La rectora Bardón busca un acercamiento con el gobierno nacional.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Sábado 16 de abril de 2016
Como parte de sus diferentes actividades, Gabriela Michetti participó de un acto en la Facultad de Derecho y su visita permite diferentes lecturas en torno a los realineamientos políticos de las autoridades de la UNT.
El motivo del acto fue doble. Por un lado firmar un acuerdo y por otro declarar visitante ilustre a la vicepresidenta.
El convenio para “el trabajo en áreas vulnerables” de la ciudad. Dicho convenio fue una iniciativa de los decanos opositores a la rectora Alicia Bardón, los cuales festejaron públicamente el triunfo de Cambiemos en el balotaje. Hablamos de los decanos de Arquitectura, Derecho, Ciencias Económicas, Educación Física, Medicina, Odontología y Psicología.
Si se ve la fundamentación del convenio (abordar los sectores en pobreza, desnutrición, escasez de vivienda, etc.) suena a un cinismo de la CEOcracia, que solo toma medidas para beneficiar a los grandes capitalistas, por un lado, y atacar a las condiciones de vida de las grandes mayorías vía tarifazos, despidos y creciente inflación, por otro.
La ciudadanía ilustre para Michetti es un gesto más que simbólico para Bardón. La rectora busca a como dé lugar lazos con el gobierno nacional. El comienzo no fue auspicioso si se tiene en cuenta que en el último balotaje grabó un spot en apoyo a Scioli. Precisamente, la ceremonia molestó a los sectores que adhieren al kirchnerismo, quienes han difundido una carta firmada por el consejero superior Daniel Yepez (docente de Filosofía y Letras).
El vicerrector “Pepe” García arrancó ventaja en relación a Bardón, ya que en tiempos de balotaje se reunió con Esteban Bulrrich, ahora ministro de Educación. Luego del triunfo de Macri, junto con los decanos opositores, se reunió con funcionarios nacionales antes que la propia rectora.
En la ceremonia en Derecho, Adela Seguí ofició de anfitriona y no se despegó un segundo de Michetti.
A esta altura de la gestión de Bardón nadie blanquea sus ambiciones de sucederla, pero que los hay, los hay.
Otro dato, la presencia de José Cano y Domingo Amaya, la otrora fórmula del Acuerdo para el Bicentenario. Cano inició su carrera política desde la Franja Morada de Odontología, fue funcionario de la UNT de hegemonía radical, un trampolín al Congreso.
Sin funcionarios kirchneristas en el Rectorado, es esperable que el radicalismo quiera volver a gobernar plenamente en la UNT. En este camino Bardón es una convidada de piedra, ni siquiera puede ser relecta.
Pero el radicalismo tiene que hacer un “control de daños”. Luis Sacca es parte de los ex funcionarios que debieron prestar declaración indagatoria por una presunta malversación de $353 millones. El derrotero de Sacca es similar al de Cano: de consejero por la Franja a funcionario del Rectorado, y de ahí a la cámara baja. Un interrogante desde esos tiempos es cómo financió su campaña para diputado.
En la causa de los $353 millones, el ex rector Cerisola declaró ante la justicia federal que él no actuó solo. Una puerta que a nadie le conviene abrir.
Mientras se dirime esta “guerra fría” el ajuste en la UNT ya llegó. Las consecuencias del magro presupuesto ya se evidencian: aulas colapsadas, sedes de Facultades que deben cerrar, becas que dejaron de pagarse, el único comedor quiere ser privatizado.
Un último detalle. Michetti tuvo que ir a la Facultad de Derecho porque ni el Centro Cultural Virla ni al Teatro Alberdi tienen rampas. Justamente, la remodelación de Derecho es parte de las obras que se cuestionan de la gestión de Cerisola.