Mia Valdivia, joven oriunda de Tocopilla, una zona de sacrificio en el norte del país, trabajadora y dirigenta sindical subcontratada del aseo del Hospital Regional de Antofagasta se postula a la concejalía, buscando ser una voz de las disidencias y de las y los trabajadores.
Miércoles 4 de septiembre
Mía Valdivia es una joven trans, nacida en Tocopilla, unas de las zonas de sacrificio en el norte del país en manos de las termoeléctricas que abastecen de energía a la gran minería, siendo testigo de la brutal contaminación que vive la ciudad y el aumento del cáncer y enfermedades en favor de las millonarias ganancias de los empresarios. Al cumplir su mayoría de edad decidió migrar a Antofagasta en busca de un trabajo.
Al llegar a Antofagasta trabajó en diferentes lugares, principalmente en el retail, un sector compuesto mayormente por mujeres y disidencias sexuales, con contratos precarios, horarios flexibles y bajos salarios que apenas alcanzan para vivir en una de las ciudades más caras del país. Fue aquí donde abrazó las ideas revolucionarias y del feminismo socialista que hasta el día de hoy levanta, rompiendo con la falsa ilusión que busca instalar los sectores más liberales y del empresariado en la juventud sobretodo en la disidencia sexual, del crecimiento individual, que con esfuerzo podemos llegar lejos y cumplir nuestros sueños, dejar de vivir en la pobreza, cuando la realidad es otra y le hizo ver que era otro el camino para terminar con este mundo de opresión y explotación.
En plena pandemia entró a trabajar al Hospital Regional de Antofagasta, como auxiliar de aseo, encontrándose con un sistema de salud concesionado que poco y nada le importaba la salud de la población y mucho menos de sus trabajadoras, reduciendo los elementos de protección personal, negandoles los test de covid, sobrecargando el trabajo en plena crisis sanitaria, desatándose una huelga bajo el lema “sin aseo no hay salud” encabezada por decenas de mujeres pobres y migrantes, logrando conseguir sus demandas bajo la lucha y la movilización. Posterior a ello, decidió postularse a la directiva del sindicato, ganando las elecciones y tomando el rol de dirigenta del Sindicato Nº1 de Siglo XXI, mostrando que las disidencias y las mujeres podemos dirigir y hacer política, luchar no solo por nuestras demandas sindicales sino también contra la precarización de la vida.
En este sentido Mia nos relata: “Este sistema nos tiene viviendo con lo mínimo, donde solo
vivamos para trabajar y llenar las abultadas billeteras de los empresarios, hoy vemos como la vida cada dia es mas cara, todos los productos y servicios básicos para vivir han aumentado brutalmente, mientras los sueldos y las pensiones están por el suelo, son millones de familias a quienes ha golpeado estos aumentos, como ahora último el de la cuenta de la luz, aumento sin ninguna justificación más que pagar una deuda que nosotros no generamos, basta de que unos pocos se den la gran vida mientras las y los trabajadores con sus familias apenas llegan a fin de mes, necesitamos hablar de esto, poner estos problemas en la mesa, no dejemos que los sigan metiendo bajo la alfombra, para eso esta candidatura y la de mis compañeros y compañeras del PTR”
Orgullo como acción y no de conciliación
Dentro del feminismo y las disidencias se ha instalado una ideología no menor, donde el único camino para acabar con las miserias que vivimos es mediante el crecimiento individual, superar las contradicciones personalmente, conseguir más derechos para vivir mejor, por que claro, hay que arrebatarle a este sistema todo lo que se pueda pero siempre aspirando a más, por ello es importante reconocer quienes son los enemigos en común, los que buscan negar hasta el mínimo derecho o incluso quitar los ya conquistados, la iglesia con su moral conservadora, y el Estado que se encarga de reproducir y mantener al machismo mediante la opresión en la vida y la explotación en los lugares de trabajo.
En cuanto a esta relación entre la explotación y la opresión, Mia nos dice: “La iglesia y el Estado son los mejores amigos, se encargan de instalar toda una moral conservadora y que podemos solo actuar dentro de lo posible, no quieren que veamos la opresión ni la explotación, que no veamos que los une para mantener todo tal como quieren, pero nosotres tenemos que aspirar a mucho mas, por que para acabar con la opresión debemos terminar con este mundo de miserias, debemos acabar con el capitalismo que mediante sus Estados se encarga de reproducir toda la violencia machista, y esto lo lograremos en unidad con todos los sectores oprimidos y explotados, tomando el control de la sociedad y poniéndola al servicio de nuestras reales necesidades, dejando atrás la moral conservadora de la iglesia y los enorme intereses de un puñado de empresarios”.
Hoy diversas organizaciones han tomado las demandas de la comunidad LBGTIQA+, muchas llevándolas a confiar en el parlamento y en los gobiernos de turnos, sacandolas de las calles, olvidando los métodos combativos como lo demostró la revuelta de Stonewall.
El gobierno de Boric se llenó la boca hablando de los derechos para las disidencias sexuales autoproclamandose como feminista, o la misma municipalidad de Antofagasta administrada por Jonathan Velazques levanta la bandera de las disidencias en cada mes del orgullo, las empresas usan el Pride como bandera para vender y hacer creer que le importan las disidencias, pero el resto de año mantienen la precariedad en sus trabajos, hay que acabar con esa ilusión y recuperar los metodos de lucha, como única forma para conquistar las demandas.
Por esto, la candidata manifiesta necesario construir una alternativa diferente, realmente de izquierda que ponga por encima los intereses de las y los trabajadores junto con las mujeres y las disidencias, “tenemos que identificar los enemigos comunes, quienes nos mantienen en la precarización de la vida, quienes contaminan nuestro planeta y nos arrojan a vivir en zonas de sacrificios, mientras que ellos ni siquiera saben lo que es vivir con un sueldo que no alcanza para alimentar nuestras familias o vivir en campamentos, tenemos que preguntarnos ¿podemos cambiar esta sociedad donde las enormes ganancias se pongan a disposición de la población dejen de estar en función del enriquecimiento de unos pocos?”
Para impulsar estas ideas la candidata junto a sus compañeros y compañeras del Partido de Trabajadores Revolucionarios, impulsan una lista de candidaturas a concejales con Natalia Sanchez, médica de la urgencia del Hospital Regional a la cabeza y que disputa la reelección, junto a Daniela Avilés como candidata a alcaldesa, profesora de la escuela Patricio Cariola y artista local.
“Les invito a conocer nuestras candidaturas, revisar los materiales que estamos difundiendo por medio de nuestras redes y a sumarse a levantar esta campaña electoral junto a nosotres, que se prolonga en defender y luchar por acabar este sistema capitalista y neoliberal”