT contó que este tipo de cuestiones, incluido el caso de Medina, "siempre fue parte de una conversación tanto con el Presidente de la Nación (Mauricio Macri), como con los empresarios y los ministros", al tiempo que celebró que "la Justicia haya tomado cartas en el asunto".
O sea que el jefe de la UOCRA nacional había conversado el tema con Macri y avalaba las medidas contra Medina. Martínez llegó a decir a Radio El Mundo que “desde hace unos meses por suerte se está hablando de que ha habido mucha corrupción y mal trato de los fondos públicos”, por lo que consideró que “cuando ocurren estas cosas tiene que haber condenas”.
Sin dudas, el accionar de muchos dirigentes sindicales está plagado de corrupción, negociados "tensos" con algunos empresarios, así como aprietes a trabajadores opositores. Sin esas prácticas es difícil explicar el enriquecimiento personal o las disputas como las que tienen hoy el grupo de Juan Pablo Medina e Ivan Tobar por la seccional La Plata.
Pero una cosa que esas cuestiones sean denunciadas por los trabajadores y trabajadoras, que se organicen para sacarse de encima esas cúpulas, y otra avalar el espionaje y los aprietes judiciales armados por funcionarios, empresarios y espías. Quizás el pasado de Martínez, que revistó en el Batallón 601 como “agente de reunión” en plena dictadura, tiene algo que ver con su reacción.
Por lo pronto la revelación periodística muestra cómo actúan las cúpulas sindicales ante las causas que los involucran. Como pudimos ver en las reacciones de estos meses y la actitud de Martínez, puede ir desde la defensa corporativa a la colaboración para resolver sus rencillas internas. Qué “lindos” principios.
